En los próximos días, el gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dará a conocer la renovación de los CEO de prácticamente todas las compañías controladas por el Estado, cuyos mandatos tienen una duración de 3 años. Una de ellas es Enel, donde el Estado italiano es dueño del 24%, lo que le permite elegir al CEO.
Francesco Starace ocupa desde 2014 el cargo en la compañía de energía. Tras su nombramiento, ha sido ratificado en dos oportunidades, por lo cual es altamente improbable que pueda renovar por otro mandato. Ningún predecesor suyo ha llegado a ese cuarto período.
En los medios italianos esta inminente renovación de la plana ejecutiva de Enel se ha mantenido muy presente en sus páginas y medios digitales. De hecho trascendió en las últimas semanas que el nuevo gobierno de derecha está entrevistando a posibles candidatos. ¿La razón? No están satisfechos con la estrategia de Starace sobre la transición energética, materia en que Giorgia Meloni ha sido pragmática, al apostar por reanudar la extracción de gas en Italia para liberar al país de la dependencia energética.
Dentro de los nombres que se comenta que han contactado los asesores de la premier italiana, estarían Stefano Antonio Donnarumma, actual CEO y director general de Terna (empresa de transmisión eléctrica), y un conocido de Chile: Luigi Ferrari, ex CFO de Enel en la época de Fulvio Conti (el antecesor de Starace), cerebro de la polémica “Operación Eastern” y que por dos meses ocupó la gerencia general de Enersis en reemplazo de Ignacio Antoñanzas. Según fuentes consultadas, Ferrari sería quien corre con ventajas.
Inquietud en los pasillos
En los pasillos del grupo Enel, especialmente en Chile, el tema no pasa desapercibido y se ha convertido en comentario obligado en el café de media mañana. La posibilidad de que Starace se vaya tiene a todos nerviosos: la última vez que se generó un relevo (2014), en menos de un año cambiaron todos los directivos de las filiales.
“Cuando asumió Starace por Fulvio Conti, los cambios fueron muy fuertes: Enel Green Power se tomó Enel a nivel global, dando un giro completo a su estrategia”, coinciden ejecutivos y exejecutivos de Enel. Comentan que Starace movió inmediatamente las piezas, con cambios de ejecutivos importantes, asumiendo esas responsabilidades sus hombres de confianza en Enel Green Power. Uno de ellos es Maurizio Bezzeccheri, a cargo de Enel Américas.
En la sede de Roma surgieron las primeras víctimas del cambio: salieron de inmediato el director de Recursos Humanos, Massimo Cioffi, y el de comunicaciones, Gianluca Comin, entre otros.
También se realizaron movimientos en España: Andrea Brentan dejó el cargo de consejero delegado de Endesa España y más tarde se fue su presidente, Borja Prado.
Los cambios llegaron rápido a América Latina. El presidente de Enersis, Pablo Yrarrázaval, fue sustituido por Jorge Rosenblut, que en ese entonces presidía Endesa Chile, e Ignacio Antoñanzas, gerente general de Enersis, dejó a los pocos meses la compañía.
En el cargo de Antoñanzas aterrizó Luigi Ferrari -el mismo que hoy podría volver como CEO del grupo Enel-, quien a los dos meses de asumir dejó Enersis, aludiendo razones de índole familiar, aunque en ese momento se comentó que su alejamiento estaba influido por desavenencias con Starace.
Ferrari fue reemplazado por Luca D’Agnese, quien lideró el plan Carter II, mediante el cual se realizó la reorganización societaria del Grupo Enersis en el continente, así como importantes compras en la región.
En 9 años, Starace cambió completamente la plana ejecutiva de Enel y sus filiales. De hecho, los únicos que permanecen hasta hoy en la primera línea del grupo son Lucio Rubio, un español que es el director general de las compañías del Grupo Enel Colombia, y el chileno Domingo Valdés, que desde 1999 a la fecha se desempeña en el cargo de fiscal y secretario del directorio de Enel Chile y Enel Américas.
En España también queda un par de ejecutivos de administraciones anteriores: José D. Bogas Gálvez, que es el consejero delegado, y Paolo Bondi, que es el director general Económico Financiero. “No quedó nada de la antigua Endesa España ni de Fulvio Conti”, explica un ejecutivo de Enel.
Los nombres en juego
En las próximas semanas, el Ministerio de Hacienda italiano dará a conocer la nómina de los CEO de las empresas estatales y en aquellas donde tiene participación con derechos preferenciales. Tras ello, el 10 de mayo, se celebrará la junta de accionistas de la eléctrica italiana en Roma, la que podría ser la última dirigida por su CEO, Francesco Starace.
De ser así, uno de los nombres que suena con fuerza y que correría con ventajas para reemplazarlo es Luigi Ferrari, un ex hombre fuerte del grupo, que fue la mano derecha de Fulvio Conti.
Cuando Starace asumió, fuera de todo pronóstico, no tocó a Ferrari, pero sí lo sacó del círculo del poder en Roma, enviándolo a Chile a cargo de Enersis. Si bien esa movida fue vista como un descenso en su carrera, su permanencia dejó de manifiesto que se trataba de un ejecutivo clave para Italia, de prestigio y con una muy buena y transversal red de contactos.
Si bien Ferrari duró sólo dos meses en el cargo, era un gran conocedor de Chile, ya que por dos años fue director de Enersis. Quienes lo conocieron en esa época, señalan que tiene una personalidad dura, “muy enfocado en las metas y muy trabajólico”.
Tampoco pasó desapercibido entre el mundo financiero, dado que se le tilda como el ideólogo de la operación Easter, el polémico aumento de capital de Enersis que fue duramente cuestionado por las AFP y los accionistas minoritarios.
Su nombramiento generó grandes expectativas en Chile. De hecho, en ese momento el mercado interpretaba que se había elegido al hombre clave para reformular los negocios del grupo y alivianar su estructura.
Su currículo lo avalaba. Su carrera en Enel estuvo ligada siempre a las finanzas, el control y la reestructuración de negocios. Fue el ideólogo de la compra de activos de Latinoamérica a Endesa España, que permitió a la ibérica pagar un dividendo extraordinario a sus accionistas, con lo cual Enel Italia recuperó una parte importante del monto de la operación de compra.
Todos estos antecedentes hacen prever que Ferrari, si es ungido por Meloni, llegará con el foco puesto en las finanzas, clave para una empresa altamente endeudada. Si es así, deberá dejar el cargo de director ejecutivo del Grupo Ferrovie dello Stato Italiane, el que ocupa desde 2021.
Otro de los candidatos que ha salido al ruedo es Stefano Antonio Donnarumma, un empresario que ha liderado siete empresas diferentes y que hoy ocupa el cargo de CEO, director y director general de TERNA Rete Elettrica Nazionale SpA y la presidencia de Unareti SpA.
En 2022 fue presidente de GO15, la asociación que agrupa a los principales operadores de infraestructuras de transporte de energía eléctrica de todo el mundo.
Los gatilladores del cambio
Para la prensa italiana, existe una alta posibilidad que se concrete la salida de Starace. Señalan que hace mucho tiempo no se daba un cambio de coalición de gobierno tan grande y con visiones distintas de la forma de enfrentar la transición energética.
Al ser consultado sobre el tema, Starace no ha dado señales de querer dejar la compañía y si bien ha indicado que es solo ruido, también ha dejado entrever que es consciente que existe esa posibilidad. “Me gusta este trabajo. Creo que lo he hecho bien y que me lo han reconocido. Pero no soy una persona obsesionada con el poder y me gusta mi vida. Así que si puedo ser útil, bien. Si no, puedo hacer muchas otras cosas. Si el gobierno quiere que alguien ocupe mi puesto, ¿qué puedo hacer yo? No pasa nada”, señalaba a comienzos de este año a Financial Times.
Los hechos y las cifras muestran que Starace transformó completamente Enel en nueve años, convirtiéndola en una empresa valorada en 55 mil millones de euros y en uno de los mayores productores de energías renovables a nivel mundial. De hecho, bajo su mandato, su capacidad de energía renovable casi se duplicó pasando de 36 GW a 59 GW, lo que -a juicio del ejecutivo- los deja muy bien parados ante los planes de Europa de dejar de depender del gas natural proveniente de Rusia.
El punto de discordia con el Palacio Chigi, sede de gobierno italiano, está precisamente en el gas. Mientras Meloni apuesta por reanudar la extracción de gas en Italia, Starace ha sido firme partidario de reducir el consumo. De hecho, el plan estratégico de Enel a 2040 muestra su salida de ese hidrocarburo.
Otro de los puntos que correría en contra de Starace es el alto nivel de endeudamiento de Enel, el cual llegó a los 69 mil millones de euros a fines de 2022, 3,7 veces el Ebitda y muy por encima de las firmas de energía europeas. Según informa el diario Cinco Días de España, las acciones de la firma han caído un 25% en 2022, más que las de su competencia: Iberdrola, EDPR de Portugal y RWE de Alemania.
Para contrarrestar esta situación, el grupo dio a conocer un plan de desinversión de activos en Argentina, Perú y Rumania, así como el negocio del gas de Endesa España, y que en su conjunto alcanza los 21 mil millones de euros.
Como sea, para muchos tiene mérito la hazaña de Starace, de haber tomado un tremendo buque y haberlo reconvertido en un líder mundial de las renovables y de haberse instalado en el escenario mundial como un referente del cambio climático, lo que lo ha hecho un habitué del Foro Económico Mundial de Davos.
Por esta razón hay quienes estiman que su permanencia en Enel sería clave para enfrentar lo que él mismo ha tildado de “años duros”. En una entrevista concedida al medio español Expansión, precisamente en Davos, Starace dijo que “la guerra de Rusia contra Ucrania seguirá y vamos a tener muchos frentes regulatorios abiertos. Ahora creo que lo más importante es trabajar en una reforma del mercado de energía, que la Comisión Europea ya empezó a estudiar y que todos piden. Es el tiempo de hacerlo”.
El haberse convertido un referente mundial, le daría las espaldas para seguir en Enel y tener un rol clave en los tiempos difíciles que se vienen. Habrá que ver si estas consideraciones le hacen sentido a Meloni.