La alerta de British American Tobacco por el explosivo aumento del contrabando de cigarrillos en Chile

La alerta del gerente general de BAT ante el explosivo aumento del contrabando de cigarrillos

De acuerdo a las cifras de la empresa que comercializa en el país las marcas Kent y Lucky Strike, entre otras, hoy en el país el contrabando de cigarrillos alcanza ya al 52% del mercado, versus un 20% hace unos dos años. "Estas bandas manejan un precio promedio de $1.000 por cajetilla de cigarrillos, cuando el promedio de una cajetilla formal son $4.000. Es una distancia enorme y no hay cómo competir”, sostiene André Basile, gerente general de BAT Chile.


El comercio ilegal y el contrabando han sido un tema que preocupa a los gremios, empresas y autoridades. Desde British American Tobacco (BAT) Chile, su gerente general, André Basile, ahondó en conversaciones con Pulso en las cifras, y el alza que ha tenido el contrabando de cigarrillos en el país, además del impacto negativo en la recaudación fiscal por una mayor presencia de estos productos en el mercado local.

BAT opera en Chile desde hace más de 100 años -la firma internacional se instaló en Valparaíso en 1909- y actualmente comercializa en el país la marcas de cigarrillos Kent, Lucky Strike, Dunhill, Pall Mall y Hilton.

“El cigarrillo trae en promedio un 80% de impuestos, así que una banda criminal que maneja un cigarrillo de contrabando deja de recabar el 80% del valor del producto, por lo tanto, es muy lucrativo para estas bandas. Otras categorías sufren el mismo problema, pero en el caso del cigarrillo es más grave por los montos, y el impacto que genera. Es una fuente de financiamiento para estas bandas, y junto con cigarrillos manejan drogas, armas y otras cosas. Por el hecho de que el cigarrillo es tan lucrativo terminan financiando sus actividades criminales con el contrabando”, explica Basile.

Asimismo, indica que “genera un tema de inseguridad endémico en la sociedad. Ocupan espacio público, la informalidad crece donde hay contrabando. Los puestos formales están bajo riesgo, porque las tiendas están afectadas por una competencia muy difícil. Estas bandas manejan un precio promedio de $1.000 por cajetilla de cigarrillos, cuando el promedio de una cajetilla formal son $4.000. Es una distancia enorme y no hay cómo competir”.

El ejecutivo detalla que a lo largo de los últimos dos a tres años el contrabando ha venido al alza. Si bien siempre ha habido, ha avanzando hasta superar el 50% del mercado nacional. En todo caso, agrega que es una situación que afecta también a otros países de la región.

“Hasta dos años atrás el contrabando de cigarrillos era más o menos un 20% del mercado de cigarrillos en total. Hoy es 52%. Uno de cada dos cigarrillos viene del contrabando. Eso genera muchos impactos, como es la recaudación de impuestos. Somos de las industrias que más impuestos paga en el país. La recaudación de cigarrillos ha bajado, porque la cantidad de cigarrillos formales ha disminuido muchísimo. En los últimos tres años se dejaron de recaudar más de US$2.800 millones. Es mucha plata. Hay muchos recursos por buscar, vale la pena para las autoridades tener un esfuerzo coordinado”, enfatiza Basile.

Al respecto, junto con algunos otros gremios, desde BAT Chile lanzaron recientemente una campaña para concientizar a la ciudadanía acerca del tema.

“Lanzamos una campaña porque identificamos que la Ruta 68 es una ruta importante para el contrabando. Valparaíso es la región en que más ha crecido el contrabando. Nos juntamos con la Cámara Nacional de Comercio (CNC), con la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), con la Confederación de Suplementeros y con los agricultores, y tuvimos una acción coordinada para levantar el tema en la sociedad”, señala el gerente general de la compañía.

La gran mayoría de los cigarrillos de contrabando proviene desde Paraguay e ingresan principalmente por la frontera norte de Chile, para luego comercializarse de manera ilegal en algunos sectores específicos.

“Paraguay tiene una capacidad de producción que es 12 veces la capacidad de consumo del país. Se ha convertido en una fuente de contrabando. La gran mayoría se venden en las ferias públicas, lo que sucede alrededor de las ferias. Hay algunas falsificaciones de marcas nuestras y de otras empresas, pero el 80% del volumen son marcas específicas desde Paraguay”, indica.

Y añade que, además, “hemos visto algún volumen que viene desde Asia, principalmente de Corea, pero la gran mayoría viene desde Sudamérica. El volumen grande viene desde Paraguay”.

Si bien destaca los esfuerzos que se han hecho por frenar esta comercialización ilegal, Basile asegura que lo que se logra decomisar aún es un porcentaje muy bajo.

“Todo el volumen de cigarrillos que se decomisó en 2024 fue solo el 10% del volumen ilegal que ingresa a Chile. Llega a un punto que es casi imposible. Estamos hablando de tres contenedores por día. El 60% del volumen se comercializa en Santiago. Cualquier esfuerzo que se pueda hacer en la Ruta 5 de revisión es muy importante, porque no hay muchas otras formas de llegar a los consumidores en Santiago”, indica.

Recaudación a la baja

Las cifras de recaudación a noviembre que mostró la Dirección de Presupuestos (Dipres) en su último informe de ejecución fiscal mensual refleja, de alguna manera, la problemática sobre la que advierte el ejecutivo de BAT. Si bien puntualmente en noviembre los ingresos por el impuesto específico al Tabaco, Cigarro y Cigarrillos subieron 33%, en el acumulado del año a ese mes registraron una caída de 15,7%, con un monto de $901.585 millones. Para el 2024 el gobierno proyectó recaudar por ese impuesto $1.226.725 millones.

En el Fisco, el contrabando de cigarrillos es algo que ya vienen mirando hace bastantes años. De hecho, en la reforma tributaria de 2014, bajo el segundo gobierno de Michelle Bachelet, se estableció una política de trazabilidad para los cigarrillos que se comercializan en el país. Esta se puso en marcha a mediados de 2019. De acuerdo a esta medida, todas las cajetillas tuvieron que incluir un sistema de marcación que permitiera distinguir productos falsificados de los originales y monitorear el correcto pago de los impuestos que se aplican al sector.

Con este sistema en marcha, se pretendía que el Servicio de Impuestos Internos (SII) iniciara controles automáticos a productores e importadores, verificando el correcto pago del Impuesto Específico a los Cigarrillos y también de otros impuestos, como IVA y Renta.

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