El 15 de diciembre, luego de casi tres años al mando del mayor gremio empresarial del país y tras lidiar con el período político, social y económico más delicado de los últimos 30 años, Juan Sutil Servoin dejará la residencia de calle Monseñor Sótero Sanz, en Providencia. Ese día no solo dejará las llaves de la emblemática casona que alberga a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) a su sucesor Ricardo Mewes, sino también iniciará un nuevo período en su vida que incluye dejar la gestión operativa de sus empresas a sus cuatro hijos y disfrutar con más tiempo del campo y de vuelos en su helicóptero.
Alabado por sus pares por su performance al mando de la CPC en plena pandemia y crisis social en últimos tres años que dirigió el gremio, Sutil cree que la percepción sobre los empresarios ha empezado a cambiar entre los chilenos. En su última entrevista antes de entregar la presidencia del gremio, el empresario repasa su relación con los presidentes Boric y Piñera, el costo personal y familiar de haber liderado la CPC, y el futuro de sus negocios.
Luego de su experiencia al mando de la CPC en un período complejo, ¿cómo se define desde el punto de vista político y valórico?
Me definiría como un liberal de centroderecha que cree que es importante reformar y con una mirada socialdemócrata de la sociedad no menor.
¿Es decir, se define como un empresario socialdemócrata?
No, me defino como un empresario sin ningún tipo de título.
¿Cómo evalúa su rol en estos casi tres años convulsionados?
Siento que cumplí con la confianza depositada de los gremios y los empresarios, y de mi familia. Es una satisfacción muy grande. Me quedo con que pude estar en los momentos más difíciles de la historia reciente de Chile actuando con convicción, responsabilidad y también con un sentido de construcción de acuerdos. También me voy con la convicción de haber cumplido en los momentos más difíciles de la historia sanitaria de Chile.
Luego de estos tres años de alta intensidad al mando de La CPC, ¿qué es lo primero que va a hacer cuando deje el cargo?
Pretendo irme al campo durante todo ese fin de semana con tranquilidad; para poder dormir, descansar, despedirme de los chats y volver a la vida normal. El lunes siguiente, eso sí, tengo compromisos con Empresas Sutil, vuelvo a mi actividad, pero con una mirada mucho más distante también y menos ejecutiva.
¿Tuvo costos personales o familiares este período?
Sin duda. En este trabajo en la CPC hay que levantarse antes de las 6 de la mañana, informarse, con reuniones a partir de las 7.30 de la mañana. También hay mucha responsabilidad institucional. Hay presión de la prensa y eso es a cualquier hora. Hay presión de actividades de políticas públicas, con los ministros y parlamentarios. Hay una demanda total. Eso se suma a que nunca dejé de estar informado sobre lo que sucedía en las empresas nuestras.
En lo personal y lo familiar, tuvo costos altísimos. Tengo 61 años, siete nietos. No he tenido los tiempos de calidad los fines de semana ni para mi familia ni para mis nietos. Muchas veces he intentado caminar en los cerros, actividad que me gusta mucho, y termino contestando el teléfono los fines de semana. Entiendo, de todas formas, que es parte de mi responsabilidad.
Además, he tenido costos que son públicos, como los ataques químicos en dos de nuestras unidades productivas que nos costó mucho dinero, algunos incendios en operaciones nuestras en La Araucanía. Hemos tenido también intimidación familiar a través de gente que se ha metido en mi casa vestidos de negro, del tipo paramilitares, quienes buscan generar presión. Ese es un costo que hemos tenido que sufrir familiarmente. Estoy orgulloso de que, independiente de ese amedrentamiento o sabotaje, no nos cambió el rumbo.
Pese a todo este costo, ¿valió la pena ser presidente de la CPC en uno de los momentos económicos y políticos más complejos en más de 30 años?
Sí. Tuvo mucho valor porque se ha mostrado una cara distinta de lo que es realmente el empresario. Lo noto en la calle, en el metro, en el aeropuerto; la gente se quiere sacar una selfie. Me pregunto si eso pasó alguna vez con algún otro dirigente empresarial. Me pasa todos los días en diferentes lugares.
Me di cuenta que el camino que fue llevando la CPC bajo mi liderazgo era de sentido común y de cercanía. Eso ha sido importante para efectos de la imagen y que la gente entienda que los empresarios somos muchos, muy diversos. Desde los más pequeños, hasta los más grandes nos une un propósito de bien común. Vivimos uno de los momentos más difíciles de la historia reciente, con una pandemia y crisis social, política y económica. Soy de los que andan en metro, en taxi y camina por la calle. En estos tres años jamás nadie me ha insultado.
Recuerdo que al principio mucha gente temía por su estilo frontal y directo...
Mi estilo es directo, espontáneo y transparente también. El chileno en general es un poco “mantequilla”, le gusta que le pongan un poquito de rodeo en las palabras y en la forma. Es mejor ser claro, honesto y directo. Para mí no es ser duro, es ser correcto. Eso ha sido valorado por gente que tiene un pensamiento distinto al mío y que está en otra vereda.
¿Cómo fue su relación con el Presidente Boric?
Siempre fui muy directo y respetuoso con el Presidente Boric y también en su momento como diputado y como candidato. Mi principal preocupación es que una coalición de gobierno con el Partido Comunista, que tiene un lema que es “diálogo o conflicto”, se hace más difícil la construcción de acuerdos, por muy disciplinados que sean.
He ido conociendo al Presidente Boric. Es una persona que quiere construir acuerdos. Es bueno también que haya cambiado el eje político y muy bueno para Chile que haya ganado ampliamente el “rechazo”. Si hubiera ganado el “apruebo”, tendríamos una situación muy compleja del punto de vista institucional del país.
¿Siente que el Presidente ha ido aprendiendo en la práctica?
El Presidente ha ido entendiendo que gobernar es mucho más complejo. Todos los que lo acompañan también. Son gente joven que tiene poca experiencia. Hubo muchos errores en la instalación del gobierno y tuvieron que invitar, después del 4 de septiembre, a la centroizquierda a gobernar con ellos y eso también es positivo.
¿Cómo cree que finalizará este gobierno su período?
Al principio todas las hipótesis y diagnósticos fueron equivocados en gran medida, y eso lo tienen que atesorar, entender, reconocer. Se equivocaron con el diagnóstico respecto a lo que pensaban los pueblos indígenas, donde hubo mayor nivel de rechazo a la nueva Constitución. También hubo un diagnóstico equivocado del punto de vista del rol e importancia del sector productivo, de los empresarios. Ellos están haciendo un cambio importante, en términos de conocer cómo funciona el mundo de la empresa. No hay que olvidarse que en algún minuto para algunos fuimos despreciables, como también fue despreciable el mundo político.
Es muy positivo que haya un cambio de eje ahí y que ellos reconozcan, y en eso el Presidente ha sido lo suficientemente inteligente y astuto, la importancia de avanzar en el diálogo y acuerdos, lo mismo que ellos mismos criticaron durante ocho años desde el Congreso. Lo que vemos hoy, y eso me da mucha esperanza y tranquilidad, es que Chile es un país mucho más sensato.
En la medida que tengamos una Constitución equilibrada, que una, que represente a todos los chilenos y permita el juego democrático y la estabilidad, tendremos la condición basal para llevar a Chile al desarrollo. Tenemos la experiencia de más de 40 años de crecimiento sostenido. Adicionalmente, hacer una reforma tributaria que equilibre la inversión, la estabilidad de largo plazo, el desarrollo, la confianza para poner a Chile en marcha.
También debemos lograr tener una reforma de pensiones que equilibre las cosas para bien, en vez de una reforma planteada desde una óptica estatista. Hay que moderar para poder encontrar los acuerdos, si no, tendremos una tercera reforma de pensiones que va a fracasar. Las partes tienen que moderar las posiciones, salirse de las trincheras ideológicas e ir a las trincheras de la racionalidad y el bien común.
Usted tuvo la fortuna de haber lidiado con dos presidentes: Boric y Piñera. ¿Hubo diferencias en la relación con esos dos mandatarios?
Sí, sin duda. Cuando asumió este gobierno, fuimos vetados, a excepción de Izkia Siches (exministra del Interior), con la cual trabajamos juntos en la pandemia. La relación con el gobierno era muy compleja. Sin embargo, fue pasando el tiempo y se fue construyendo, partiendo por el ministro (de Hacienda) Mario Marcel, quien siempre tuvo la mejor disposición de trabajar juntos y poder trabajar en equipo, así como también a la ministra (del Trabajo) Jeannette Jara.
El discurso de que los empresarios éramos despreciables se cayó como arpa vieja y el gobierno se dio cuenta de lo importante de trabajar con nosotros. Reconozco, en ese sentido, que el Presidente Boric ha tenido una actitud de agradecimiento por el hecho de que nosotros hayamos sido, desde nuestras diferencias, siempre constructivos.
Con Piñera fue distinto, imagino…
Con Piñera trabajamos mucho en apoyar al gobierno. Me tocó asumir en un momento en que una parte importante de la oposición quería derrocar al gobierno. Las condenas a la violencia llegaron muy tarde. Hubo que trabajar en pleno período de pandemia, crisis económica. Me siento muy orgulloso de haber colaborado con el Presidente Piñera y con todo su gobierno en bien de todos los chilenos.
¿Si retrocediéramos al 2019 y ya sabiendo todos los costos que tendría que pagar, aceptaría el mismo cargo al mando de la CPC?
Me habían propuesto antes la presidencia de la CPC y no estuve dispuesto. La razón por la cual sí estuve dispuesto esta vez fue fruto de la crisis social del 18 de octubre. La gran mayoría, desde todos los sectores políticos, reconoce el trabajo que hemos hecho. ¿Volvería a ser presidente de la CPC en circunstancias como estas? Sin duda, voy a enfrentar siempre la adversidad. Lo he hecho siempre como empresario.
Empresas Sutil: “Estaré presente pero no en una posición operativa”
¿Cómo será su regreso a Empresas Sutil?
Estaré en una posición presente (directorio), pero no en una posición operativa como estuve en el pasado: hay una transición generacional que ha sido muy exitosa. Estoy agradecido de la gestión de mis cuatro hijos y de Edmundo Ruiz, CEO de la compañía.
¿Le interesa explorar otro tipo de negocios?
No. Hemos estado siempre muy concentrados en nuestra actividad agroindustrial. Eso ha sido parte del éxito, de haber estado en el foco y no estar muy desperdigados.
¿Le gustaría ver a Empresas Sutil en Bolsa?
En un momento estuvimos a punto de tomar la decisión y opté por mantener la compañía en el ámbito familiar y no me equivoqué. Nuestras empresas son todas “B” y tenemos una preocupación del impacto en nuestra gente, el medio ambiente, las comunidades. Empresas Sutil es muy sólida, genera mucha caja y, por lo tanto, tenemos capital para invertir. Mi gran desafío es profundizar la internacionalización de las empresas.
¿Sigue interesado en las comunicaciones como negocio?
Voy a apoyar en lo que pueda. Una buena manera de luchar contra instalaciones de falsas verdades es colaborando a contribuir a la verdad. En la medida que pueda contribuir a que haya una prensa equilibrada, que busque la verdad, voy a estar siempre colaborando en eso. Hoy el mundo del metaverso es importante, así como las redes sociales. No necesariamente puede ser un canal (de TV); se puede tener un programa que genere influencia.