Esta noticia quizá sorprenda a los banqueros de Wall Street de la vieja escuela.

Después de semanas de rumores en el interior de Credit Suisse, Paul Dexter, un alto ejecutivo de banca, fue despedido a raíz de una denuncia por comportamiento inapropiado que involucraba a una becaria. Los rumores agitaron los círculos de fusiones y adquisiciones.

Sólo que no se trató de un caso de acoso sexual, dijeron personas al tanto del tema. Más bien, un comportamiento indisciplinado en el trabajo -que hasta no hace mucho tiempo habría sido tolerado de mala gana por la dirección en muchas empresas- le pasó factura a Dexter.

El despido de un solo banquero en un solo banco tal vez parezca intrascendente en esta era de #MeToo. Pero el ascenso y la caída de Dexter condensan las nuevas realidades en un sector que durante largo tiempo celebró los grandes egos y la fanfarronería. Demuestra que una denuncia por un incidente tiene cada vez más probabilidades de activar una investigación más amplia y sacar a la luz otros, poniendo fin de ese modo a una carrera.

Dexter no respondió a los mensajes de consulta.

Ascensos

Dexter, negociador de acuerdos del banco suizo, fue durante mucho tiempo una imagen imponente dentro de la empresa. Algunos amigos dijeron que se jactaba de haber intimidado a empleados en cargos inferiores, y las murmuraciones sobre su conducta persistían. El banco adoptó incluso la inusual medida de impedir que Dexter contratara a estudiantes universitarios debido a las quejas.

Y sin embargo Dexter, de 37 años, continuó cosechando éxitos. No hace mucho fue ascendido a director ejecutivo de fusiones y adquisiciones, después de haber estado en primera línea en la organización del acuerdo Bayer-Monsanto por US$63.000 millones. Ahora Dexter -un personaje que, según algunos, recuerda al Wall Street salvaje de la década de 1980- fue despedido abruptamente, derribado por un cambio cultural que va extendiéndose a todo el mundo empresarial estadounidense.

En Credit Suisse, su remoción pareció un juicio sumario: se dictó un veredicto tres semanas después de la denuncia. Pero entre bambalinas, hubo vacilaciones que generaron críticas dentro y fuera de la empresa. En algunos momentos, los intentos de disipar rumores o apaciguar la situación no hicieron más que exacerbar el asunto.

Una medida, sobre todo, enfureció a quienes querían que se emprendieran acciones contra Dexter. Un banquero de alto nivel dio instrucciones a testigos del incidente de mantener la confidencialidad y no hablar del tema en forma pública para que la investigación pudiera avanzar, dijo una de las personas. Pero esto encendió más las tensiones porque se lo consideró un intento de acallar el asunto.

"Disponemos de sólidas políticas en materia de agravamiento y de canales a través de los cuales los empleados pueden reportar quejas relativas a la conducta, y alentamos a todos los empleados a hacerlo", dijo Karina Byrne, portavoz de Credit Suisse Group AG con sede en Nueva York que confirmó la partida de Dexter. "Donde surgen denuncias, las investigamos a fondo y, si la situación lo requiere, se manejan las consecuencias como corresponde".

Dexter ingresó en la entidad bancaria suiza en 2005. Criado en Minnesota, fue una estrella del fútbol americano que jugaba para el equipo de su escuela secundaria. Dos años antes de ingresar en Credit Suisse, fue acusado de lesiones por una agresión física en St. Croix County, Wisconsin, y se acogió a un acuerdo de procesamiento diferido, según registros públicos y funcionarios del condado.

Dealbreaker informó inicialmente sobre el incidente del mes pasado que puso en marcha la investigación. Supuestamente, Dexter estaba ebrio e intimidó físicamente a un becario, dijeron personas al tanto del tema.