Estas últimas semanas la inflación ha vuelto a estar en boca de los ciudadanos, de los mercados financieros y de algunas autoridades, tanto en Chile como en países desarrollados como Estados Unidos.
Luego de varios años con las tasas de interés en mínimos históricos, y tras una explosión de liquidez producto de las ayudas para enfrentar la pandemia en distintos países, al parecer ya está llegando el momento de preocuparse por un variable que hace rato no quitaba el sueño: la inflación.
Desde inicios de año, los mercados financieros globales están comenzando a ver un riesgo inflacionario en alza y esta semana la inflación en 12 meses en Estados Unidos llegó al 5% (su mayor nivel en 13 años) y el indicador subyacente al 3,8%, muy por encima de la meta del 2% de la Reserva Federal. Ante esto, todo el mundo estará atento a lo que diga, en la semana que comienza mañana, la Fed en su reunión de junio, con cada vez más voces expertas que se preguntan si la entidad encabezada por Jerome Powell está quedando “detrás de la curva” de la inflación al seguir manteniendo hasta ahora sin cambios su política muy expansiva, la cual tiene en mente recuperar la actividad económica en ese país.
Esta, además, es la primera vez que la Fed ya estaría aplicando los nuevos lineamientos de su meta, anunciados a mediados del año pasado, cuando explicitó que sería un poco más “flexible” con la convergencia hacia el 2%. Entre las razones de ese cambio estaba el prevenir que los mercados sobrerreaccionen a cualquier dato “positivo”para la economía, previendo que la Fed recortaría estímulos (como ocurrió numerosas veces en el pasado).
En Chile también se están comenzando a sumar voces que alertan sobre una posible alza inflacionaria. El aumento de precio de algunos alimentos durante los meses previos -aunque hoy ya más acotados- y de bienes como los que se usan para reparación de viviendas, han sido quejas comunes de consumidores en el país, lo que se suma además al mayor precio de los combustibles, en línea con el boom de los commodities a nivel global -incluyendo el petróleo- y un tipo de cambio que no ha caído a pesar del valor del cobre. Esto último, a su vez, se explica en parte por las incertidumbres políticas en el país. El riesgo político.
En mayo, el Índice de Precio al Consumidor (IPC) subió al 3,6% en 12 meses, su mayor nivel desde marzo del año pasado pasado cuando era un 3,7%. Mientras, el Banco Central indicó en su Informe de Política Monetaria (Ipom) de junio, dado a conocer el miércoles, que la inflación subirá sobre el 4%, para luego retornar a la meta de la institución del 3%. Con las señalas dadas por el instituto emisor, el mercado espera que la tasa de política monetaria suba este año.
El aumento en los precios, señalan expertos, se ha debido en el país a la menor producción, por las restricciones sanitarias aún imperantes, sumados a la alta liquidez que tienen los hogares, tras las ayudas fiscales y los retiros de los fondos de pensiones. De hecho, la base monetaria ha subido un 125% en un año y casi al triple en relación a dos años atrás. Además, al menos hasta principios de año, el BC informó que más de la mitad de los montos de los dos primeros retiros de las AFP aún no ha sido gastados y permanecen en las cuentas corrientes o de ahorro de las personas. Aesto hay que sumar ahora el tercer retiro y los nuevos IFE, que inyectarán aún más liquidez a la economía.
Otros datos que pueden estar dando cuenta de un aumento de precios ad portas son los precios al productor. Los de la industria manufacturera ya se empinan en un 4,7%en 12 meses, mostrando alzas relevantes desde agosto del año pasado.
Visión de los expertos
“Efectivamente, estamos viendo no solo en Chile, sino que a nivel global, mayores presiones inflacionarias. Buena parte de ello, sin embargo, responde a factores tranitorios, como son los mayores costos de transporte, limitaciones en la producción de algunos sectores como resabio de las restricciones sanitarias, y alzas en precios de combustibles. Todos ellos se reconocen como factores de oferta. Ello da espacio para mantener una política monetaria altamente expansiva”, señala el economista jefe de BCI, Sergio Lehmann.
Sin embargo, en el caso de Chile, el experto señala que “hemos visto un aumento muy potente del gasto interno, producto de la alta liquidez asociada al retiro de fondos de pensiones y los apoyos que ha ido otorgando el gobierno. El Banco Central ha visto la necesidad, entonces, de moderar el estímulo monetario, pero mantenerlo expansivo al menos por los próximos dos años.
Ello ha configurado un escenario de tasas algo más altas, pero que a nivel internacional siguen siendo bajas del punto de vista histórico. Las tasas más largas en nuestro país han subido con mayor fuerza, recogiendo un premio por riesgo mayor asociado a la incertidumbre política”.
El economista jefe de STF Capital, Sergio Godoy, agrega que actualmente “hay holguras, el mercado laboral todavía se está recuperando. Lo que pasa en el corto plazo es una mezcla de alza del petróleo, apertura de la economía y efecto base. Lo de apertura de la economía se aplica más a Estados Unidos que Chile. Lo mismo con los problemas aún no resueltos de la cadena de producción global”.
El economista agrega un elemento más aumento de la inflación en la principal economía del mundo: “La percepción exagerada de mayor inflación, reflejada en las expectativas, que se transformaría en inflación observada y sostenible”.
En Chile, a pesar de que el Banco Central proyecta que el crecimiento económico de 2021 podría llegar hasta el 9,5%, más que triplicando su crecimiento de largo plazo, no habría aún un “sobrecalentamiento” de la actividad, ya que buena parte de ese mayor crecimiento es un rebote luego de la caída del 6% registrada en 2020. En este contexto, la perspectiva de inflación a dos años sigue anclada en un 3%.
Con todo, la dinámica de precios a nivel global parece que seguirá al alza, y también en Chile. Como indica Sergio Godoy, la cadena productiva y logística a nivel global sigue muy estresada, con fuerte aumento en la demanda, a medida que las grandes economías se comienzan a reactivar.
Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, explica que este año la inflación será determinante en varias economías ante los altos registros “que se están dando no solo en Chile o EE.UU., sino también en la Zona Euro o países como Rusia y Brasil. Esta mayor inflación a nivel global se explica en una primera instancia por la pandemia y el aumento de la demanda en ciertos bienes, principalmente tecnológicos y artículos para el hogar, esto como resultado de las medidas sanitarias que ha llevado a miles de familias a cuarentena y a realizar sus diversas labores en el hogar, mayor demanda que ha llevado además, a reducir dramáticamente el stock de diversos insumos, el más relevante y destacado son los chips que se utilizan para la fabricación desde computadores hasta automóviles”.
Además, también han aumentado los costos asociados a producir o generar servicios en medio de la pandemia. Con menos gente yendo a sus trabajos y las restricciones de movilidad, muchos rubros están produciendo por debajo de su capacidad, reduciendo la oferta disponible.
Hacia adelante, la economista dice que seguramente se seguirán viendo algunas alzas de precios por la mantención de esta situación a nivel global. Por esto, “es importante ir viendo qué tan transitoria podría llegar a ser esta alza de precios y si hay indicadores que muestren normalización de los costos para poder estimar si habrá un mayor o menor traspaso de estas alzas hacia los productos finales y determinar si será o no permanente esta alza de precios”.