Juan Sutil irrumpió en la acera pública este 2020. Llegó a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en marzo, luego de una campaña donde fue sumando de a poco el apoyo de los privados, convenció al empresariado de su poder de liderazgo y hoy, a nueve meses de haber asumido la presidencia de la principal multigremial empresarial del país, saca cuentas azules.

Dice que siempre se ha caracterizado por ser una persona directa al momento de hablar, pero recalca que no busca la confrontación. También indica que no se arrepiente de ninguno de sus dichos, pese a que solo hace unos días vivió una polémica por sus declaraciones manifestando que las reuniones en pubs y bares “debieran estar totalmente prohibidas”.

La Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga) reprochó de manera inmediata sus palabras, e incluso el Comercio, rama que integra la CPC, sacó la voz. “Su declaración no es muy feliz”, dijo su presidente, Manuel Melero, agregando que su comentario “hirió mucho a todo el sector del turismo”.

El empresario se ha volcado de lleno a la labor gremial, a la que le dedica más del 70% de su tiempo, dejando solo algunas “horas de calidad” para trabajar en sus negocios del sector agroindustrial y viñatero. Es que Sutil nunca pensó que en sus primeros meses a cargo de la CPC iba a tener tanta exposición, por eso mantuvo la presidencia de Empresas Sutil.

Hoy dice que cuenta con un excelente equipo, lo que le ha permitido delegar varias funciones. En lo referido a la pandemia, comenta que una de las labores más difíciles fue la compra de los ventiladores que el mundo privado logró traer a Chile en medio de la masificación del virus.

Pese a todo, Sutil hoy hace un balance positivo. Estima que el país y el sector empresarial han enfrentado de buena manera la crisis económica, social y sanitaria que ha generado el coronavirus en Chile. A su juicio, el gobierno ha entregado los aportes necesarios para que los chilenos puedan paliar los impactos del virus mortal que llegó al país a mediados de marzo, aunque reconoce que “algunas áreas” del gobierno no han estado a la altura.

También admite que su nueva labor ha sido de mucho trabajo. Se lee al día más de 100 carillas de notas con información sobre los principales temas que preocupan al empresariado y de los proyectos de ley que se discuten en el Congreso. Señala que “el Congreso no me lo ha hecho fácil”.

¿Pensó que le iría tan bien como líder de la CPC?

-Nunca me lo planteé. No sé si me ha ido tan bien. Ha sido tan exigido el año y nos puso desafíos importantes, partiendo con la participación en esta crisis sanitaria, donde nos tocó hacer muchas cosas, entre ellas el fondo (de recursos de los privados que se levantó) y colaborar con todos los chilenos. Creo que en eso sí nos fue superbién. Hemos logrado hacer las cosas con relativa eficiencia en bien de la situación y de la crisis que estamos viviendo.

¿Cómo le ha jugado su forma frontal de expresarse en este nuevo rol?

-A mí me tenían encasillado como una persona frontal y la verdad es que yo nunca he sido una persona frontal. He sido más bien una persona directa y clara. Desde que era chico, estuve en el colegio y fui presidente de curso y encargado de acción social del centro de alumnos, y en cada una de las actividades que he hecho en mi vida, he sido muy directo. Y la gente sabe quien soy. Yo soy muy transparente y digo las cosas realmente por su nombre y, en ese sentido, por supuesto que ha habido aprensiones de las personas que no me conocían y que pensaban que yo iba poco menos que a incendiar la pradera, cosa que está muy lejos de mi personalidad. Por otro lado, en este tipo de materias, uno no puede tener dobleces y ser distinto a lo que uno en esencia es. Entonces, lo que la gente hoy ve o percibe, es lo que he sido siempre durante toda mi vida.

¿Pensó que este 2020 iba a ser así de complejo?

El presidente de la CPC, Juan Sutil. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

-Nunca pensé que iba a ser así. Pensé que me iba a tocar una acción mucho mayor respecto del proceso político que el país estaba emprendiendo y, en ese sentido, tuve la sensación de que íbamos a tener más actividad. Ahora, desde ese punto de vista, hemos tenido mucha actividad, pero también hemos tenido mucha acción dentro de la crisis sanitaria, donde nos tocó movilizarnos. En lo personal me tocó liderar a un grupo humano muy grande, donde hemos hecho acciones que han sido muy importantes para Chile, partiendo por colaborar con los servicios de salud y dotar con equipos de oxigenación, respiración e incluso equipos de mantención para los propios equipos que hemos traído para enfrentar esta crisis. También nos hemos desplegado con mucha fuerza en apoyar a la comunidad a través de iniciativas como las cajas de alimentos. Nosotros fuimos los primeros en estar ahí presentes con Siempre con Chile. Todo eso ha sido muy bonito y también muy desgastante, porque prácticamente tuvimos que formar una empresa para poder desarrollar todo ese despliegue.

¿Y qué pasó en este período con su labor empresarial?

-La gente que me conoce sabe que siempre he sido extremadamente trabajador. He trabajado toda mi vida muy duro, desde muy temprano hasta muy tarde. Y lo que me ha tocado es que hoy día le tengo que dedicar mucho tiempo al país a través de la CPC. Mi día parte a las 6 de la mañana y termina a las 11 de la noche. Uno tiene que estar disponible para todos. Además, la sociedad no solo te interpela, sino que te exige mucho y los gremios también exigen mucho, y a todos hay que escucharlos y atenderlos. Eso requiere de mucho tiempo y requiere de preparación. Me debo estar leyendo hasta 100 carillas al día de diferentes materias. Además, tenemos que hacer seguimientos a los procesos legislativos, y eso ha sido difícil porque también el Congreso no me lo ha hecho fácil. A mi juicio, ha sido muy desafiante y se ha ido saliendo de sus propios marcos, y eso también requiere de mucho accionar. Y a mi empresa también le dedico horas del día, cuando puedo, horas de calidad. Tengo un muy buen equipo y felizmente también nos ha ido muy bien en nuestra actividad productiva. La relación más o menos es del 75% del tiempo para la CPC y un 25% para las empresas.

¿Qué fue lo más difícil que tuvo que enfrentar este año?

-Lo más difícil que he hecho en mi vida es conseguir los ventiladores y las cánulas, que fueron apoyados por las empresas y los empresarios, y que fueron llegando oportunamente. Mucha gente criticó por qué los equipos se recibieron en Pudahuel, pero si la gente supiera los desvelos, la preocupación y los momentos de angustia que pasamos, incluso de casi llanto para lograr el objetivo de tenerlos y tener la satisfacción que a ningún chileno le faltó un ventilador. A veces, llegaban los equipos justo cuando estaba la curva alta (de contagios) y uno decía: “Si no llegan la próxima semana, vamos a colapsar”. Cada vez que llegaban era un alivio, ahí uno puede entender por qué se celebró tanto.

¿Cuál es el balance del impacto que tuvo el coronavirus en el mundo empresarial?

-Cuando uno lo mira con la perspectiva del tiempo, considerando que esto partió con fuerza en el mes de abril, y hoy estamos en diciembre, uno podría concluir que las cosas se han ido haciendo relativamente bien. Primero, porque desde el punto de vista de la salud de las personas, a ningún chileno le faltó atención, ni le ha faltado una cama, un ventilador o una cánula de respiración. Eso habla muy bien de Chile, porque hubo muchos países desarrollados que no pudieron cumplir con este propósito. Segundo, se hizo una crítica muy dura al gobierno respecto de la demora o tardanza en apoyar, sin embargo, el Ingreso Familiar de Emergencia, el Bono de Clase Media y todos los bonos que han surgido hicieron que hoy, de alguna forma, la sociedad está atendida. También a través del Fogape se ha resuelto una necesidad. Se han cursado más de 300 mil operaciones -lo que es una cosa inédita- con miles de millones de pesos y hoy se está modificando incluso la Ley del Fogape de Reactivación, lo que va a permitir un horizonte más largo para poder recuperarse. Dicho esto, por supuesto que hay sectores que han sido mucho más damnificados, especialmente el comercio y dentro del comercio está el sector de los servicios de alimentación como restaurantes y también el servicio turístico, donde hemos sido brutalmente afectados, porque se han cerrado las fronteras y ha disminuido el turismo internacional. En ese sentido, diría que sumando y restando, yo hago un balance positivo.

El mismo ministro Briones reconoció que el gobierno sí había llegado tarde. ¿Usted no lo ve así?

-Puede ser que en algunas cosas sí, pero en la generalidad, no. Conversaba con un empresario mexicano: en ese país el 73% de la fuerza laboral es informal. Un país gobernado por la centroizquierda y ¿qué pasó con esa gente? No ha tenido ayuda. Chile sí ha tenido ayuda y han sido ayudas concretas. Chile está siendo uno de los países líderes en la prontitud del inicio de la vacunación masiva. Entonces, yo diría que ha habido muchas más cosas destacables. Cosas más bien positivas que negativas. Ahora, cuando uno hace un balance, como sucede en las empresas, hay algunas áreas de gestión de una empresa que no han estado a la altura y esas son las que hay que mirar y corregir. Mi balance personal de la situación que ha vivido el país es que en Chile a nadie le faltó atención de salud, lo que es destacable para una crisis de esta magnitud. Considerando, además, que los países desarrollados no lo pudieron hacer. Que Chile se haya destacado en la ayuda a sus ciudadanos y con toda la ayuda a las familias, y que no lo han hecho los otros países de la región, también es una cosa sumamente positiva. Los otros países de la región no lo han hecho de la misma forma ni con la prontitud que lo ha hecho Chile.