La acelerada carrera de los hermanos Fischer para transformarse en los zares de los juegos de azar
Si se concretan las negociaciones -preliminares aún- que se conocieron esta semana para fusionar Enjoy y Dreams, los hermanos Fischer se convertirán en los nuevos líderes de la industria de los casinos, dejando atrás el título que hasta el año pasado ostentaba la familia Martínez, excontroladores de Enjoy. Fueron socios y luego tuvieron rencillas. Con ellos, los Fischer aprendieron sobre el negocio que ahora pretenden dominar.
A Claudio Fischer Llop (63 años) siempre le ha gustado volar alto. Piloto desde hace más de 40 años, el empresario y presidente del operador de casinos y hoteles Sun Dreams se podría convertir, junto con su hermano Humberto, director de la firma, hoy de 64 años, en los nuevos dominadores del mundo de los casinos de juegos. Esto, si se materializa la apuesta que esta semana los tuvo en el centro de la noticia: las conversaciones preliminares que los hermanos oriundos de Coyhaique iniciaron con los acreedores de Enjoy para fusionar las compañías -Dreams y Enjoy- y controlar así cerca del 80% de la industria.
La noticia sorprendió al mercado e incluso a ejecutivos y directores de las propias compañías involucradas. El propio Javier Martínez, hoy accionista minoritario de Enjoy, desconocía los acercamientos, los que le fueron comunicados por Henry Comber, director ejecutivo de Euroamérica e integrante de la comisión de acreedores de Enjoy, el viernes 19 de febrero. Incluso algunos en Dreams se sorprendieron por las gestiones que, reservadamente, los dueños de la firma llevaban a cabo desde hace semanas.
A quienes no sorprendieron los intentos de fusión fue a personas cercanas al clan Martínez. “Era una jugada lógica”, dice un exasesor de la familia.
Los Martínez y los Fsicher fueron socios, pero desde hace algunos años iniciaron rencillas que se evidenciaron, por ejemplo, en 2018, cuando, primero, los Martínez se quedaron con las licencias del casino de Puerto Varas y luego con una serie de impugnaciones que realizó Dreams sobre la licencia que Enjoy se adjudicó en Pucón, donde debe construir un nuevo casino. Esa operación se convirtió en el bastión de lucha de ambas familias. “Siempre ha habido una rivalidad”, sentencia un cercano a los dos grupos.
El mundo de las apuestas ha unido a las familias Martínez y Fischer por más de 40 años. Sus vínculos nacen en la década de los noventa, cuando Antonio Martínez Ruíz, fundador de Enjoy, y en esa época reconocido empresario de la incipiente industria con la operación exitosa del casino de Viña del Mar, necesitaba un socio local para crecer en Puerto Varas. Tras analizar a varios candidatos, el patriarca del clan Martínez eligió a Humberto y Claudio y crearon una sociedad donde ambas familias tenían el 50%. Con la sociedad conformada, juntos compitieron para obtener una concesión municipal para operar un casino de juegos en esa localidad del sur del país. Hasta ese minuto, los Fischer no habían tenido grandes incursiones en la industria. La única experiencia fue la apertura, a fines de los setenta, de locales de videojuegos en Coyhaique, negocio que poco a poco fueron expandiendo, llegando a controlar más de mil máquinas desde Puerto Montt al sur.
Ya con la nueva normativa en marcha, a mediados del 2000 los Fischer querían ampliar el vínculo con los Martínez, pero ahora para crecer en el mundo de las apuestas. El 2006, el grupo participó en solitario en el primer proceso que iniciaba la recién creada Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ), y se adjudicó las concesiones de Valdivia, Temuco y Punta Arenas. Al año siguiente, presentaron una solicitud de cambio societario para que Enjoy ingresara a sus tres sociedades operadoras con un 10% de participación. En ese momento, las familias aún eran socios en el Casino de Puerto Varas y la relación estaba próxima a cumplir una década.
Pero la convivencia entre ambos grupos duró eso. Debido a problemas en la forma en que se administraba el negocio, los Martínez terminan vendiéndole a los Fischer el 50% que tenían en Puerto Varas y las aguas se separaron.
“Antonio Martínez padre que fue el que más sufrió con ellos. Es que las relaciones no terminaron bien y cuando se termina un negocio así quedan algunas asperezas. Sin embargo, el tema en la actualidad ya está superado”, dice un cercano a los Martínez.
“Los Fischer fueron socios de los Martínez y así comenzaron a conocer el mundo de los casinos, pero en todos estos años nunca se ha escuchado una mala palabra entre ambas familias. Hay mucho respeto por las historias de cada uno”, recalca un empresario cercano a los hermanos Fischer Llop. La separación, dice alguien que conoció la relación, se debió a una diferencia comercial y el término de la asociación fue amistosa y ordenada. “Claudio le tiene mucho afecto a la familia Martínez, pero es evidente que la vida los ha puesto como rivales”, agrega.
El salto de Dreams
El año 2008 los hermanos Fischer crearon Sun Dreams y el 2016 dieron el gran salto al fusionar la compañía con el gigante internacional Sun International en Latinoamérica. Sin embargo, el 2020 y tras varios intentos por parte de los Fischer por controlar la compañía, los sudafricanos decidieron salir del país y los hermanos se quedaron con el 100% de Dreams.
“Ellos siempre han querido ser un actor grande y la operación que hicieron con Sun fue un golpe a la cátedra. El grupo sudafricano es gigante a nivel mundial y que unos chilenos hayan terminado comprándoles el control, habla bien de ellos. Fue toda una sorpresa”, señala un ejecutivo ligado al mundo de los casinos.
La sociedad que lideran tiene en el país casinos en Iquique, Mostazal -donde tienen su buque insignia Sun Monticello- Temuco, Valdivia, Puerto Varas, Coyhaique y Punta Arenas. Según la memoria de 2019, la compañía suma 8.180 máquinas de azar, 725 habitaciones y 383 mesas de juego, los que convierten a Sun Dreams en el segundo mayor operador del país. Sin embargo, medido por ingresos, según la información a 2019 de la Superintendencia de Casinos de Juegos, la firma es el mayor operador de casinos del país, con una participación del 38,8%. Enjoy, en tanto, tenía el 37,6%, Más atrás se ubica Marina del Sol, con el 13,6%, de la familia Imschenetzky.
También el grupo Dreams tiene operaciones en Perú -Tacna, Lima y Cusco-, Cartagena de Indias, en Colombia, en Panamá y en Mendoza, Argentina.
“Para Enjoy, Dreams es un socio lógico, mucho más que los Imschenetzky, que también están siendo afectados por los impactos de la pandemia”, señala un operador del mercado.
Decisiones en conjunto
Los hermanos Fischer han formado uno de los mayores grupos empresariales donde la mayoría de las inversiones las manejan juntos, a través de Inversiones Pacífico Sur (IPS), donde cada uno tiene el 50% de participación. Ambos son conocidos en el mundo empresarial por ser emprendedores. A Claudio, dicen cercanos al empresario, le gusta la exposición, es inquieto, peleador y más vinculado al lado comercial. De hecho, él se concentra en el área inmobiliaria, que incluye los casinos. Un ejecutivo que lo ha tenido de contraparte usa varios adjetivos para definirlo: directo, obsesivo, impaciente y creativo.
Humberto, veterinario de profesión, es más pausado, pragmático y enfocado al mundo financiero. Siempre estuvo más ligado a la industria salmonera. Quizá por lo mismo, quienes los conocen destacan que hacen una gran dupla. “Todas las apuestas las deciden juntos”, señala un cercano a los empresarios sureños.
En 1986 entraron al negocio de los salmones, creando Pacífico Sur, que en 1998 se fusionó con AquaChile, de Víctor Hugo Puchi y su familia. En 2018 vendieron la firma a Agrosuper y los hermanos Fischer recibieron unos US$ 280 millones por el tercio de la propiedad. También tienen negocios en el rubros agrícola, forestal e inmobiliario donde el fuerte, fuera de los casinos, está más concentrado en el sur del país. donde manejan desarrollos, renta y concesiones. Actualmente, tienen tres proyectos residenciales en Santiago y Valdivia, varios activos comerciales en lugares como Punta Arenas, Coyhaique y Valdivia, y la concesión de los estacionamientos de la costanera de Puerto Montt. A esto, en 2007 sumaron la concesión de la Zona Franca de Punta Arenas.
En un negocio donde no han logrado brillar es en la aviación, actividad que fue la gran pasión del patriarca del clan. Por eso, el año 2010, Claudio Fischer relanzó Aerocord, la aerolínea que en 1960 fundó su padre, quien era un ex piloto de la Fuerza Aérea de su mismo nombre. En este negocio, el que operaba vuelos en la XI Región, era el único en que no está asociado con su hermano. Pero el menor de los Fischer fue más allá y creó One Airlines, una inversión personal que mantuvo por años, pese a que los resultados financieros nunca fueron los mejores y que tuvo que cerrar en 2020, golpeada, además, por los impactos de la pandemia.
Pero pese a los impactos que toda la industria de casinos está viviendo, producto de la crisis sanitaria, los Fischer tienen una buena situación financiera. El mismo Cladio Fischer lo mencionó hace unos meses en una entrevista con Pulso, donde indicó que “a nosotros afortunadamente nos pilló bien parados (la pandemia), ya que somos bastante conservadores y ordenados en nuestra gestión financiera”, dijo.
El año 2020 contrataron a LarranVial para encauzar su situación financiera relacionada, principalmente, con una serie de bonos con vencimientos a 30 años. Pero su solvencia financiera, indican los cercanos a los hermanos, viene de la venta que realizaron a Agrosuper. “Eso los dejó con un muy buen pie. Además, les ha ido muy bien con los casinos y ahora les irá mejor, ya que pueden operar mejor”, señala un cercano a la firma. Es que la SCJ anunció la semana pasada que los centros de juegos de todo el país podrán abrir sus puertas en las comunas que se encuentren desde la etapa de Transición o fase 2, en adelante. Dreams tomó bien la noticia y abrió el lunes pasado su casino en Punta Arernas, por ejemplo, con una exclusiva terraza de máquinas de juego. Es que el futuro lo ven positivo, pese a que aún están a la espera de la definición que debe tomar la autoridad respecto de licitación de los 12 casinos que deberán renovar sus permisos. El proceso fue nuevamente suspendido por la SCJ en noviembre, prorroga tiene una vigencia de 180 días y que se suma al primer aplazamiento anunciado en agosto del año pasado.
En cuanto a las conversaciones con los acreedores de Enjoy, el proceso continúa y las partes han recalcado que las conversaciones son aun inicipientes. El proceso, de concretarse, en todo caso, podría demorar un año, ya que además debe ser revisado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
Pero la negociación podría acelerarse a partir de abril, cuando la contraparte de los Fischer puedan negociar en propiedad una unión que dejaría a los Fischer con el control de la nueva empresa. Durante ese mes, los acreedores convertirán sus deudas en acciones y se transformarán en los controladores de Enjoy, con cerca del 90% de las acciones. Los actuales accionistas quedarán con cerca del 10%. Y los Martínez, que fueron los socios de los Fischer y los anteriores zares del mercado de los casinos, bajarán a menos del 5%. Cediendo su liderazgo a sus mayores competidores.
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