El segundo trimestre del año fue muy negativo para los mercados emergentes, no solo por la caída de 8% del índice MSCI, sino porque, además, el mercado norteamericano mostró un rendimiento positivo. Expectativas de una menor actividad mundial, la guerra comercial, la incertidumbre política y la fortaleza del dólar, producto del proceso de normalización de la política monetaria de EEUU, asoman entre los principales factores que explican esta situación. Sin embargo, es importante destacar que no existe una única razón para justificar este mal desempeño.
Al hablar de Mercados Emergentes englobamos una amplia variedad de economías y regiones que están viviendo realidades diferentes. Las principales economías de Asia se han beneficiado del crecimiento de la actividad comercial, sin embargo durante junio sus mercados vieron retrocesos influenciados por los temores de una guerra comercial entre EEUU y China. A su vez, la economía rusa se ha beneficiado de la recuperación en los precios del petróleo, pero las sanciones aplicadas por EEUU al país y algunas empresas han afectado el rendimiento del mercado. También se puede hablar de países como Turquía y Argentina, que se han visto impactados por la fuerte depreciación de sus monedas.
En Latinoamérica la diversidad de realidades se repite. En México, el proceso eleccionario y las negociaciones del Nafta han sido las fuentes de incertidumbre, sin embargo, una caída de 19% del MSCI México en menos de 2 meses parece exagerado, sobre todo al ver los datos de actividad. Una situación diferente viven Colombia y Perú. Al igual que Rusia, se han beneficiado de los precios de los commodities, y en el caso de Colombia la elección presidencial y el nombramiento de Martín Vizcarra han traído mayor tranquilidad a los mercados. Por su parte, Brasil ha sufrido desde enero una depreciación de 24% en su moneda en un escenario de recuperación económica, pero con un alto déficit fiscal y una elección presidencial en la que ningún candidato muestra una ventaja importante.
Con todo, creemos que esta caída en los precios de los activos en economías emergentes y, en especial, en Latinoamérica se explica por la fortaleza que ha tomado el dólar, más que por problemas propios de la región. Si bien hay situaciones particulares en algunas economías, creemos que la reacción del mercado ha sido exagerada, sobre todo al considerar que en esta oportunidad los precios de los commodities se han mantenido en niveles atractivos.