La cantidad de data centers nuevos en el mundo aumenta a un ritmo de 14% anual y el 11,4% de gasto en Tecnologías de la Información (TI) en EEUU está dedicado solo al cloud computing. Mientras que en China, este mismo concepto crece 2,7% al año. Y, tomando en cuenta un mundo en pandemia con mayor uso de una “televida”, puede que estas cifras se queden cortas. Pero este crecimiento de dos dígitos tiene un precio: el consumo de electricidad de los centros de datos a nivel mundial es casi el equivalente al consumo anual de toda España.
Estas son parte de las conclusiones de un estudio desarrollado por Accenture sobre la relación entre el desarrollo de la computación en la nube y su impacto en la huella de carbono. Y aunque muchos de los grandes actores de la cloud pública (servicio ofrecido por proveedores externos a través de Internet para cualquier persona), como Google, AWS y Microsoft, ya llevan un tiempo creando prácticas más sustentables (ver recuadro), el informe indica que, si en general los centros de datos adoptan un enfoque más ecológico, se pueden reducir las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) en 59 millones de toneladas anuales. Esto representa una reducción del 5,9% en las emisiones totales de TI y equivale a eliminar 22 millones de automóviles de las calles.
“Esta magnitud de reducción puede contribuir en gran medida a cumplir los compromisos climáticos, especialmente para los negocios que son intensivos en datos”, dice el documento.
Fernando Sinagra, director ejecutivo líder de Cloud para Hispanoamérica de Accenture explica que “las estrategias de migración con un foco sostenible ayudan a cumplir con los objetivos financieros. Hemos visto hasta un 40% de ahorros en el costo total de propiedad (TCO), apalancado en mayor flexibilidad laboral, mejores tasas de utilización de los servidores y una infraestructura con más eficiencia energética”.
El estudio da algunos consejos respecto a la sostenibilidad en servicios de cloud computing, como estudiar las emisiones de carbono cuando se selecciona un proveedor, fijándose en la generación de energía renovable, la reutilización y reciclabilidad del hardware del centro de datos y reportes en tiempo real de las emisiones de CO2. “Los fabricantes de tecnología pueden capturar un 16% de ingresos adicionales operativos al diseñar productos más longevos, modulares y circulares”, dice el informe.
Al respecto, los principales actores del mundo de la cloud pública opinan que la sostenibilidad no es sólo un tema de buenas intenciones, sino que muchas veces los mismos clientes lo están exigiendo. “Hace algunas semanas anunciamos que vamos a eliminar todo nuestro legado de carbono. Por ello, al ejecutar recursos de computación, almacenar datos y desarrollar aplicaciones en Google Cloud Platform, las empresas reducen su huella digital haciendo uso de energías limpias y reduciendo su impacto en el medioambiente”, comenta Eduardo López, presidente de Google Cloud para América Latina.
Por su parte, Sergio Rademacher, gerente general de Microsoft Chile, señala: “Nuestro Fondo de Innovación Climática invertirá mil millones de dólares durante los próximos cuatro años en nuevas tecnologías. También apoyamos proyectos medioambientales a través de nuestro programa AI for Earth, el que ha crecido en los últimos dos años para apoyar a más de 70 países”, explica.
Desde AWS, Nat Sahlstrom quien está a cargo de la estrategia energética y la gestión de recursos hídricos para la infraestructura de nube global de esta empresa, dice: “Nuestra escala nos permite lograr una utilización de recursos y una eficiencia energética mucho mayores que el típico centro de datos local”, y agrega: “Amazon tiene el compromiso de alcanzar el 100% de energía renovable para el 2025”.
El lado verde de los peces gordos de la nube pública
Amazon Web Services (AWS)
La “infraestructura expansiva” de AWS es 3.6 veces más eficiente en materia de energía comparada con los centros de procesamiento de datos promedio de EE.UU., en gran medida debido al uso de servidores eficientes e índices de utilización de alta capacidad. En las instalaciones de la compañía miden de manera activa la eficiencia del agua y seleccionan opciones de conservación en el contexto de los patrones climáticos regionales y los recursos locales.
Google Cloud Platform
Actualmente, Google utiliza una plataforma de computación inteligente para el consumo de carbono que cambia los horarios de las cargas de trabajo no urgentes del centro de procesamiento de datos para cuando las fuentes de energía bajas en carbono son más abundantes. La empresa también ha encuadrado el 100% de su uso anual de energía con renovables desde 2017. Google tomó́ un compromiso de operar sus centros de procesamiento de datos las 24 horas y los 7 días de la semana, sin emisiones de carbono para el 2030.
Microsoft Azure
Con neutralidad de carbono desde 2012, Microsoft tiene el compromiso de cambiar sus centros de procesamiento de datos al 100% de energía renovable para el año 2025 a través de acuerdos de compra de energía (Power Purchase Agreements o PPA). La empresa anunció recientemente su ambición de convertirse en una organización negativa en carbono para el año 2030 y de eliminar todo el dióxido de carbono liberado por la compañía desde 1975 para el 2050. Los clientes de Microsoft Azure pueden acceder a una calculadora de carbono que realiza un seguimiento de las emisiones asociadas con su propia carga de trabajo en la nube.