Nuevamente, las noticias de Soquimich remecieron al país durante la última semana. Una de ellas, la ampliación del plazo de la investigación de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en la eventual operación de compra del 24% de acciones de SQM por la empresa china Tianqi, nos deja una enseñanza legal muy útil para el mundo empresarial.
Esta investigación se inició producto de una denuncia realizada por la Corfo, que argumentaba que la compra podría generar relaciones estructurales entre dos empresas que controlan la mayoría de la producción de litio en el mundo. La empresa china, por ahora, habría postergado la operación, mientras dure la investigación.
Con esta decisión la FNE ha mandado una potente señal que con la concentración en los mercados no se juega. Un reciente cambio en nuestra legislación entregó más facultades a la FNE para poder investigar cualquier negocio que pueda producir daños a la libre competencia; como asimismo, y esto es lo más importante, para exigir a las empresas cumplir con el denominado proceso de aprobación previa de fusiones o -lo que sería más correcto- "de operaciones de concentración de mercado".
Si bien este proceso previo no se aplicaría técnicamente al caso de Tianqi, para las otras compras de sociedades o para fusiones entre empresas con ventas en Chile, es obligatorio someterse a un proceso de revisión de la FNE. Esta exigencia de aprobación anticipada no sólo es aplicable a los gigantes de mercado, sino que a cualquier empresa si el monto de sus ventas, individual y/o conjuntamente consideradas, superan los relativamente bajos umbrales establecidos en la ley (ventas individuales desde US$14 millones aproximadamente).
De esta forma, hoy en Chile ya no existe la vieja disyuntiva de decidir entre las alternativas de "preguntar antes" o de "disculparse después". Las consecuencias de no preguntar a la autoridad o de no esperar el término de la investigación, son relevantes. No hacerlo significaría fuertes sanciones que van desde multas hasta, incluso, tener que deshacer la compra. En esto, habla por si solo el reciente ejemplo de la multa de US$3,8 millones por no pedirse la aprobación de una compra de empresas en el rubro de carnes; sanción que está aún en discusión en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
La empresa china tiene que estar bien impresionada con lo difícil que es hacer una inversión en Chile. No sólo se está cuestionando y revisando públicamente la situación tributaria del precio de compra, sino que ahora, a pesar de que llevaban más de 60 días presentando antecedentes, la FNE decidió ampliar la investigación, porque la información que se entregó claramente no fue suficiente para la autoridad.
La sola noticia produjo, además, una fuerte caída en el valor de las acciones de Tianqi. Parece que invertir en Chile, para jugar al "uno, dos, tres… momia es", está saliendo más caro de lo esperado.