A sus casi 40 años, el abogado Antonio Guzmán Neira podría presumir de ser un hombre hecho a sí mismo. Con intereses en negocios inmobiliarios, mineros, asesorías y hasta de representación de artistas, el joven que creció en un departamento de Maipú ahora tiene casa en Chicureo, autos de lujo, y como vecinos, a su madre y su hermano mayor. Las tres propiedades miran a una laguna artificial. Su nombre forma parte de un abanico de sociedades, que hoy enfrenta serios cuestionamientos: el factoring Primus lo acusa de participar en un esquema de operaciones sospechosas y triangulaciones, que lo habría beneficiado en $1.327 millones. Él lo niega, tajantemente.
El 9 de enero, la Fiscalía formalizará a Antonio Abraham Guzmán Neira por estafa y uso malicioso de instrumento privado. Pero vendrán más formalizados, según anticipó la semana pasada a DF el fiscal que investiga el caso, Felipe Sepúlveda. Primus lo considera clave en su persecución contra Francisco Coeymans e Ignacio Amenábar, exgerente general y exgerente comercial del factoring, respectivamente. A ellos, los acusa del presunto fraude.
Según su defensa, que respondió a un cuestionario, “Antonio Guzmán nada le adeuda a Primus Capital S.A. La audiencia de formalización fue pedida por su propia defensa, ya que se estaba desarrollando una investigación a propósito de una denuncia fraudulenta de Primus Capital S.A., para así poder ejercer mayores y mejores derechos y, así, demostrar de mejor manera lo que creemos podría ser el actuar delictual de Primus Capital”.
El caso ha derivado en una verdadera caja de sorpresas. Partió como un problema de cheques presuntamente falsos en el entonces segundo mayor factoring de Chile y después aparecieron facturas falsas, contratos cuestionados, fotos bien personales y grabaciones secretas, con personajes que transitan entre las finanzas, los prestamistas ilegales, el fútbol y la farándula.
Primus demandó a Guzmán y a algunas de sus empresas en diferentes juzgados. También a su mujer, Anabel Ruiz, y sus socios Hugo Villagrán, Rodrigo Mardones y Marcelo Rivadeneira. El factoring acusa al abogado de haber actuado en complicidad con Coeymans y Amenábar.
La firma financiera que controla Raimundo Valenzuela argumenta que sus dos altos ejecutivos eran amigos de Guzmán Neira y su familia, además de socios en Sociedad Inversiones DCA. “Ello es efectivo. Fue una sociedad que jamás tuvo movimiento, creada por el contralor de Primus, Patricio Cárdenas, la cual jamás tuvo operación alguna con Primus Capital. De hecho, nunca operó, dado que debía integrarse una patente de invención que no se materializó”, respondió la defensa de Guzmán.
El abogado llegó a Primus en medio de una asesoría a Marina Golf Rapel, el fallido negocio turístico del doctor Rodrigo Mardones Peterman, exdirector médico de la Clínica Las Condes, en Las Cabras.
Coeymans y Amenábar optaron por no responder a este artículo.
Defensa: “Nunca ha sido condenado”
Descrito como inteligente y audaz por varias personas que hablaron con Pulso, Guzmán Neira comenzó a aventurarse en el mundo de los negocios desde joven. Un excompañero suyo en la Universidad Bolivariana -de donde egresó en 2008 y se tituló en 2018- lo recuerda como alguien muy interesado en los autos, los procesos de quiebra, el espectáculo y el club deportivo de la Universidad de Chile. Su defensa lo describe hoy como abogado y empresario, “siendo su especialidad la estructuración de capital y reorganización empresarial”.
Proveniente de una familia de comerciantes, en 2008 creó Inversiones La Negra S.A., su primera sociedad junto a un grupo de cinco amigos -Javier Téllez, Rodrigo Radiszcz, Andrés Ochoa, Alejandro Schiaffino y Patricio Ladevig- con algunos de los cuales hasta ahora mantiene contacto. La escritura de la firma, que se creó con $130 millones, adelantaba los negocios en los que el abogado pondría después sus fichas: inmuebles, valores, derechos y minería.
Guzmán siempre mostró conocimientos de los negocios y las oportunidades. Su carácter seductor le permitió forjar en la primera década del 2000 una tupida red de contactos. Ya de esa fecha hay fotos suyas mostrando su pasión por los autos y la buena vida. Muchas otras fotos posteriores, difundidas en redes sociales, lo han mostrado en encuentros con el exfutbolista Mauricio Pinilla, con Parived (exmarido de Tonka Tomicic), y con el ex Primus Ignacio Amenábar, como la imagen que acompaña este reportaje, en una jornada de juerga.
“Busquilla”, “hábil”, “capaz” son algunos de los adjetivos que más se escuchan sobre él. Y, por lo mismo, hay quienes han terminado distanciándose. Pidiendo reserva de sus nombres, algunos exsocios dijeron que su audacia les pasó la cuenta en negocios que emprendieron juntos. Pero su defensa retruca esas versiones. “No es efectivo que en el Poder Judicial existan numerosos casos en los cuales Antonio Guzmán esté involucrado. De hecho, Antonio Guzmán nunca ha sido condenado, ni penal ni civilmente, y mucho menos mantiene causas vigentes o pendientes en las cuales sea contraparte de socios o exsocios”. Su defensa alega que, en “muchísimas” causas civiles, Guzmán concurre como abogado o representante legal.
Pulso se comunicó con varios socios actuales y antiguos de Guzmán Neira, la mayoría de los cuales accedió hablar bajo anonimato. Dos personas diferentes, de distintos negocios y condiciones, coincidieron en que debieron firmar un acuerdo de confidencialidad con los abogados de Guzmán para poner fin a sus diferencias.
En una causa laboral que se tramitó hasta agosto de este año en Arica, el operador de maquinaria pesada Pedro Lara también debió firmar en su avenimiento una cláusula de ese tipo. El trabajador demandó a Inversiones e Ingeniería Telford SpA, acusando que entre 2019 y 2022 trabajó para tres RUT diferentes pero ligados a esa firma: Inversiones Mountain Road Spa (entonces de Guzmán), Inmobiliaria e Ingeniería Higth Chile S.A. (entonces de Francisco Guzmán Neira) y Telford (de Hugo Villagrán, según el archivo judicial). La Dirección del Trabajo determinó que se trataba de un mismo grupo económico, sentenciando el pago de las prestaciones adeudadas.
Destino: Chicureo
En la universidad, Guzmán conoció a su esposa, Anabel Cecilia Ruiz Retamal (41), quien lo deslumbró desde el principio, dicen en su entorno. Oriunda de Salamanca, en Coquimbo, siempre lo ha acompañado en sus actividades. Es su socia en varias empresas. En agosto, demandó a Primus por cobrarle $ 742 millones a su firma Transportes Don Leon SpA por deudas que ella niega.
En Salamanca, los Ruiz Retamal son una familia conocida por algunos negocios de movimientos de tierras y agrícolas y por su cercanía a la Iglesia Católica, ya que Florencio Ruiz Fernández, tío de Anabel, ha sido el párroco del pueblo. En 2019, el cura fue apartado de sus quehaceres religiosos por la investigación de abuso sexual a un menor, delito que finalmente fue descartado por la Fiscalía de Illapel en 2021. Durante esos casi tres años, la sobrina y su tío estrecharon aún más su cercanía.
Con tres hijos, que han sido presentados en la TV y por redes sociales, la familia Guzmán Ruiz visita habitualmente esa zona del norte chico. Allí, Antonio Guzmán entró al negocio de la arena asociándose al productor local Carlos Cortés, pero la apuesta falló. Contactado por Pulso, el empresario nortino confirmó que la planta de áridos abrió el 2009 y fracasó. “Antonio colocó el capital, yo tenía el terreno de extracción. No conseguimos los permisos y cerramos la operación sin mayor problema que haber perdido capital y tiempo ambos. Antonio es una persona trabajadora, inteligente y correcta, incluso en los malos negocios. No tengo nada malo que decir”, sostuvo.
También de carácter fuerte y según quienes han compartido con los Guzmán Ruiz, más conciliadora que su marido, Anabel Ruiz protagonizó en marzo de 2012 una controvertida aparición pública: recurrió de protección en contra de su condominio de Espoz, en Vitacura, denunciando que una residente había obligado a su empleada, Jéssica Henríquez, a salir de la piscina, discriminándola. El recurso no prosperó, porque los administradores de la comunidad demostraron ante la Corte de Apelaciones de Santiago que no había prohibición para que las nanas usaran las mismas instalaciones que sus empleadores. Pero el hecho marcó la división definitiva con varios de sus vecinos. Aunque han pasado varios años, todavía algunos recuerdan el caso, porque Anabel Ruiz denunció con nombre y apellido a algunos de los residentes. Menos de un año después, los Guzmán Ruiz abandonaron el lugar.
El destino fue Las Brisas de Chicureo. En febrero de 2013, cuando Guzmán tenía solo 29 años, la casi recién estrenada casa fue el escenario para el matrimonio civil entre Leopoldo Méndez, el famoso DJ Méndez, con Marcela Duque, entonces una de las amigas más cercanas de Anabel Ruiz. Ella, a través de Sono Producciones logró un acuerdo de representación exclusiva con el cantante que lo llevó ese verano a presentarse por casi todo el país.
Después vino la serie-reality “Los Méndez” en TVN. Algunas escenas del piloto se grabaron en casa de los Guzmán Ruiz y en varios artículos de prensa de la época el abogado fue presentado como mánager del artista y hasta productor.
La serie tuvo cuatro temporadas y en uno de los capítulos aparecen los Guzmán Ruiz. Hoy estarían totalmente distanciados con el cantante, su entorno y varios de quienes participaron en el programa.
El nexo con Parived
Diferente fue el caso con Gustavo Costa Aranda, exdirector del banco HSBC en Chile. Él y Guzmán Neira habían formado Nuevo Noviciado Desarrollo Urbano Industrial y Logístico SpA, en 2019 con la idea de generar un nuevo barrio industrial. Al año siguiente, Antonio Guzmán se querelló contra Costa, acusándolo de estafa por haberlo marginado de un arbitraje en una de sus empresas, que dejó al abogado esperando los $ 30 millones que le correspondían como profesional por el recupero. Unos meses después, las partes llegaron a acuerdo.
Algo parecido pasó con el abogado Mauricio Truan, a quien Guzmán le compró, a través de la sociedad GCMED SpA, más de 100 hectáreas en Vallenar (Atacama) en 2018. Dos años después, Truan lo demandó porque le debía $30 millones. La acción judicial fue retirada por acuerdo entre las partes unos meses después. Las parcelas en el desierto de la exhacienda Délano siguen a la venta.
Guzmán Neira es un personaje relevante también para el caso Parived. Según los registros oficiales, el abogado es socio de Guido Ossandón Clavería -tío de Francisco Coeymans por el lado de materno- en Inversiones Duxfluit SpA, una sociedad entre cuyos inversionistas figura el conocido sicólogo, expareja de la animadora de TV Tonka Tomicic. En enero de este año, La Tercera reveló que a través de Inversiones Colossus SPA, Marco Antonio López Spagui estuvo en negociaciones para asociarse a la minera estadounidense Franklin Mining para explorar una mina en Tierra Amarilla.
En el comunicado donde anunciaba la operación, el CEO de esa firma, William Petty, agradecía las gestiones realizadas por Francisco Coeymans Ossandón, en representación de Inversiones Mineras Scorpius Chile SpA, que fue la sociedad creada para ese fallido negocio. Coeymans explicó en ese momento que el nexo con Parived se debió a la ayuda espiritual que el sicólogo prestó a su familia durante la enfermedad de su hijo y que para el negocio minero actuó en representación de su tío.
“Antonio Guzmán fue designado administrador, como en tantas otras sociedades en las que ha sido nombrado director, miembro del directorio. Esta empresa no tiene deuda alguna con Primus Capital S.A., y el señor Ossandón es un exejecutivo bancario, también director de muchas compañías en su trayectoria profesional”, fue la respuesta de la defensa de Guzmán al respecto.
El caso Mountain Road SpA
Guzmán Neira ha contado que su madre, Alejandra Neira, y su hermano Francisco marcaron su camino y le enseñaron a vivir de los negocios. Su hermano, el mayor de los Guzmán Neira, se dedicó durante algunos años a la producción de eventos y representación de artistas que recorrían los festivales regionales de verano. Hoy es criador de perros bulldogs y participa en algunos negocios con su hermano menor.
Primus lo acusa a él y a su pareja, Natalia Mateluna, de beneficiarse de algunas transacciones en torno a la sociedad de su hermano Mountain Road Spa, algo que la defensa de Guzmán califica como “totalmente falso”.
Respecto de esa sociedad, la defensa del abogado sostuvo que se trata de una empresa consolidada, contratista de primera categoría en el Ministerio de Obras Públicas, con más de $20 mil millones adjudicados. En 2021 Guzmán salió de esa sociedad, que hoy controla el venezolano Kelvin Yhondrek Fernández Perozo. “Desde aproximadamente dos años, Antonio Guzmán dejó de tener acciones en Mountain Road SpA, por lo que desconoce cualquier motivo que hayan tenido accionistas y/o representantes para incluir personas, ya sea como accionistas o representantes. Con todo, no resulta correcto ni aceptable cuestionar la actividad empresarial o comercial de una persona sólo por su nacionalidad”, respondieron por escrito.
En abril de 2020, Kelvin Yhondrek Fernández Perozo recibió la residencia en Chile por dos años, tras presentar un contrato de trabajo por parte de su entonces empleadora, Antonella de la Fuente.
El fichaje de Cris Mj
Guzmán Neira sigue de cerca el negocio del espectáculo. Lo entiende y le gusta. Maneja los códigos y su nick, “Guzmaneira” es casi una marca registrada en el mundo de la exhibición de autos de lujos y la música urbana.
El propio Pailita ha usado en sus videos algunos de esos vehículos y la desintermediación de los sellos, que ha permitido a los propios cantantes manejar sus carreras y dinero, le ha abierto una oportunidad que algunos representantes de los nuevos cantantes chilenos no ven con buenos ojos.
Esta semana se rumoreó con fuerza en ese mundo que estaría en conversaciones con el popular cantante Cristopher Álvarez, más conocido por Cris Mj, autor de “Una noche en Medellín”, una de las canciones más exitosas de un chileno en Spotify. Hasta el cierre de esta edición el cantante no pudo ser ubicado, pero al ser consultado por este negocio, los defensores de Guzmán Neira sostuvieron que él “no es representante de artista alguno. La única relación con el mundo artístico se encuentra en que, en su calidad de abogado, y a propósito de exitosas representaciones en diversas causas judiciales, algunos artistas de renombre en la escena chilena han solicitado la representación judicial y extrajudicial de Antonio Guzmán Neira, en cuyo caso los nombres de dichos clientes se encuentran bajo confidencialidad y reserva profesional”. Un mundo, deslumbrante.