El crecimiento de las exportaciones de China se desaceleró más de lo esperado en agosto y las importaciones se estancaron, una señal de un panorama económico mundial cada vez más oscuro y un débil crecimiento interno afectado por los cierres por Covid-19 y una caída inmobiliaria.
Las exportaciones en dólares estadounidenses aumentaron un 7,1% el mes pasado con respecto al año anterior, el ritmo más lento desde abril, cuando el cierre de Shangai interrumpió el transporte marítimo, un dato mucho más débil de lo que habían previsto los economistas. Las importaciones crecieron sólo un 0,3%, dejando un superávit comercial de US$79.400 millones el mes pasado.
La ralentización de China está repercutiendo en todo el mundo, y las débiles cifras de importación suponen una mala noticia para los principales productores de materias primas, como Australia, Brasil y Chile. Los principales fabricantes de productos manufacturados, como Alemania y Corea del Sur, también están viendo cómo se debilita la demanda de China.
Al mismo tiempo, la demanda mundial de productos chinos está disminuyendo a medida que los consumidores recortan el gasto a causa de la creciente inflación y se alejan de los bienes relacionados con la pandemia hacia los servicios. Las fábricas de Europa y el resto de Asia también están reduciendo su producción.
“La economía mundial se está ralentizando, sobre todo con los problemas de Europa, por lo que el crecimiento de dos dígitos de las exportaciones en el pasado no es sostenible”, dijo Zhang Zhiwei, economista jefe de Pinpoint Asset Management Ltd. En el futuro, “es más probable un crecimiento de las exportaciones de un solo dígito”, agregó.
Zhang planteó que para lograr un crecimiento económico más rápido en los próximos 12 meses, la demanda interna de China tendrá que desempeñar un papel más importante. Ello dependerá en gran medida de si el gobierno relaja su política de Covid Cero, estimó.
“La ralentización del crecimiento de las exportaciones de China, más acusada de lo previsto, es otra señal de que la recuperación está perdiendo fuelle, y necesita más apoyo político. Esperamos que el comercio siga bajo presión durante el resto del año, debido a los efectos de base y al debilitamiento de las perspectivas mundiales”, comentó, David Qu, economista de Bloomberg.
Un aspecto positivo para muchos países es que el descenso de dos dígitos de las importaciones chinas de productos energéticos como el gas natural, el carbón y los productos petrolíferos en lo que va de año está ayudando a mantener los precios mundiales de la energía bajo control, reduciendo la presión inflacionista.
Las exportaciones chinas a EE.UU. cayeron un 3,8% en agosto respecto al año anterior, la primera contracción desde mayo de 2020. Las exportaciones a la Unión Europea se mantuvieron mejor, registrando un crecimiento del 11,1%, ya que China está suministrando bienes más intensivos en energía, como el aluminio, cuya producción se ha vuelto más costosa en Europa. Aun así, el aumento fue menos de la mitad del ritmo registrado el mes anterior.
Las exportaciones también se vieron afectadas por el clima extremo de China y los brotes de Covid el mes pasado. Algunas fábricas de la provincia de Sichuan se vieron obligadas a cerrar debido a los cortes de electricidad, mientras que los brotes de virus provocaron cierres en lugares como Yiwu, en la provincia oriental de Zhejiang, un importante centro de fabricación y exportación.
“El crecimiento de las exportaciones chinas está retrocediendo a sus niveles más normales después de dos años de crecimiento excepcional”, dijo Lu Ting, economista jefe para China de Nomura Holdings Inc.
Un menor superávit comercial en el futuro pesará sobre la moneda china, que se ha desplomado este año y está a punto de superar los US$7. El Banco Popular de China ha tomado recientemente varias medidas para frenar la depreciación del yuan, y el miércoles fijó su tipo de referencia para la moneda en el sesgo más alto registrado.
Las exportaciones chinas a Rusia aumentaron un 26,5% interanual en agosto, ya que las marcas chinas llenaron el vacío dejado por las empresas occidentales que se marcharon. Las exportaciones a Taiwán se contrajeron por primera vez desde enero de 2020, ya que China detuvo parte del comercio a principios de agosto en represalia a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a la isla.
El volumen de las exportaciones de teléfonos inteligentes, electrodomésticos y semiconductores se contrajo en torno al 10% en los primeros ocho meses de este año, cayendo desde una base elevada, ya que las ventas de esos productos fueron impulsadas previamente por las compras de la pandemia. Las exportaciones de automóviles siguieron resistiendo, con un aumento del 56% en valor en lo que va de año, lo que las convierte en uno de los productos de exportación de más rápido crecimiento, junto con las tierras raras y el aluminio, según los datos aduaneros.
La subida de los precios de las exportaciones, más que el aumento de los volúmenes, puede ser la causa de la subida de las cifras. Alrededor de la mitad del crecimiento de las exportaciones en julio se debió a los efectos de los precios, según una estimación de Macquarie Group Ltd.
La ralentización de las exportaciones añade más tensión a la economía, que ya sufre el parón de la reapertura por el Covid y la caída del mercado inmobiliario durante un año. Además, las exportaciones netas representaron alrededor de una quinta parte del crecimiento del producto interior bruto de China el año pasado. Mientras que, los economistas prevén que el PIB crezca sólo un 3,5% este año.
“Mantenemos nuestra opinión cautelosa sobre las perspectivas de las exportaciones chinas debido al debilitamiento del sector de los semiconductores y a la posible debilidad de los mercados exteriores”, declaró Betty Wang, economista jefe para China de Australia & New Zealand Banking Group Ltd. “La economía china se está debilitando al perder otro pilar de apoyo”, concluyó.