Los bancos deben abstenerse de pagar dividendos o efectuar recompras de acciones para preservar el capital y mantener el flujo de crédito en una economía golpeada por la pandemia del coronavirus, ha indicado hoy la Federación Bancaria Europea (EBF). Esta organización incluye a 32 patronales bancarias europeas, y representa a 5.000 entidades financieras del continente. La petición de no distribuir dividendo va en línea con las hechas por distintos organismos, si bien es la primera vez que el propio sector se pronuncia al respecto.
"Para el 2020 la Federación Bancaria Europea considera que los bancos que cotizan en Bolsa no deben abonar dividendos o realizar recompras de acciones, de modo que preserven el máximo nivel de capital y los consejos de los bancos decidan sobre la política de dividendos a final del año", dijo el EBF en una carta remitida ayer jueves al brazo supervisor del Banco Central Europeo, el MUS (Mecanismo Único de Supervisión), según Reuters.
En España ya se han dado las primeras decisiones en este sentido. Banco Santander ha cancelado el dividendo de noviembre y CaixaBank ha recortado los pagos al accionista tanto para 2020 como para 2021. La presión para que los dividendos de la banca no recorten la capacidad del sector para afrontar pérdidas o conceder crédito ha sido creciente en las últimas jornadas.
“Decisiones prudentes”
Tras anunciar la ampliación de su programa de de compra de deuda, la institución liderada por Christine Lagarde afirmó que espera que las entidades tomen “decisiones prudentes” en lo que respecta a la distribución de sus ganancias y que usen la ayuda lograda para "financiar la economía y absorber las posibles pérdidas, no para incrementar las remuneraciones o el pago de dividendos”.
Similar recomendación fue efectuada por los supervisores de los mercados de Noruega, Suiza, Francia, Alemania y Suecia han pedido a bancos y aseguradoras que suspendan, por ahora, el abono de los dividendos correspondientes al ejercicio de 2019, así como la recompra de acciones para no afectar a su solidez financiera ante un escenario incierto sobre el impacto económico que tendrá el coronavirus.