La economía francesa creció en el tercer trimestre el 18,2%, después del hundimiento que registró en primavera por el primer confinamiento debido a la pandemia de coronavirus, pero pese a todo se mantuvo a un nivel mucho más bajo que el que había antes de la crisis.
El Instituto Nacional de Estadística (Insee), que publicó este viernes sus primeras estimaciones para el periodo de julio a septiembre, precisó en un comunicado que en ese trimestre el producto interior bruto (PIB) fue un 4,3% inferior al del mismo periodo de 2019.
Todos los sectores contribuyeron al salto del PIB en el tercer trimestre, y, en particular, el consumo privado, que subió un 17,3% y se acercó al volumen de esos tres meses del pasado ejercicio (un 2,1% menos). En el caso del gasto de las administraciones públicas, incluso fue algo más elevado (0,4%) que entre julio y septiembre de 2019.
No ocurrió lo mismo con la inversión, ya que, pese al tirón del 23,2% respecto al segundo trimestre (en el que se había hundido un 25,7%), se quedó un 5,1% por debajo del volumen del tercer trimestre del pasado año. En cuanto a los intercambios exteriores, las exportaciones aumentaron un 23,2%, tras descender un 25,7% en el periodo precedente, y las importaciones un 16%, después de caer un 17,1%.
De este modo, el comercio exterior aportó 1,2 puntos porcentuales de PIB al crecimiento entre julio y septiembre, cuando había restado 2,4 en el trimestre precedente. Las variaciones de existencias, por el contrario, contribuyeron negativamente, ya que restaron 1,9 puntos al PIB, después de haber sumado 0,9 entre abril y junio.