Continúan las presiones inflacionarias en EEUU. En medio de las fuertes alzas de los precios de la energía, acentuadas con el conflicto de Rusia y Ucrania, el IPC de la mayor economía del mundo experimentó una variación de 0,8% en febrero.
Y aunque la cifra estuvo dentro de las expectativas del mercado, la inflación en doce meses trepó a 7,9%, más que el 7,5% de enero y un nuevo máximo en 40 años. Se trata de la sexta alza consecutiva.
Sin considerar el ítem alimentos y energía, la denominada inflación subyacente subió un 0,5% respecto a enero y un 6,4% respecto al año anterior.
El dato no alcanza a registrar la acelerada alza del precio del petróleo que provocó la invasión rusa a Ucrania y que desde el 28 de febrero lo tiene encima de los US$ 100 por barril. De acuerdo a Bloomberg, la mayoría de los economistas esperaban que febrero fuera el peak de la inflación anual, pero el conflicto probablemente signifique expectativas de inflación aún más altas en los próximos meses.
“La guerra ruso-ucraniana alimenta aún más la vertiginosa tasa de inflación a través del aumento de los precios de la energía, los alimentos y las materias primas básicas, que se inflan por el empeoramiento de los problemas de la cadena de suministro”, dijo Kathy Bostjancic, economista jefe de Oxford Economics, citada por EP.
“Esto conducirá a un peak más alto de inflación en el corto plazo y una desaceleración más lenta de lo esperado en 2022″, agregó, al tiempo que pronosticó una inflación “de casi el 6,5% de media en 2022 tras un aumento de 4,7% en 2021″.
Según los datos del Departamento del Trabajo, los precios de la gasolina subieron un 6,6% respecto al mes anterior y representaron casi un tercio del aumento mensual del IPC.
El aumento de la inflación le pone cada vez más presión a la Reserva Federal que ahora también deberá considerar el potencial daño que causará en la economía la guerra en Europa del este.