Las AFP están en el centro de las demandas sociales que partieron hace algo más de dos meses. Por ello, en AFP Capital creen que ya es momento de dar una opinión en un contexto en que se está discutiendo una reforma al sistema previsional. "Somos parte del problema y queremos ser parte de la solución", comenta Juan Carlos Chomalí, presidente de la gestora.
Propone que las comisiones sean variables según el desempeño de la rentabilidad de los multifondos, tablas de mortalidad diferenciadas según enfermedades, crear un "fondo F" y subir la edad de jubilación.
¿Cuál es el análisis que hace de esta crisis social en el que las pensiones están en el centro?
-Este es un tema extraordinario, claramente somos parte del problema, y debemos y queremos ser parte de la solución. Eso significa que hay que integrarse al debate, opinar, proponer, pero sin perder el norte. La necesidad social está en que el sistema tiene que ser justo, solidario, no podemos dejar que algunos chilenos lo pasen muy mal, y al mismo tiempo el sistema debe ser seguro y rentable. Aquí también hay un grupo de personas que demanda que se les cuiden sus fondos y que se les proteja en lo que creyó.
El estallido social te reenfoca, vuelve a poner los temas y un énfasis que eran muy necesarios. Y empiezas a discutir muy bien. El problema es que las discusiones van avanzando y vuelven a enredarse y perder el foco.
Pese a que la rentabilidad que han logrado las AFP para los fondos de pensiones es alta, el sistema aún no es legítimo. ¿Por qué?
-Hicimos muy bien la administración de fondos. Lo hicimos tan bien que de cada $100 que hay en los fondos, $70 son rentabilidad. Lo que no hicimos muy bien fue el darnos cuenta que, habiendo un grupo que iba a recibir de manera excelente los beneficios del sistema, había un grupo que estaba quedando fuera. Eso había que alertarlo, y en cierta medida se hizo, pero no con el énfasis necesario.
También quita legitimidad que si tienes el rol de administrar, y te va mal en la administración, igual te remuneres. Tenemos que hacernos cargo cuando las rentabilidades son malas. Se resuelve, por ejemplo, teniendo una comisión fija para cubrir tus costos y una comisión variable dependiendo de su desempeño. Cobro más cuando me va mejor, y no te cobro cuando me va mal.
Otro elemento de ilegitimidad tiene que ver con cuando yo me siento dueño de mis fondos y quiero hacer uso de ellos. Uno que tiene que ver con el derecho de propiedad y luego con el derecho de uso de esa sociedad. No puedes disponer de los fondos para cualquier fin. Pero, como en todo, hay situaciones de borde, donde definitivamente se debiera poder acceder a esos fondos. Por ejemplo, una persona que ya está en edad de pensión, pero que simplemente acumuló tan poco que no tiene sentido distribuir en 40 años los $3 millones que acumuló. Luego están las enfermedades terminales. No hay por qué cambiar el concepto de la capitalización individual y la finalidad de las pensiones. Lo que se debe hacer es tener distintas tablas de mortalidad. Y así como hay multifondos, se puede tener tablas de mortalidad diferenciadas para aquellas personas que tienen enfermedades crónicas, para las que tienen enfermedades terminales, para los que estamos bien, y para las personas que tuvieron trabajos que les provocó un mayor desgaste físico.
Además, un sistema nuevo parte acumulando fondos, por lo tanto se puso mucho foco en los retornos, en las inversiones, en los multifondos, en dar alternativas de inversión. Pero no se pensó con la misma fuerza que después tendrías a un grupo de pensionados que requerirían operativamente, en términos de servicio y de ocupar los equipos humanos de la administradora en trabajar con mucha más fuerza y foco el tema de los beneficios. ¿Cuál hubiera sido la gracia? Que hubiéramos tenido una visión previa más lúcida. Pero eso no les cabe sólo a las AFP, sino a todos quienes forman parte del sistema previsional, de seguridad social y de justicia social. Ahí hay mucho que debe decir el Estado, hay mucho que deben decir los legisladores. De hecho, de los proyectos que había hace tres o cuatro años que ya proponían aumento de cotizaciones, eso que era un 0,5%, un 1% y 1,5%, eso hoy ya serían 3 puntos adicionales y recaudarían por año US$3.000 millones que hoy no estás recaudando. Eso no se está recaudando por lentitud en las decisiones y darse vuelta en temas que son sabidos.
Un ejemplo emblemático de esa demora en las decisiones es el alza de la edad de jubilación.
-Un problema de identificación que suele ocurrir en el mundo de la administración de las empresas, es cuando tienes que lidiar con lo urgente y lo importante. Entonces, la discusión se centró mucho en lo importante y fue muy técnica. Desde esa perspectiva, valiosa. Pero no podías dejar de lado que tenías situaciones urgentes. Y a veces lo urgente requiere de soluciones que técnicamente no son las mejores, pero son necesarias. Ejemplo, que un porcentaje vaya a reparto y eso le dé al sistema un componente más solidario y más de justicia. Todos sabemos que el reparto no es bueno, todos sabemos que en la medida que la población envejece, y la estructura demográfica de Chile lo valida, saldrá más caro y va a mejorar menos las pensiones. Pero, ¿te ayuda hoy a subir las pensiones? Sí. Por lo tanto, ¿hay que hacerlo? Sí. ¿Esa opinión era igual años atrás? No.
¿Qué cambió?
-La percepción de la urgencia, porque no tenías esa claridad de urgencia. Por lo tanto, se siguió trabajando responsablemente en lo que se sabía que era certero hacer, porque era técnicamente lo correcto. Hoy, la urgencia hizo que ese tecnicismo lo humanices y se acerque más a algo que tiene un componente social importante. Por lo tanto, es válido que parte de la cotización adicional sea solidaria o de reparto. Sin olvidar que una parte importante debe ser capitalización individual y que tiene que ir a la cuenta de las personas. Hoy tenemos que dar soluciones a las urgencias, pero tenemos que ser lo suficientemente responsables y solucionar lo importante, y que tiene que ver con elevar las cotizaciones.
Llama la atención que no se debate con fuerza, como sí se hace en otros temas, la edad de jubilación. Si sabemos que las personas o nuestros hijos van a acercarse a vivir hasta los 100 años, no podemos pretender que una persona que con 35 años de trabajo pueda financiar 35 años de pensión. Eso es imposible. Quienes estamos insertos debemos ser más nobles, dejar de lado las agendas propias o partidistas, y pensar en las personas. Pero cada día que pasa aparecen nuevas ideas que demuestran que se pierde el foco.
Otra idea es crear un fondo F. Hoy los fondos tienen una estructura de constitución que es relativamente rígida y que muchas veces se afecta la rentabilidad del fondo E. Entonces, debo tener soluciones para quienes están pronto a pensionarse, que no es el fondo E. Que tenga mínima varianza, otra liquidez y así evitar pérdidas de quienes están pronto a jubilarse.
Las propuestas que han estado en la discusión en algunos casos apuntan más a terminar con el sistema o a la rentabilidad de las pensiones. ¿Eso es perder el foco?
-La discusión tiene que ser más profunda, tiene que tener sentido social y debe ser muy técnica. Es un tema muy noble, entonces poner ideas que lo que buscan no tienen como objetivo las personas que necesitan subir sus pensiones, sino que con un afán de cambiar el sistema por el hecho de cambiarlo, es una discusión sin sentido, sin norte, y que no traerá buenos resultados. Si quieres terminar con un sistema validando argumentos que lo justifiquen, está bien.
Pero nos dicen que no quieren que administremos el 5% adicional, cuando lo mejor que hemos hecho es administrar, porque en eso hay que ser repetitivo. Los fondos de pensiones este año han generado US$30 mil millones de ganancias sobre los fondos de las personas. En los últimos cinco años esa cifra es de US$78 mil millones. Y se quieren enfocar en las ganancias de quien administra, que si la eliminas completa las pensiones suben 2%-3%, pero si la rentabilidad sube 1%, es 20%-25% más de pensión. Entonces, por qué no hablamos de los activos alternativos, de cómo invertir, de cómo extender la edad de jubilación. Termina siendo una discusión poco profunda, poco noble. Porque aquí la preocupación tienen que ser las personas que requieren una mejor pensión.