La “motosierra” que remueve regulaciones en la economía se toma la agenda
Mientras en Argentina el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ha trabajado en reducir la intervención estatal para dar espacio a los privados, Elon Musk liderará el Departamento de Eficiencia en EE.UU. con objetivos similares. En Chile, el exministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, pide enfrentar “con coraje” los excesos de burocracia y regulación a nivel local.
La “motosierra” que derriba regulaciones en la economía y que el presidente de Argentina, Javier Milei, tiene como plan estrella, ha logrado posicionarse en el debate económico mundial. Mientras la estrategia del libertario ha comenzado a tomar forma en Argentina, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de nominar al multimillonario Elon Musk a la cabeza del Departamento de Eficiencia, el que también apunta a desburocratizar el aparato estatal.
“Musk es un personaje extraordinario, soy fanático, su biografía es extraordinaria por las cosas que ha hecho. Y es que se encontró con la valla del Estado en Estados Unidos, con la burocracia”, afirmó a medios argentinos esta semana el actual ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien se ha transformado en la piedra angular de Milei para disminuir el tamaño del Estado, bajar los costos y despejar la economía para la iniciativa privada.
Sturzenegger, doctorado en el MIT y cercano a varios economistas chilenos como los expresidentes del Banco Central José De Gregorio y Vittorio Corbo, dijo que Musk se “inspiró” en la agenda de desregulación de Milei. “Cuanto peor es una sociedad, más leyes tiene. En el infierno, solo hay leyes”, sostuvo hace dos semanas en entrevista con el Financial Times, donde citó al jurista estadounidense Grant Gilmore.
Además de haber sido el cerebro detrás de diversos decretos que buscan liberalizar la economía, Sturzenegger ha estado en el centro del debate económico transandino en los últimos días, por su intento de privatizar y desregular el servicio de correos en Argentina, con el fin de ampliar la oferta de couriers. La medida busca eliminar el monopolio estatal referido al envío de cartas, telegramas y encomiendas, y abrir la competencia y facilitar el acceso de otros operadores.
Pero la batalla que hoy tiene más ocupada la agenda de Sturzenegger es la idea de privatizar Aerolíneas Argentinas, que arrastra pérdidas millonarias, lo que enfrenta la férrea oposición sindical.
Frente a ello, el exministro de Economía del primer y segundo gobierno de Sebastián Piñera, Juan Andrés Fontaine, quien buscó implementar un conjunto de reformas microeconómicas que mejoraran la competencia, las regulaciones, y disminuyeran los costos de algunos servicios públicos, pone un matiz en torno a la labor de Musk y de Sturzenegger.
“La lucha contra la burocracia es pieza fundamental del programa de Trump para acelerar el crecimiento potencial de EE.UU. vía desgravación tributaria y regulatoria, considerando que su déficit fiscal es ya 7% del PIB y su deuda pública neta supera el 100% del PIB. Trump ha reclutado a Elon Musk -exitosísimo empresario, audaz e innovador- para combatir la burocracia. Su trayectoria en emprendimientos tecnológicos hace pensar que puede revolucionar -con agresiva incorporación de las TI- la operación no sólo del Estado en EE.UU., sino en el resto del mundo. Pero su rol es meramente asesor y ya veremos si sus ideas logran superar la resistencia de los intereses creados, políticos y económicos”, afirma Fontaine.
“Sturzenegger en Argentina no es asesor, sino el ministro a cargo de la ‘motosierra’ para reducir el tamaño del Estado y liberar las múltiples trabas que allá inhiben la libre competencia y han arruinado la productividad de una de las economías más ricas del continente”, complementa Fontaine, quien dice que el foco del ministro argentino no es sólo la burocracia estatal, sino también desplegar las capacidades de la iniciativa privada y los emprendedores.
“Armado de los poderes que le da la ley de emergencia, es impresionante la velocidad y amplitud de lo que está haciendo: cerrando o racionalizando servicios públicos redundantes o hipertrofiados, barriendo regulaciones anticompetitivas en servicios como la navegación aerocomercial, ferrocarriles, correos, etcétera”, añade.
En la misma línea, el decano de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián y exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Weber, dice que los escenarios desde los que Musk y Sturzenegger parten son distintos, aunque con fines similares. Precisa que mientras en EE.UU. la macroeconomía sigue sólida, Argentina antes de la llegada de Milei estaba en el “caos y la desintegración”.
“La pregunta es por qué algo que empíricamente sabemos que funciona fue abandonado y hoy retomado con tanta fuerza por estos países como un eje central de sus programas de gobierno. Lo que tienen en común ambos países es una tendencia que se comienza a consolidar en el mundo pospandemia y que no sólo tiene que ver con un cambio de ciclo político, sino que cultural y económico: transitar desde la cultura ‘woke’ y los Estados de bienestar, hacia sociedades y formas de administración del Estado liberales, donde se privilegia la economía social de mercado, la libertad de emprender, la seguridad, la responsabilidad y el respeto por la autoridad, por sobre la primacía estatal, el buenismo y las agendas de causas minoritarias”, analiza Weber. Destaca las medidas tomadas por Sturzenegger como el cierre del Instituto Contra la Discriminación, el Instituto Nacional de Juventudes, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, y el despido de más del 15% de los funcionarios públicos, entre otros.
Para Chile, plantea, los desafíos en esta materia tienen bases diferentes. “Chile también requiere cambios urgentes y rápidos, pero, en nuestro caso, las tres grandes reformas que necesita nuestro Estado son al sistema político, al empleo público y al sistema de evaluación ambiental”, señala.
Fontaine, a su vez, cree que la voluntad para enfrentar “con coraje”, los excesos de burocracia y regulación deberían ser imitados en Chile. “Para el próximo gobierno será prioritario atacar con resolución y creatividad este síndrome de incertidumbre regulatoria aguda que nos aqueja. Y para hacerlo nos vendría muy bien contar con algo de la capacidad y la energía de un Musk o de un Sturzenegger”, concluye.
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