Hace exactos diez años, en Estados Unidos la petrolera Exxon era la compañía listada más grande de ese país, con un valor de mercado que superaba los US$ 406 mil millones. En el selecto grupo, Exxon era seguida por tres empresas tecnológicas como Apple, Microsoft e IBM, pero en el top 10 también figuraban otras ilustres representantes de los sectores tradicionales, como la también petrolera Chevron, la cadena supermercadista Walmart, la manufacturera General Electric y el fabricante de productos de consumo masivo Procter & Gamble. También el principal vehículo de inversión del inversionista Warren Buffet, Berkshire Hathaway. Ninguna compañía superaba aún el billón de dólares de capitalización bursátil.

La situación hoy es muy diferente. El predominio de la “Nueva Economía” es total. Siete de las diez mayores compañías pertenecen al mundo de la tecnología y la innovación y cinco de ellas ya superan el billón de dólares.

La primera es Apple, el fabricante de los iPhone creada por el fallecido Steve Jobs, que cerró en 2021 con una capitalización bursátil de US$ 2,9 billones (millones de millones). Esta semana, Apple batió un récord histórico: llegó a los US$ 3 billones, 10 veces más que hace 10 años. Exxon lideraba, al cierre de 2011, con solo US$ 400 mil millones.

Apple fue seguida al cierre de 2021 por Microsoft, la empresa fundada por Bill Gates, con US$ 2,5 billones. Detrás están Alphabet, la dueña de Google; Amazon, la firma de Jeff Bezos; y Tesla, la corporación de Elon Musk. Esta última alcanzó en octubre US$ 1 billón de capitalización bursátil, una cifra equivalente a casi tres veces el tamaño de la economía chilena, medido por su PIB.

En sexto lugar aparece Meta, hasta hace poco llamada Facebook, y luego la compañía de tecnología Nvidia. Más atrás, Berkshire Hathaway, el conglomerado de salud United Health y la empresa financieras Visa. Walmart cayó al puesto 15 y Exxon al lugar 33. Otras empresas relativamente nuevas figuran en el ranking ampliado: Alibaba en el puesto 21 y Netflix en el 29.

La supremacía de este tipo de compañías es explicada por un asunto sencillo, según Mark Mobius, un activo y reconocido inversionista internacional: tienen un retorno sobre el capital mayor el de las empresas más antiguas e incrementan sus ganancias a un ritmo mucho más rápido que las tradicionales.

No es solo un fenómeno exclusivo de Estados Unidos, dice el socio de DVA Capital, Felipe Mercado. “Las compañías tecnológicas o ligadas al e-commerce en China, como Tencent y Alibaba dominan el ranking (de capitalización bursátil) donde también aparece CATL, uno de los principales fabricantes de baterías del mundo; y Meituan, una de las principales plataformas de comercio en línea”, ejemplifica.

Europa es otro mundo en este análisis. “Probablemente la fragmentación de la región y la regulación ha impedido que ‘empresas no tradicionales’ aparezcan con fuerza en el tope de las listas. Así, lo que se ha visto ha sido una rotación desde un sector tradicional a otro, tomando mayor importancia el retail y farmacéuticas en desmedro de las compañías de energía que hoy no aparecen en el ranking”, agrega Mercado.

La realidad chilena

En Chile no hay empresas tecnológicas en el top 10 ni tampoco más abajo. Y las 10 mayores de hace una década son casi las mismas 10 actuales, pero en otras posiciones. Siete de las diez se repiten en las dos fotografías (ver infografía). Al cierre de 2011, Falabella era la empresa más valiosa, con un valor de US$ 18.700 millones.

Ahora es SQM, la empresa minera que se ha beneficiado del alza en el precio del litio y cuyo valor en Bolsa superó los US$ 15 mil millones al cierre de 2021. Ninguna de las diez mayores empresas fue creada durante los últimos 40 años, pero todas crecieron fuerte en las últimas décadas. El peso de las industrias tradicionales de la economía chilena es evidente. En el top 10 hay cuatro bancos (Santander, de Chile, BCI y Scotiabank); dos gigantes del retail con peso en toda la región (Falabella y Cencosud), una empresa minera como SQM; la mayor eléctrica local (Enel), un grupo cuyo principal negocio es forestal (Empresas Copec, matriz de Arauco) y la naviera Vapores. Las que salieron del top 10 fueron CMPC, Latam Airlines, golpeada por el Covid, y Enel Generación.

El cierre de esa lista de los top 10 se sitúa en los US$ 4.400 millones. Si cotizara en Chile, una empresa creada en el país, Cornershop, se acercaría: fue adquirida por Uber y fue valorizada en junio en US$ 3 mil millones, convirtiéndose así en el primer unicornio chileno, un umbral que se sitúa en los US$ 1.000 millones. Otra firma chilena, NotCo, fue valorizada en 2021, tras el ingreso de nuevos inversionistas, en US$ 1.500 millones. Ninguna de las dos cotiza en Chile. NotCo fue creada en Islas Cayman y pretende abrirse a Bolsa en el Nasdaq: si transara en Santiago sería top 22.

El gerente general de la Bolsa Electrónica de Chile (BEC), Juan Carlos Spencer, afirma que el dominio de los sectores tradicionales en desmedro de firmas tecnológicas en las bolsas de comercio “tiene que ver, principalmente, con la estructura productiva de cada país”.

Y a diferencia de Estados Unidos, donde varias compañías han alcanzado capitalizaciones totales muy superiores a US$ 1 billón, con saltos relevantes de valor, las firmas chilenas han más bien retrocedido. Si hace una década ocho empresas superaban los US$ 10 mil millones, hoy solo tres superan ese umbral. Influye, recuerda Mercado, la depreciación del peso chileno. Al cierre de 2011 la tasa de conversión fue de $ 519, hoy supera los $ 800. Pero también el desempeño de las empresas.

“El mercado bursátil es un reflejo de la economía chilena. En los últimos diez años la Bolsa ha tenido periodos de crecimiento muy bajo, lo que afecta los precios de los activos, como las acciones, lo que se ve también reflejado en menores capitalizaciones bursátiles de esas compañías”, afirma Spencer.

El vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Santiago y presidente de Nevasa, Eduardo Muñoz, afirma que “en Chile hace una década y más que se invierte muy poco, el riesgo político es creciente y el país es chico”, y añade que en el mercado local “las empresas no crecen mucho, la economía tampoco y el valor del dólar actual castiga fuertemente”.

Falta de innovación

La ingeniero comercial y exdirectora de la Bolsa de Comercio de Santiago, Jeannette Von Wolfersdorff, cree que “el mercado chileno no es innovador, no por falta de creatividad, sino por falta de mercado”. La fundadora del Observatorio del Gasto Fiscal asevera que “no solo falta acceso a venture capital y créditos para nuevas empresas, sino que nos falta también una regulación pro-competencia, porque la concentración económica está en estrecha relación con la falta de innovación”.

Para la primera mujer en ser parte del directorio de la Bolsa de Comercio, la conformación de los gobiernos corporativos en Chile también significa una señal de alerta respecto al estancamiento de la variedad de sectores productivos en la Bolsa y su menor peso en los últimos años.

“En múltiples directorios -también de empresas listadas- se repiten los mismos directores. Entre los perfiles destacan abogados, exautoridades y miembros familiares. Directorios con estas características sirven para proteger. No sirven para innovar y crear así valor en el mediano y largo plazo para la empresa y para la sociedad. Sirven para el interés de corto plazo del accionista y no para el interés de largo plazo de la compañía”, apunta.

Von Wolfersdorff, quien por estos días está escribiendo un libro sobre el capitalismo, piensa que Chile requiere de regulaciones que reduzcan conflictos de interés, riesgos sistémicos e influencia excesiva sobre la economía y la democracia.

“En el caso de Chile, hay mucho pendiente en este sentido, partiendo por los grupos económicos. A diciembre 2020, los diez mayores grupos chilenos tuvieron -vía mayorías y pactos- control sobre casi un 60% de la capitalización bursátil, siendo propietarios de un 32% de la capitalización. Hay distintos grupos que se reencuentran en distintos sectores económicos y que mezclan en un mismo grupo tanto negocios financieros como negocios productivos, lo que produce conflictos de interés, reduce la competencia en el mercado y dificulta el crecimiento de nuevos actores”, apunta.

Mark Mobius, fundador de Mobius Capital Partners: “Las nuevas empresas orientadas a la tecnología están aumentando sus ganancias a un ritmo más rápido que las tradicionales”

El denominado gurú de los mercados emergentes en Wall Street y fundador de Mobius Capital Partners, Mark Mobius, compartió con PULSO su análisis respecto al movimiento en el tablero que ha significado la irrupción de las empresas tecnológicas en la última década dentro del concierto bursátil norteamericano, pero también se da el tiempo de pensar por qué en Chile está desacoplado respecto a dicha tendencia sectorial.

¿Por qué en EE.UU., a diferencia de Chile, se ha notado un crecimiento en la inclusión de firmas tecnológicas dentro de las más relevantes a nivel de capitalización bursátil en la última década?

Todo se trata de crecimiento. Las nuevas empresas orientadas a la tecnología están aumentando sus ganancias a un ritmo más rápido que las tradicionales. Además, todas (las tecnológicas) tienen una rentabilidad sobre el capital más alta que la media de las empresas más antiguas. Por supuesto, la inclusión en cualquier índice bursátil no es necesariamente una función del crecimiento del ROE (rentabilidad sobre los recursos propios) o EPS (utilidad por acción), sino de la capitalización de mercado y la liquidez de la empresa.

¿Por qué empresas como Exxon, Chevron, Procter & Gamble o Coca Cola dejaron el top 10 de las principales empresas de EE.UU., considerando que la gente todavía consume bebidas, productos de cuidado diario y compra autos diésel?

Si observas el crecimiento de las ganancias y el ROE de esas empresas, verás que generalmente son más bajos que el que tienen los nuevos grandes jugadores.

Sí, la gente todavía consume sus productos, pero los inversionistas buscan ganancias y crecimiento, por lo tanto, gravitan hacia las empresas de mayor crecimiento de ganancias y con mayor rendimiento del capital.

¿Qué espera para los próximos diez años, cuáles podrían ser las tendencias que orienten a las empresas más valiosas? ¿Qué industrias podrían destacar?

La tecnología nos está impactando cada vez más. Por lo tanto, las empresas que sean capaces de adaptarse a la nueva realidad tecnológica lo harán mejor y crecerán más rápido. Por cierto, esto no solo se refiere directamente a empresas de tecnología como empresas de informática o empresas de semiconductores, sino a empresas de la vieja escuela, como empresas de construcción o alimentación, que pueden utilizar la tecnología para mejorar su crecimiento y rentabilidad.

¿Por qué cree que en Chile las diez empresas más valiosas siguen perteneciendo a industrias tradicionales, como banca, energía y retail?

La razón es que muchas de las empresas de tecnología y nuevas empresas de la industria no se han listado en la Bolsa. Esto puede deberse a las reglas bursátiles internas, a la cotización o peso que tengan, o puede deberse a la falta de voluntad de esas empresas para querer cotizar abiertamente.