Kobe Bryant, el empresario brillante

Kobe Bryant

Interesado en los negocios, más abierto al mundo que muchos otros deportistas estadounidenses, ya que vivió en Francia e Italia, Kobe Bryant no esperó al final de su carrera deportiva para ampliar sus horizontes y fue uno de los primeros en captar el potencial del mercado chino a principios del 2000.


La leyenda del básquetbol, Kobe Bryant, fallecido el domingo en un accidente de helicóptero, acumuló una fortuna gracias a su talento y a algunas buenas decisiones económicas, pero un escándalo en 2003 y una personalidad compleja le impidieron llegar tan alto en los negocios como su ídolo, Michael Jordan.

Durante toda su vida deportiva, Kobe Bryant tenía siempre el mismo objetivo. "La gente no entiende lo obsesionado que estoy por ganar", dijo en una entrevista en 2013.

"La Mamba Negra", uno de sus muchos apodos, hablaba del campo de juego, pero su espíritu competitivo no se detuvo en los trofeos.

En cuanto al salario, después de compartir el cartel en los Lakers durante ocho temporadas con Shaquille O'Neal y haber aceptado ganar menos que en otros lugares, luego reclamó su deuda.

En total, recaudó US$323 millones en 20 temporadas, el segundo mayor promedio de ingresos en la historia de la NBA, por detrás de Kevin Garnett (334).

Fuera de la cancha, el anotador insaciable lo hizo aún mejor, con cerca de US$356 millones en contratos publicitarios y asociaciones durante su carrera como jugador (hasta 2016), según la revista Forbes.

En el centro de esta plataforma idealmente ubicada en Los Ángeles, la capital mundial del entretenimiento, estuvo el proveedor de indumentaria y artículos deportivos Nike, con el que se comprometió en 2003, después de una aventura abortada con Adidas.

La marca estadounidense le pagó US$16 millones de dólares el año pasado, según Forbes, más que cualquier jugador activo, excepto LeBron James y Kevin Durant.

Sin embargo, la colaboración no había comenzado bien, ya que sólo unos días después de la firma del primer contrato, Kobe Bryant fue detenido en Colorado por la presunta violación de una empleada del hotel en el que se alojaba.

El caso finalmente no llegó a juicio, ya que la presunta víctima se negó a testificar en la audiencia, pero la reputación del número 24 de los Lakers se vio empañada de manera duradera.

A raíz de ese episodio, la cadena de restaurantes de comida rápida McDonald's, uno de sus patrocinadores, cortó sus vínculos con él, al igual que la italiana Nutella.

La tarjeta china

Bryant firmó otras alianzas comerciales más adelante, como con la compañía aérea Turkish Airlines o el fabricante de ordenadores Lenovo, pero su imagen no logró recuperarse completamente después de la acusación de violación.

Nike, conocido por su lealtad hacia sus atletas, mantuvo su confianza en Kobe y, a partir de la temporada 2005-06, lanzó cada año un nuevo par de zapatillas con su nombre.

Pero en Estados Unidos y Occidente, el jugador, aunque ampliamente considerado como uno de los mejores en la historia de la NBA, nunca pudo suceder a Michael Jordan, el referente absoluto en materia de negocios deportivos.

La culpa se le adjudica a su personalidad individualista y a veces distante, menos atractiva que las de un LeBron James o incluso de un Michael Jordan, pero con cierto envoltura de encantador.

Interesado en los negocios, más abierto al mundo que muchos otros deportistas estadounidenses, ya que vivió en Francia e Italia, Kobe Bryant no esperó al final de su carrera deportiva para ampliar sus horizontes.

Fue uno de los primeros en captar el potencial del mercado chino a principios del 2000.

Gracias a numerosas visitas, a anuncios dirigidos específicamente a este mercado y a varias iniciativas, en particular humanitarias, el nacido en Filadelfia se convirtió en una leyenda en China.

Sus camisetas, zapatos y los productos que promovió allí se agotaban en días, lo que le aseguró ingresos significativos.

Más allá de ello, el quíntuple campeón de la NBA fue uno de los pioneros de una nueva generación de deportistas que se posicionó como inversionista y no solo como un vehículo publicitario.

En 2014, compró el 10% de las acciones del grupo de bebidas energéticas BodyArmor por US$6 millones. Cuatro años después, estas mismas acciones se valoraron en US$200 millones después de la entrada en el capital de Coca-Cola.

A través de su empresa de inversión, Bryant Stibel, Kobe Bryant también adquirió participaciones en la plataforma deportiva The Players Tribune y en el editor de juegos de vídeo Epic Games.

También hizo una notable incursión en la producción cinematográfica, con el cortometraje animado "Dear Basketball", escrito por él y ganador de un premio Óscar en 2018.

Con un capital de simpatía en aumento y el deseo expreso de seguir participando positivamente en el mundo del baloncesto, Kobe Bryant estaba seguro de seguir siendo durante mucho tiempo una figura de su deporte y un objetivo privilegiado de los anunciantes.

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