La crisis del coronavirus ha asestado un golpe a la gran mayoría de las materias primas, sin embargo, los precios del uranio se están disparando.
El metal radiactivo utilizado en el combustible nuclear se ha apreciado un 31% este año, lo que lo convierte en la materia prima, de entre las principales, de mayor rendimiento del mundo. El alza ha estado impulsada por los cierres de minas, que han eliminado más de un tercio de la producción mundial anual en un momento en que la demanda de las centrales eléctricas se ha mantenido relativamente estable.
“Es un golpe doble a favor del uranio”, dijo Nick Piquard, gerente de cartera de Horizons ETFs. “Es probable que la Covid-19 no solo no haya afectado mucho la demanda de energía nuclear, sino que ciertamente está afectando la oferta”.
Si bien la demanda de energía, incluida la nuclear, está sufriendo un impacto debido a la pandemia, se espera que muchas plantas de energía atómica se mantengan abiertas. Esto se debe en parte a que las plantas que funcionan con carbón y gas son más fáciles de apagar y reiniciar que las instalaciones nucleares, por lo que vale la pena mantenerlas en funcionamiento incluso si la demanda de electricidad disminuye un poco, dijo Piquard.
La industria del uranio ha estado sumida en una crisis desde el desastre de Fukushima en Japón en 2011, que provocó el cierre de la mayoría de los reactores nucleares de ese país y un replanteamiento de la energía nuclear en todo el mundo. El cambio resultó en un exceso del metal acumulado en los almacenes, lo que hizo que los precios bajaran hasta un 75% desde los máximos de 2011.
En respuesta a los bajos precios, dos gigantes de la industria, Kazatomprom y Cameco Corp., han estado recortando la producción de uranio en los últimos tres años para reducir el exceso global.
La crisis de Covid-19 ha acelerado ese proceso con una sacudida. Kazatomprom, el mayor productor de uranio, anunció a principios de abril que iba a reducir las actividades operacionales en sus minas de uranio en Kazajstán durante aproximadamente tres meses.
Por su parte, Cameco redujo aún más su propia producción el mes pasado al frenar la producción en Cigar Lake en Canadá, la mayor mina productora del mundo, y luego amplió la suspensión durante un período indeterminado el 13 de abril. La compañía también cerrará algunas operaciones en su instalación de servicio de combustible de Port Hope durante cuatro semanas.
En total, los cierres eliminaron alrededor de 46 millones de libras, o aproximadamente el 35%, de la producción mundial anual de uranio, durante tres semanas, según el analista de Cantor Fitzgerald, Mike Kozak.
Al igual que en otros países, los reactores estadounidenses se consideran infraestructura esencial, y las empresas eléctricas están aplicando planes de contigencia para garantizar su funcionamiento a fin de mantener el flujo de energía. La Comisión de Regulación Nuclear emitió orientaciones en marzo para que las empresas eléctricas soliciten turnos más largos para los trabajadores si es necesario. También está permitiendo que las compañías difieran algunas inspecciones.
Los futuros de uranio negociados en la Bolsa Mercantil de Nueva York se han disparado alrededor de un 36% desde mediados de marzo a US$32,50 la libra. Las acciones y los fondos cotizados en bolsa han seguido el repunte. Entre los ganadores, Cameco, Uranium Participation Corp., North Shore Global Uranium Mining ETF y Horizons Global Uranium Index ETF han subido al menos un 50% desde los mínimos de marzo.
Los aumentos podrían mantenerse. La situación actual podría convertirse en “el punto de inflexión en un mercado bajista de 10 años”, declaró el analista de Scotiabank, Orest Wowkodaw, en un comentario el 13 de abril