Las criptomodenas están bajo la lupa del Departamento de Estados Unidos, que decidió abrir una investigación penal para determinar si operadores manipulan el precio del bitcoin y otras monedas digitales. La indagación se concentra en prácticas ilegales que pueden ejercer influencia en los valores, tales como la suplantación de identidad o la inundación del mercado con pedidos falsos, con el fin de engañar a otros operadores y llevarlos a comprar o vender.
Los fiscales federales trabajan en conjunto con la Comisión de Comercio en Futuros sobre Mercancía (CFTC por la sigla en inglés), un ente regulador financiero que supervisa los derivados vinculados al bitcoin. Las autoridades temen que las criptomonedas sean susceptibles de estafa por múltiples motivos: el escepticismo a combatir activamente todo tipo de engaño, las fuertes oscilaciones de precios que podrían facilitar un impulso de las valuaciones y la falta de regulaciones como las que rigen las acciones y otros activos.
Tales temores han llevado a China a prohibir las bolsas de criptomonedas y a países como Japón y Filipinas a regularlas, lo que ha contribuido a que el bitcoin cayera por debajo de los US$8.000 este año. No obstante, las monedas digitales siguen impulsando un frenesí de inversión global: atraen a legiones de entusiastas a cónclaves del sector, cuentan con el respaldo de celebridades y generan cada vez más atención por parte de Wall Street.
Las tácticas ilícitas que el Departamento de Justicia investiga comprenden la suplantación o "spoofing" y el llamado "wash trading", formas de manipulación que los entes reguladores llevan años tratando de erradicar de los mercados de futuros y acciones.
En la suplantación, un operador presenta una serie de pedidos y luego los cancela una vez que los precios se mueven en la dirección deseada. En el wash trading, un estafador negocia consigo mismo para dar una falsa impresión de demanda del mercado que atraiga a otros.