El desarrollo de los conflictos sociales y geopolíticos, la velocidad de la caída de la inflación mundial, el desempeño de la economía china y la salud fiscal y recuperación del crecimiento en América Latina, marcarán la economía global durante 2023 desde el punto de vista de los inversionistas globales. Manuel José Balbontín y Jaime de la Barra, dos socios clave de Compass Group, una de las principales empresas de inversión de América Latina, desmenuzan las variables que impactarán en la mirada de los agentes para el próximo año y analizan el momento político y económico de Chile.
Economía global y EE.UU.
Cuando recién la economía global estaba despojándose de los efectos más profundos de la pandemia del Covid 19, la guerra en Ucrania y sus efectos pusieron nuevos mantos de incertidumbre entre los inversionistas internacionales. Para los socios de Compass Group los fenómenos sociales y geopolíticos en el mundo seguirán golpeando los mercados y estiman que el 2023 será un año en que debiera comenzar a ceder la inflación y también el endurecimiento monetario de los bancos centrales.
“Se espera que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos termine del proceso de alza de tasas de interés hacia marzo del próximo año (esta semana la subió en 50 puntos base, lo que fue interpretado como un “suavizamiento” del ritmo de alzas de tasas) y también se vaticina una disminución de la inflación por varios factores. La Fed podría empezar a bajar las tasas hacia mediados y finales del próximo año”, anticipa Manuel José Balbontín, quien precisa que en estos momentos cualquier cartera global de inversiones está “sufriendo mucho” ante la volatilidad y caída de los activos financieros.
Los “cuatro vientos” de China
Un factor clave para la economía mundial también será China. Xi Jinping, presidente del gigante asiático, ha consolidado el control del Partido Comunista en el poder y su reto en 2023 será demostrar que puede gestionar con habilidad una economía que se ha debilitado fuertemente este año. Para Jaime de la Barra los “cuatro vientos” que han recorrido a la economía china durante los últimos años podrían aminorar su velocidad en contra durante 2023.
“La magnitud de los ‘cuatro vientos’ en contra (política cero Covid, crisis en el mercado inmobiliario, restricciones regulatorias estrictas a empresas privadas, y el enfrentamiento geopolitico entre China y Occidente) que hemos visto en los últimos 24 o 36 meses han sido muy complejos y eso se ha visto reflejado en el desempeño de los activos financieros chinos y en los flujos de inversiones hacia ese país”, afirma Jaime de la Barra, quien ve algunos puntos de inflexión en este escenario.
“Luego del 20º Congreso del Partido Comunista chino, hay señales de que esos ‘cuatro vientos’ en contra se vayan aclarando y eso podría hacer que esa economía vuelva a crecer a tasas positivas para el mundo, aunque eso está por verse”, añade el socio de Compass.
“Claramente estamos más optimistas respecto a cómo China puede impactar a la economía global. Además, China se puede convertir en un factor deflacionario nuevamente, que fue lo que hizo en los últimos 20 o 30 años”, complementa, a su vez, Manuel José Balbontín.
Sin embargo, Balbontín repara en que la incertidumbre geopolítica de la zona podría aumentar. “Siempre existe la posibilidad de que China quiera en algún momento anexar a Taiwán, lo que podría deteriorar la confianza (del mercado financiero) en el mediano plazo”, apunta el experto.
El régimen chino ha dejado traslucir en reiteradas ocasiones su deseo de invadir la isla autónoma de Taiwán, la cual Beijing reclama como propia. El propio Xi ha dicho estar preparado para un eventual conflicto armado. Estas amenazas han aumentado particularmente desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania.
Incertidumbre acotada en A. Latina
En medio de la llegada al poder de varios gobiernos de centroizquierda en la región, los expertos muestran sus dudas sobre cómo sus líderes administrarán la salud fiscal de sus respectivas economías y la prioridad que le darán al crecimiento luego de los efectos más duros de la pandemia y las crisis sociales.
“Hay una incertidumbre acotada para América Latina y el mayor desafío es retomar el crecimiento económico”, resume De la Barra, quien añade que la responsabilidad fiscal se tornará como clave en esta dinámica.
“La política monetaria (de los bancos centrales) está bien evaluada en la mayoría de los países latinoamericanos por parte de los inversionistas extranjeros. No obstante, hay dudas sobre el manejo de la política fiscal, específicamente en Brasil. Hay serias dudas, ya reflejadas en el mercado, sobre si el nuevo gobierno en Brasil va a seguir comprometido con la responsabilidad fiscal”, añade Jaime de la Barra. El experto precisa que es clave que la política fiscal no “ahogue” la inversión y el crecimiento para el próximo año.
Para Balbontín la situación de América Latina no será fácil en 2023, especialemente desde el punto de vista político. Sin embargo, el da el beneficio de la duda al nuevo gobierno de ‘Lula’ da Silva en Brasil. “‘Lula’ ha mostrado cierto pragmatismo en sus administraciones anteriores. Podría ser amistoso con los inversionistas globales y también preocuparse de las personas que requieren mayor ayuda. En este sentido, creo estar tranquilo y nervioso al mismo tiempo”, sostiene Balbontín, quien reconoce también que Perú tiene una situación complicada, aunque está lejos de ser “novedosa” respecto de su historia reciente.
Chile y las reformas
Chile tendrá el próximo año un mix de acontecimientos políticos y económicos relevante. A la esperada profundización del debate en el Congreso sobre las reformas tributaria y de pensiones, se sumará ahora la discusión y definición en las urnas de una nueva Constitución.
Para los socios de Compass si bien existen oportunidades atractivas y puntuales para algunos activos en Chile, la situación más macro del país puede sembrar preocupación entre los inversionistas.
“La valorización de los activos en Chile está atractiva, pero no es una una recomendación amplia, sino más micro, de algunos sectores. Chile tiene muchas oportunidades en el tema de las energías renovables, en el litio... en sectores de la economía del futuro y que hay que aprovecharlas, pero para eso las políticas públicas tienen que ser conducentes”, afirma Jaime de la Barra.
Balbontín cree que la incertidumbre se ha ido acotando y que el reciente y contundente rechazo a la nueva Constitución reflejó, en la mirada de los inversionistas globales, que Chile “no va a hacer locuras”.
Sin embargo, Balbontín es cauto y reconoce que el dinamismo mostrado por la economía chilena, especialmente en los ‘90, se ha ido perdiendo. “La incertidumbre en Chile se ha ido acontando, pero hasta que no haya una nueva Constitución, no tengamos una reforma tributaria y una reforma de pensiones que no eche por la borda todo el sistema, los inversionistas extranjeros van a seguir cautelosos”, concluye el socio de Compass, quien lleva radicado más de 30 años en Estados Unidos.