El Ministerio de la Mujer acaba de anunciar una iniciativa público privada junto a catorce actores de la industria del head hunting para elaborar una lista de candidatas a directoras de empresas IPSA, lo que se suma al llamado que el gobierno realizó recientemente para que las AFP designen a más mujeres en los directorios de este empresas.

Lo anterior nos presentan un escenario ideal. Ya nadie podría poner en duda los beneficios de contar con directorios y equipos diversos. Esto, no sólo porque un mayor nivel de diversidad genera efectos positivos en la última línea, sino que además facilita el desarrollo de un círculo virtuoso que va más allá de los números.

Según un estudio realizado por The Boston Consulting Group a más de 1.700 compañías en ocho países, los equipos que cuentan con una diversidad superior a la media obtienen casi la mitad de sus ingresos (45%) provenientes de la innovación, 20 puntos porcentuales más que las empresas con un nivel de diversidad por debajo del promedio.

Y uno de los principales cambios que se han visto en el último tiempo es que ya no son sólo las empresas quienes buscan la diversidad, sino que son las personas quienes valoran y prefieren desarrollar su carrera en empresas que tengan a la diversidad como eje estratégico.

De hecho, un reporte elaborado por McKinsey en 2015 llega a la conclusión de que la relación entre compañías diversas y los mejores resultados financieros que éstas exhibían en comparación con las menos diversas es que las primeras son más efectivas en la atracción y retención del mejor talento, lo que les permitía mejorar la satisfacción de sus colaboradores y potenciar una mejor toma de decisiones a nivel interno.

Por ello la importancia de gestionar e implementar una política de diversidad que incluya a toda la organización, desde el directorio. Pero, nuevamente, es importante que ésta vaya más allá del género e incluya conceptos como cultura, edad trayectoria, desarrollo de carreras, experiencias, etc.

Así, se garantiza que existan diferentes visiones, lo que finalmente incide en un círculo virtuoso que favorece una mejor toma de decisiones y facilita la capacidad de la empresa para adelantarse a los nuevos desafíos y adaptarse mejor y en forma más eficiente a nuevos escenarios, un tema que -a la luz del cambiante entorno actual- resulta vital.