La adaptación del golf a la megasequía de Santiago

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Este deporte tiene como un ícono al pasto y su color verde. Pese a las últimas lluvias, estos clubes han debido adaptarse a la sequía y al cambio climático, que no distingue entre deportes. Reemplazo a maicillo, técnicas de ahorro hídrico, aguas tratadas, convenios con sanitarias y un cambio en el paisajismo son algunas de las iniciativas.


La megasequía que lleva más de 12 años en Chile ha puesto sobre la mesa un concepto clave: adaptabilidad climática. En otras palabras, todas las actividades que dependen en gran parte del agua tienen que modificar su accionar a la nueva realidad. Y el golf, debido a la gran superficie de pasto que utiliza en sus canchas, es un sector que ya se está adaptando.

Según datos de la Asociación de Golf de Santiago, la superficie de áreas verdes que aportan las canchas de golf suman cerca de 650 hectáreas, lo que corresponde a unas 10.600 veces el área del Estadio Nacional. En términos generales, el pasto necesita en promedio 7 a 9 litros de agua por día cada metro cuadrado en la temporada de verano: así la totalidad de los clubes de golf de la capital tienen que utilizar para riego entre 45,5 millones y 58,5 millones de litros diariamente durante el período estival.

Pero eso es en condiciones climatológicas ideales y suponiendo que todos los campos de golf están con pasto en su totalidad. Lo que no es así, debido a varias medidas que están tomando. “Estamos conscientes hace tiempo de la gravedad del problema. Por lo mismo, hace ya dos años implementamos un plan de mediano y largo plazo que nos debería llevar a ahorrar el 50% del consumo de agua actual”, explica Rubén Céspedes, presidente del directorio del Club de Golf Hacienda Chicureo.

Por su parte, Sebastián Vicuña, gerente general del Club de Golf Sport Francés, indica que “ha sido un tema prioritario desde hace bastante tiempo al interior de nuestro directorio y frente a los socios. El tema del agua y una serie de iniciativas al respecto fue tratado en profundidad en nuestra última junta de accionistas del pasado jueves 2 de junio”, cuenta.

De hecho, en enero de 2022, esta entidad deportiva envió a sus socios un comunicado con una serie de medidas que el club ya está llevando a cabo con respecto al ahorro del recurso hídrico. “Personalmente he participado en un grupo de trabajo con la finalidad de generar iniciativas conjuntas para reducción de consumo de agua en conjunto con la Municipalidad de Vitacura”, agrega Vicuña.

Los clubes de golf en la Región Metropolitana utilizan el agua potable para los baños, duchas, restaurantes y otras actividades para los usuarios, pero las canchas son regadas con aguas provenientes, principalmente, de derechos de agua, por ejemplo, del río Mapocho. La Asociación de Golf Santiago indica que en la capital más del 90% del agua de riego de las canchas es tratada, cifra que alcanza el 100% en lugares como el estado de California (EE.UU.), que tiene condiciones de clima y sequía muy similares a la zona central de Chile.

Por ejemplo, el Sport Francés utiliza aguas provenientes de derechos de la Asociación Canal Unidos, que se abastece del río Mapocho, “el cual, al venir con poca agua, nos reporta principalmente aguas tratadas provenientes de la planta de tratamiento de aguas servidas de Lo Barnechea y solo es posible de ser utilizadas para riego y no para consumo humano”, aclara Vicuña.

De hecho, la mayoría de los clubes está haciendo es la reutilización de aguas, metodología que se ve como una solución que permite reducir en hasta 30% el consumo. Prince of Wales Country Club, Las Brisas de Chicureo, Hacienda Chicureo, el Club de Polo San Cristóbal y el Club Los Leones, entre otros, ya apostaron por esa línea hace unos años.

Incluso, Juan Eduardo Duhart, presidente de la Asociación de Golf Santiago, indica que como entidad ya han tenido conversaciones con sanitarias para efectos de intercambiar derechos de agua de los clubes por aguas tratadas de estas compañías, aunque Duhart prefirió no decir los nombres de las empresas que se han reunido.

Según Aguas Andinas, principal sanitaria de la Región Metropolitana, han tenido reuniones con distintos usuarios y organizaciones de grandes extensiones de áreas verdes “para buscar en conjunto opciones que permitan liberar el agua cruda y ponerla a disposición del consumo humano. Es ahí donde nuestro proyecto de reúso de aguas regeneradas juega un rol muy importante, pues le damos una doble vida al agua, usándola primero en la ciudad y entregándola después desde nuestras biofactorías como agua depurada en condiciones óptimas para riego”, explica Daniel Tugues, director de Operaciones de Aguas Andinas.

Pasto y diseño

Con respecto al pasto, una de las acciones concretas que llevan haciendo hace varios años los clubes de golf es reemplazando por especies que aguanten más la sequía, donde la “bermuda” es uno de los protagonistas, a pesar de que en invierno se pone amarillento. “A principios de este año contratamos a un experto internacional, quien nos está asesorando para ir cambiando el tipo de césped por uno que tenga menos necesidades de requerimientos hídricos. Esto sumado a incorporar tecnología en nuestro sistema de riego, con sensores de humedad que permiten reducir de forma importante el consumo de agua”, dice Céspedes y agrega: “nuestra meta para este año es bajar en al menos en 20% nuestro consumo de agua”.

Desde la Hacienda de Chicureo indican que están explorando un cambio paulatino de nuevas variedades de bermuda enana o híbrida, que ya está presente en algunos sectores del club a modo de prueba y es parte de su Master Plan de la cancha de Golf que está preparando la Compañía norteamericana Robert Trent Jones. De hecho, otros clubes también están contratando empresas extranjeras que ya han implementado soluciones en California, pero también en el Estado de Arizona (EE.UU.), donde es un clima derechamente desértico.

Por otro lado, también se está estudiando usar innovaciones ya instaladas en las canchas del norte de Chile, como La Serena Golf, donde el pasto no es opción, utilizando técnicas como, por ejemplo, mezclar arenilla con ciertos aditivos o incluso poner grandes alfombras en ciertas zonas en reemplazo del césped.

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Práctica de golf.

También hay una mirada más radical, donde están reemplazando el otrora pasto por maicillo y dejando las áreas verdes solo para las yardas (medida usada en este deporte) más cercanas a los hoyos. Por algo dicha área se llama “green” (verde). Una cancha normal posee 18 hoyos. En otras palabras, se está cambiando absolutamente el “paisajismo” de las canchas de golf. “La reducción de áreas de césped se hizo a inicios del 2020, considerando zonas en las cuales no se afecta la jugabilidad y podían ser reemplazadas por paisajismo seco. Esto genero un ahorro estimado en 5% de nuestro consumo anual. La segunda etapa de esta medida contempló el contrato de los diseñadores originales de la cancha, para que modificaran el diseño actual a uno que emule las canchas de Arizona, que minimizan las zonas de pasto en 40%”, señala Céspedes.

Pero según Duhart, “hay que pensar que, de todas formas, reemplazar de la noche a la mañana todo el pasto por especies más adaptables a la sequía no es algo rápido. Eso sí, lo que se está privilegiando son los árboles, porque si no se riegan se mueren”, asegura el presidente de la Asociación de Golf de Santiago.

Pulmón verde

Según los consultados, pensar en cerrar este tipo de clubes o trasladarlos más al sur no es opción, lo que aumenta más la tesis de la adaptación. “Cuando uno es socio de un club de golf en Santiago y te dicen que van a hacer una cancha en Osorno, no tiene lógica. Por eso no hay que olvidar que los clubes representan en Santiago más de 500 hectáreas de áreas verdes, que se mantienen a costo de los socios En una ciudad como como esta y con la gran polución que existe, estos lugares le entregan un gran beneficio a la ciudad”, comenta Juan Eduardo Duhart.

Sebastián Vicuña es de una idea similar: “nuestro club es un pulmón verde en la mitad de la Comuna de Vitacura y que aporta de manera muy positiva a la huella de carbono y emisiones de oxígeno al medioambiente y por lo tanto contribuimos de manera muy positiva a la calidad de aire de nuestra ciudad”, comenta.

Según la Dirección General de Aguas (DGA), la Región Metropolitana mantiene un déficit de precipitaciones respecto a un año normal que es del 47%, a pesar de las copiosas lluvias de los últimos días. Con respecto a la cantidad de agua almacenada en los embalses, la autoridad informó que existe 20% más de agua de los 25 que monitorea la DGA. En el caso del embalse El Yeso, que es la principal reserva de agua de la RM, el volumen ha aumentado en 1,2 millones de metros cúbicos desde fines de junio y actualmente el volumen acumulado corresponde al 69% de su capacidad total.

Como sea, Duhart aclara: “Ya todos los clubes de golf están usando aguas tratadas. Nadie abre la llave de agua potable para regar, además que saldría carísimo”.

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