La empresa Lab4U se aleja del modelo típico de la camada de startups chilenas de la última década. Su CEO y cofundadora, Komal Dadlani, es mujer, algo poco frecuente a nivel latinoamericano y chileno, y tampoco proviene de los grandes centros urbanos de Chile: ella nació en Arica. Su otro cofundador, Álvaro José Peralta, es colombiano. Su negocio está en la industria de las edtech (empresas de soluciones tecnológicas para la educación). Más específicamente para el segmento denominado como k-12, el que está enfocado a los estudiantes escolares. “Tenemos como misión democratizar las ciencias y cambiar la forma en que esta se enseña”, explica Dadlani, con el mismo énfasis con el que se presenta a un pitch ante inversionistas.
Actualmente, esta startup tienen 8 mil estudiantes de Chile, México y Estados Unidos trabajando con su aplicación, la que permite, a través de los smartphones o tablets, realizar experimentos. Sus clientes son los colegios y también grandes compañías que tienen interés por involucrarse en las comunidades donde impactan. Como, por ejemplo, Boeing y Cemex en México o SQM y Fundación Minera Escondida en Chile.
A mediados de 2022, Lab4U fue la primera startup chilena en participar de un programa de aceleración (apoyo para crecimiento) de Morgan Stanley. Ahora, un ejecutivo de la gigante de servicios financieros es parte de su directorio, además de ser inversionistas. “Creo que a Morgan Stanley les gustó nuestro modelo, además de nuestra madurez como empresa (arrancaron el 2013). Pero, sobre todo, el potencial de una startup que triplicó su crecimiento en pandemia”, señala Dadlani durante el programa de TV online “1:1″ de Pulso Startup, y agrega: “A nivel latinoamericano hay unicornios (empresas valorizadas en más de US$1.000 millones) en el mundo de la comida, como NotCo, también en el de los seguros de vida, como Betterfly. También está Cornershop como un símbolo. En el mundo de la educación están los colombianos de Platzi (que van a ser unicornios) y los chilenos de Poliglota, pero estos están enfocados en la educación de adultos, no en colegios, como nosotros. ¿Hay alguna startup en esta área que sea unicornio? Ninguna. En cambio, sí las hay en China, India y Estados Unidos. Ese es nuestro potencial”.
¿Es un segmento menos atractivo para los inversionistas?
Puede haber muchas razones. Pero definitivamente creo que antes de la pandemia, esta área era cero atractiva para los inversionistas. A mí me decían: ‘Qué linda tu fundación’. Yo les contestaba que esta es una startup de tecnología. Vamos a crecer y conquistar el mundo.
Además, una mujer como fundadora es algo que se ve poco en Chile.
Así es. Y no solo en Chile. Si uno analiza toda la inversión de venture capital (VC) en Estados Unidos, que es el ecosistema más activo del mundo, solo el 2,7% va a empresas lideradas por mujeres. Hay varios papers de las universidades de Harvard y Stanford que tratan de explicar por qué, pero creo que claramente hay un tema de sesgos. Pero también hay estudios que dicen que las startups que tienen fundadoras muestran mayor rentabilidad. Además, de los que terminan estudiando tecnología u otra área ligadas a la industria STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) en Chile, solo el 7% son mujeres. Entonces, tenemos un problema en nuestro embudo. Son muy pocas fundadoras, porque pocas entran a estudiar y menos aún se gradúan de la carrera. Acá hay un problema que hay que atacar a temprana edad en los colegios para que las mujeres se motiven. Entonces, es importante que a las mujeres founders les vaya bien, como, por ejemplo, Daniela Lorca, de BabyTuto. Incluso algunas ya están comenzando a ser inversionistas.
¿Cómo viene el 2023 para las startups?
El mercado de las startups está cambiando... y se siente, por ejemplo, en las reuniones con los inversionistas. Acabo de estar en Nueva York y se nota. Ya no es como en el 2021, que había mucha gente invirtiendo a valorizaciones muy altas. ¡Ridículas! Había rondas semillas de US$100 millones con unas valorizaciones casi de unicornio. Ese modelo ya no se verá este año. Los inversionistas están cuidando mucho en qué empresas invertir y están evaluando, mirando los ingresos y que tengan relación con el negocio. Esto ya no es crecimiento, crecimiento y crecimiento, sin importar la rentabilidad. Ese era el modelo pre 2022. El modelo post 2022 tiene que ver con el Ebitda, con el factor rentabilidad y con las unidades de negocio. No es que no se estén invirtiendo, pero están siendo más cuidadosos.
¿Pero es un buen momento para levantar capital?
Ojalá que si es una startup no esté gastando más de lo que está ingresando. Lo que están haciendo muchas empresas es proyectar el cash para 24 meses y de ahí ver un levantamiento de capital. Sí, se puede levantar capital, pero hay que fijarse más en la rentabilidad.
¿Las edtech tienen alguna característica especial dentro de esta tendencia?
Sí. La percepción de los inversionistas con respecto a las edtech cambió mucho pospandemia. Hubo un peak el 2020-2021 que ahora se está estabilizando, pero no está más bajo que los números prepandémicos. Las ventas siguen siendo altas y veo mucho más interés, porque la misma industria cambió. Hay más apertura y competencia. Creo que su estado es similar a otras industrias, pero con más optimismo, debido a un cambio en el comportamiento de los propios clientes.