El Parlamento Europeo ha dado este miércoles el primer paso para aprobar la modernización del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Chile, al dar el visto bueno en comisión al marco firmado el pasado diciembre que tiene el foco puesto en estrechar lazos ante nuevos retos como la lucha contra el cambio climático o la diversificación energética.
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En votación conjunta de las comisiones de Exteriores y Comercio, los eurodiputados han aprobado el acuerdo con 66 votos a favor, 12 en contra y cuatro abstenciones, en el primer visto bueno al marco que busca profundizas las relaciones económicas y políticas con Chile, tercer mayor socio comercial de Europa en Latinoamérica. Ahora el texto se llevará al Pleno del Parlamento Europeo para su ratificación en el mes de febrero.
El acuerdo permite una relación renovada al prever una mayor cooperación política en asuntos exteriores y de seguridad que profundiza la cooperación en materia de desarrollo sostenible, protección del medio ambiente, cambio climático y energía sostenible.
Además de en cuestiones de Estado de Derecho, Derechos Humanos, laborales y Mujer. En concreto, incluye el primer capítulo de género, en el que la UE y Chile se comprometen a eliminar la discriminación contra la mujeres y a no debilitar los niveles de protección existentes.
Con este marco desaparecerán el 96% de los aranceles a productos agrícolas aún no liberalizados por parte de Chile y el 66% por parte de la UE, aunque quedarán protegidos productos sensibles como la carne, determinadas frutas y hortalizas y el aceite de oliva.
Según la Comisión Europea, se espera que el acuerdo aumente las exportaciones de la UE a Chile en hasta 4.500 millones de euros. En 2022, el comercio total entre el bloque y el país sudamericano alcanzó 18.500 millones de euros.
Incluye compromisos vinculantes en materia de obligaciones sociales, laborales y medioambientales basados en las normas de la Organización Internacional del Trabajo y el en Acuerdo de París.
En materia energética, el renovado acuerdo permite el acceso no discriminatorio de las empresas de la UE a los mercados energéticos chilenos, incluido el del hidrógeno. Establecerá igualdad de oportunidades de inversión para las empresas de la UE y un acceso equitativo a las redes eléctricas, al igual que para materias primas como el litio y el cobre.