El 23 de junio, a las 11 horas, se realizará la segunda audiencia del proceso de reestructuración de deuda bajo la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos de Latam Airlines, la principal aerolínea de Chile y de la región.
En la cita -que debido a la pandemia, será no presencial- la principal aerolínea de Latinoamérica presentará ante el juez James L. Garrity, del Tribunal de Quiebras de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, presentará sus argumentos acerca de la petición para deshacerse de los contratos de arrendamientos de 19 aviones que componen su flota; 15 Airbus y 4 Boeing.
Esto, porque dado que la industria aeronáutica global se ha visto seriamente golpeada y la demanda por pasajes se espera que demore largos meses -e incluso años- en volver a los niveles previos a la pandemia, Latam busca ajustar su tamaño a la nueva realidad.
Según consigna el documento judicial, presentado por los asesores legales de la empresa de Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP “dichos acuerdos actualmente no brindan un valor beneficioso para los deudores o sus propiedades a la luz del clima económico que enfrenta actualmente la industria de las aerolíneas, ya que dichos aviones no son necesario para la flota actual”.
En esta ocasión, en la audiencia podrán participar otras partes interesadas. Y es que además de revisar la solicitud de dejar sin efecto contratos de arriendos, se revisarán otras mociones según consigna el documento de citación, que tienen relación con temas de seguros, impuestos y gastos, suministro de combustible, contratos de derivados y proveedores extranjeros.
Otras materias que se abordarán tienen relación con autorizaciones para el usos de cuentas bancarias y transacciones internas y entre filiales. Otro punto que se revisará son los contratos con aerolíneas, pues Latam solicitó una orden para asumir ciertos acuerdos con líneas aéreas.
En tanto, los representantes de American Airlines -con quien Latam negoció y tramitó una alianza comercial que fue rechazada por la Corte Suprema, tras obtener el visto bueno del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia- enviaron un documento al tribunal para solicitar hacerse parte del procedimiento de reestructuración de deuda. Esto ya lo habían hecho otras instituciones como Mitsui Banking Corporation y The Bank of New York Mellon.
Se deslista el ADR, ¿y Chile?
En otro frente, una semana histórica es la que vivió Latam Airlines tanto en Wall Street como en la Bolsa de Santiago. En solo cinco jornadas, la compañía destruyó US$936 millones en capitalización bursátil.
Pero la decisión de la compañía ha tenido otras implicancias para la acción. S&P500 Dow Jones informó el retiro de las acciones de Latam Airlines del S&P500 IPSA, principal índice bursátil local, lo cual se concretará este lunes previo al inicio de las operaciones. En tanto, minutos después de presentada la solicitud de acogerse al Capítulo 11, la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés) anunció que el departamento de Regulación de la NYSE inició los procedimientos para eliminar los ADR de Latam Airlines.
Abogados de la plaza señalan que la regulación americana entrega un plazo de diez días hábiles para apelar y evitar así el deslistamiento, pero ven poco probable que ello ocurra.
En ese contexto, ¿qué se puede esperar para la acción en Chile? “Financieramente hablando, el que venga una dilución fuerte no es razón para que deslisten. Si reestructuran capitalizando deuda, los nuevos accionistas (ex bonistas) van a querer transar sus acciones. Probablemente se van a emitir muchas nuevas acciones y el precio finalmente se va a ajustar al nuevo volumen y al valor que el mercado estime para la compañía”, explica Tomás Casanegra, académico de la Universidad de Los Andes.
En tanto, Manuel Bengolea, gerente general de Octogone, considera que “es difícil aventurar algún pronóstico con empresas del Capítulo 11. Primero porque el proceso de por sí es complicado. Segundo, la solución depende en parte de la recuperación del coronavirus donde los modelos financieros no encajan. A lo mejor suspender la acción para evitar especulaciones nocivas que podrían distorsionar el accionar de los acreedores de Latam puede ser lo correcto”, dice Bengolea.