La histórica Plaza de Mayo, donde las multitudes argentinas se congregan para festejar o protestar ruidosamente, se ha convertido en escenario para una silenciosa muchedumbre nocturna cada vez más numerosa: las personas pobres que buscan un plato de comida caliente.
Con una inflación anual del 124,4%, la pobreza habría alcanzado al 40% de la población de Argentina, según estimó un experto horas antes de que el Gobierno difunda el miércoles los datos actualizados sobre el rubro, que podrían afectar sus chances para los comicios presidenciales de octubre.
”Es cartonear (juntar residuos para reciclar) desde la mañana hasta las 7 u 8 de la noche para ganar 3.000 pesos (4 dólares al tipo de cambio informal o casi 9 al oficial) o 4.000 pesos. ¿Qué haces con eso? Nada”, dijo a Reuters Erica Maya, una mujer viuda de 45 años y seis hijos que hacía una larga fila por un plato en la Plaza de Mayo, en el centro de Buenos Aires.
”Es mejor y conveniente venir acá, que comés mejor. Te vas con la panza llena y contentos”, explicó mientras aguardaba la comida que ofrece una organización no gubernamental.
Como consecuencia de la prolongada crisis financiera, los analistas esperan un aumento de la pobreza en el primer semestre de este año desde el 39,2% registrado en el segundo semestre del 2022 -el último registro oficial-, de acuerdo con el ente estatal de estadística Indec.
La delicada situación ha puesto en jaque al Gobierno de centroizquierda, que buscará alcanzar el balotaje cuando el 22 de octubre el ministro de Economía Sergio Massa enfrente en los comicios al ultraliberal Javier Milei y a la exministra de centroderecha Patricia Bullrich.
”El nivel de pobreza en Argentina, aunque no hay cifras, estimamos que está en un 40% de la población, en una medición tradicional de pobreza por ingresos”, señaló Eduardo Donza, especialista del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica.
En medio del penoso contexto, muchos argentinos recurren a empleos informales para complementar sus bajos ingresos o apenas subsistir.
”Esto yo lo hago para darle de comer a mi familia y es una medida que tomé porque está complicado conseguir trabajo en este momento (...) Entonces recurrí a vender tortillas y buscar el modo de subsistir para mi familia y mi hija”, dijo Diego Ortiz, de 30 años, al tiempo que cocinaba tortillas de harina sobre brasas para vender en un suburbio de Buenos Aires.
Se espera que, debido a la alta inflación, la pobreza sea aun superior en la segunda mitad del 2023, aunque el dato se conocerá recién en marzo del año próximo.”Se necesitan políticas de Estado que sean consensuadas y que apunten a la producción y al aumento del trabajo. Si no conseguimos eso, que va a ser una cuestión muy difícil, es casi imposible que podamos salir de esta situación”, añadió Donza.