El 1º de junio de 2019 quedará destacado en la cronología económica de Chile. ¿El motivo? Un hito clave para la regulación y supervisión financiera de nuestro país, concretándose la integración de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) -sucesora de la Superintendencia de Valores y Seguros desde 2018 - y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
Se materializa así el cambio desde un modelo de supervisión basado en superintendencias sectoriales y que rige en Chile desde el siglo pasado; hacia un modelo de supervisión integrado, más acorde al sistema financiero complejo, interconectado, integrado internacionalmente y con alta presencia de conglomerados financieros. Como resultado de esta fusión, la regulación y supervisión de casi 8.000 entidades que participan en los mercados de valores, seguros, bancos será realizada por una misma institución. La Comisión supervisará casi el 73% de los activos del mercado financiero local.
El nuevo escenario es desafiante. Ya el 2015 el FMI en su reporte sobre conglomerados financieros identificó 16 entidades sistémicamente importantes, con activos equivalentes al 125% del PIB, que concentran más de un tercio de los activos de los fondos de pensiones y compañías de seguros, cinco de ellos concentrados en la actividad bancaria, cuatro en seguros y pensiones y cuatro en bancos y seguros; dando cuenta que los conglomerados tienen una gran incidencia sobre la estabilidad financiera del país, por lo tanto su regulación y supervisión es crítica.
La integración de la supervisión de los mercados de valores, bancos y seguros bajo la Comisión será un paso relevante para robustecer el monitoreo y supervisión de las entidades financieras que forman parte de esos conglomerados. La mejor coordinación y disponibilidad de información permitirán a la CMF operar de facto como supervisor líder y así evaluar de mejor forma los riesgos agregados de los conglomerados, monitorear las transacciones intragrupo y generar mejores diagnósticos para detectar riesgos y tomar acciones correctivas antes que los problemas se vuelvan sistémicos.
El fortalecimiento de nuestra metodología de supervisión de conglomerados financieros será el primer paso para dar adecuada cobertura a los riesgos que representa su operación en Chile. Así, podremos hacer una contribución efectiva al objetivo primordial de velar por la estabilidad del sistema financiero de nuestro país, que forma parte de nuestro mandato legal.