En los cuatro meses que lleva en la gerencia general de CAP, Nicolás Burr se ha dedicado a visitar las operaciones del holding −Compañía Minera del Pacífico (CMP), la emblemática Siderúrgica Huachipato, Cintac y algunos negocios de infraestructura− y a “fortalecer la estrategia de crecimiento sostenible basada en un portafolio de proyectos para potenciar el negocio actual y el desarrollo de negocios adyacentes, para asegurar la eficiencia y continuidad operativa de nuestras empresas”, dice. Burr afirma que CAP es de las pocas compañías locales que integran toda su cadena de valor: “Queremos ser reconocidos por nuestra estrategia, centrada en el desarrollo de la cadena de valor y en su descarbonización, para lo que tenemos ventajas naturales”.
Destaca que el grupo ha avanzado mucho en los últimos años tanto en sostenibilidad como en gobernanza corporativa: tres de los siete directores de CAP son mujeres, en noviembre del año pasado se incorporó la primera representante de los trabajadores al directorio de Huachipato y están implementado progresivamente la jornada de 40 horas.
Burr cree que el ejercicio 2022 -en los primeros nueve meses la rentabilidad sobre el capital habría rondado el 13%- fue relativamente bueno. Pero no fue tan bueno como en 2021. Al tercer trimestre de 2022, CAP acumulaba un Ebitda de US$700 millones y una utilidad de US$208 millones, con caídas de 53% y 65% versus 2021: “El balance fue positivo, pero tuvimos un ejercicio difícil en todas las unidades”, reconoce.
CMP cumplió con su presupuesto de producción y aunque el cash cost subió más de lo esperado, por el alza en el precio de los insumos, ya habría vuelto a niveles competitivos: “El negocio minero anduvo bien pese a todo. A principios de año el precio del hierro estaba alto, pero desde abril empezó a bajar hasta US$100 la tonelada y en los últimos meses se recuperó algo. Los negocios más expuestos a la construcción, como Cintac y Siderúrgica Huachipato, estuvieron bajo lo esperado”, detalla. El área minera es la que más pesa en los ingresos: a septiembre aportaba el 59%.
A Huachipato le afectó una importación de carbón coque muy cara a comienzos de año. Y también el aumento de importaciones chinas, ya que como en ese país se contrajo el sector inmobiliario, gran parte de su producción de acero (cerca del 50% del total mundial) se exportó, lo que en Chile hizo que se deprimieran los precios de bolas de molienda, su principal nicho, y demás productos.
El año pasado CAP invirtió US$430 millones y el capex 2023 será de US$500 millones.
Aceros de especialidad
El primer pilar del plan estratégico es impulsar la sustentabilidad del negocio minero. CMP tiene como objetivo crecer en pellets de alta calidad y fortalecer su posición competitiva en minería del hierro: “Los valles en que estamos (Copiapó, Huasco y Elqui) nos entregan un mineral de alta ley. Exportamos mineral con 63% a 65% de hierro y pellets para fabricación de acero de alto horno, proceso tradicional que emite carbono. Pero el mineral de CMP tiene las características para fabricar pellets de reducción directa (DRI), que implican procesos más limpios y se usan para fabricar acero verde; son la base para descarbonizar esta industria. Las acereras están avanzando hacia estos procesos para dejar atrás los altos hornos”.
El plan es seguir agregando valor en Chile por la vía de diversificar el portafolio: “Con pellets DRI se puede fabricar hierro esponja (HBI) o briquetas con 95% de hierro versus el 65% actual, materia prima para acerías que podemos exportar”. Esa reducción directa de HBI se hará con energía limpia como hidrógeno verde, lo que los situaría en los percentiles más eficientes de costos.
Burr advierte que esto implica inversiones por unos US$1.400 millones: “Podemos realizar estos proyectos con asociaciones. El capital vendrá con la certeza de que seremos eficientes produciendo hierro esponja; hay interesados en Europa y Estados Unidos y está la posibilidad de firmar un off take: que nos aseguren demanda por un determinado número de años para invertir y conseguir socios. En todo caso, estamos hablando de una fracción de nuestra producción, porque no pretendemos dedicarnos 100% a este tipo de productos. Es la forma de diversificar nuestra área minera”. Y agrega: “Tenemos un modelo mine-to-customer exitoso, que a futuro podríamos replicar fuera de Chile, más cerca de los centros de consumo, en la lógica de explotar mineral de alta ley para pellets de reducción directa, briquetas y hierro esponja”.
El grupo detecta una oportunidad en la provisión de minerales para la electrificación del transporte. “Contamos con muchas reservas y probablemente la mejor forma de maximizar el valor de esos depósitos a futuro sea explotando hierro y cobre”, dice Burr.
CMP es el mayor productor de minerales de hierro y pellets en la costa americana del Pacífico, cuenta con unos 2.840 millones de toneladas de reservas. Alrededor del 74% de su producción va a China y en Chile queda el 4%.
En siderurgia, el foco será optimizar procesos productivos a través de la excelencia operacional, reducción de costos con un programa de abastecimiento y gestión integrada y optimizada de la cadena de valor. La otra prioridad respecto de Siderúrgica Huachipato es desarrollar productos diferenciadores, con miras a estabilizar los resultados financieros. Hoy entre 65% y 70% de su producción va a la minería a través de barras de molienda, pero CAP quiere desarrollar un área de acería boutique: “Los proyectos de crecimiento estarán destinados a robustecer el posicionamiento de Huachipato en productos de nicho y mayores márgenes, que permitan descomoditizar la oferta. La idea es convertirnos en proveedor líder de la minería latinoamericana con barras para molienda –incluyendo barras SAG– y otros productos especiales”. El proyecto de barras SAG podría definirse este año; requiere modificar maquinaria y cambiar procesos laminadores, lo que implica invertir entre US$120 millones y US$150 millones.
El siguiente paso sería ofrecer el mismo portafolio en aceros verdes para lograr una diferenciación en el mercado regional y asegurar así la sostenibilidad del negocio a largo plazo: “La idea es tener nuestros propios procesos de reducción directa. Para eso nos asociamos con la compañía alemana SMS en un proyecto que se compone de una planta piloto de hidrógeno verde que abastecerá a la planta de reducción directa en Talcahuano y debiera partir en 2027; mientras probamos la tecnología para escalarla a niveles industriales, el hidrógeno se utilizará para reemplazar carbón coque en los altos hornos. Si el piloto es exitoso, seguiremos con la agregación de valor para ofrecer una alternativa de aceros verdes en la región. La planta de hidrógeno verde debería entrar a evaluación ambiental este primer trimestre”. Están desarrollando la ingeniería y cotizando electrolizadores, pero la ruta hacia el acero verde es larga.
También les falta para completar la descarbonización de Huachipato: en 2028 vence el contrato de suministro eléctrico con la central carbonera Guacolda I, que reemplazarán por energías renovables. Otro pendiente es convertir a gas natural su planta de pellets.
Por ahora, analizan la potencial demanda en mercados de maquinarias e industrias de grandes infraestructuras que requieren aceros especiales, donde la composición metalúrgica es relevante. Por ejemplo, son proveedores del Canal de Chacao.
Cintac seguirá centrada en tubos y perfiles, paneles aislantes, metalcones, cañerías, revestimientos y elementos para construcción modular, con miras a liderar el mercado en la costa del Pacífico Sur: “La estrategia en Chile y Perú es consolidarse y crecer en paneles, que tienen una eficiencia energética mayor que la albañilería. Seguiremos impulsando soluciones de construcción con acero en altura. A más largo plazo estamos abiertos a explorar el crecimiento hacia otros mercados de Latinoamérica; por qué no pensar en Ecuador y Colombia”, comenta Burr. A través de Promet, unidad de Cintac dedicada a ingeniería y construcción de infraestructuras modulares y montajes industriales, evalúan entrar a las soluciones habitacionales sociales.
La cuarta unidad de negocios de CAP es infraestructura, que incluye la desalinizadora Cleanairtech −donde posee 51%−, que abastece de agua a sus operaciones mineras; Puerto Las Losas S.A. (51%); y Tecnocap, que presta servicios de transmisión eléctrica en el valle de Copiapó a Cerro Negro Norte de CMP y a la desalinizadora. Este segmento genera del orden de US$60 millones de Ebitda, es un flujo estable porque son contratos de largo plazo, principalmente con empresas relacionadas. El objetivo es que estos negocios aumenten las prestaciones a terceros.
Puerto Las Losas es el principal terminal multipropósito de la Región de Atacama. Presta servicios a CMP para el cabotaje a Huachipato y a terceros, como parques solares. Burr comenta que en este terminal hay capacidad instalada y que, dado que algunos puertos enfrentaron problemas en sus instalaciones, han visto interés desde la minería del cobre.
A este se suman los terminales de CMP. Punta Totoralillo, en Copiapó, embarca el cobre de Caserones y hierro propio. Por Puerto Guacolda II exportan el hierro del valle del Huasco. Por el puerto mecanizado de Guayacán, en Coquimbo, se embarca el mineral de Minas El Romeral. Puerto Huachipato presta, además, servicios a Oxiquim y podría incursionar en otras cargas. La siderúrgica cuenta con el embarcadero Isla Guarello para sacar la caliza que produce en esa localidad.
A fin de fortalecer su portafolio de infraestructura, CAP considera instalar parques fotovoltaicos para cubrir cerca del 35% de su consumo de energía mediante ERNC a 2030, lo que equivaldría a una potencia instalada de 400 MW. En 2021 adquirió un proyecto por 200 MW en las proximidades de CMP, en etapa de ingeniería y obtención de permisos; y evalúa otro que podría llegar a una potencia del orden de 1,5 veces el anterior. “Estamos en proceso de crear una filial para los parques solares. Este año debiéramos definir si los desarrollaremos directamente, con socios o si los vendemos y firmamos contratos de abastecimiento a largo plazo”, explica el gerente.
El cuarto gerente de CAP en un quinquenio: un ex Angelini y ex Luksic
Nicolás Burr es el cuarto gerente de CAP desde 2017: le antecedieron Fernando Reitich, Erick Weber y Julio Bertrand. Este ingeniero civil industrial (47, casado, 4 hijos) y magister en ingeniería de la Universidad Católica, MBA del MIT Sloan School of Management y Máster en Administración Pública de The London School of Economics and Political Science −aficionado al trote matinal en la semana y al golf el fin de semana−, partió su carrera profesional a fines de 1999 en el área forestal de Arauco, donde implementó modelos de optimización de transporte y logística. Luego ascendió a jefe de operaciones y ventas y después viajó a especializarse a Estados Unidos. De vuelta a Chile, la firma del grupo Angelini lo invitó a foguearse como CFO en la filial argentina Alto Paraná. “Argentina es una buena escuela para gerentes de finanzas porque es una economía en la que hay que estar pendiente de los cambios en las regulaciones y en la dinámica económica, industrial y sindical”, recuerda.
Después se incorporó a Madeco, del grupo Luksic, que se dedicaba a los tubos de cobre y estaba vendiendo el negocio de cables en América Latina. Participó en la administración del contrato con la francesa Nexans, a la que Madeco entró como accionista.
A poco de asumir la gerencia de Indalum, filial de Madeco, el grupo Luksic ingresó a la Compañía Sud Americana de Vapores y le ofrecieron ser el gerente de Administración y Finanzas de la naviera (2012-2015). De 2015 a 2020 fue CFO corporativo y miembro del comité ejecutivo de Hapag-Lloyd, en Hamburgo. En ese rol participó en la integración de CSAV y el cierre de la fusión (2014), su IPO y la adquisición e integración de United Arab Shipping (2017). Antes de llegar a CAP fue dos años gerente de Eficiencia y Productividad del Banco de Chile.