El suministro mundial de cobre superará la demanda en los próximos dos años, ayudado por varios grandes proyectos mineros que se están desarrollando, dijeron el miércoles analistas de RBC Capital Markets.
La corredora dijo en una nota que espera que el precio del metal industrial sea de US$4,32 por libra en 2022 y luego baje a US$3,75 por libra en 2023 y 2024, con un “pequeño” superávit en el mercado.
Los grandes proyectos de minería de cobre sin explotar como Quellaveco en Perú, Timok en Serbia y Quebrada Blanca Fase 2 en Chile comenzarán a producir a mediados de 2022 y principios de 2023, en línea con la normalización del crecimiento de la demanda.
Las apuestas agresivas de aumento de tasas de interés en Estados Unidos, los confinamientos en China y una serie de lecturas económicas débiles en las naciones desarrolladas han generado preocupaciones sobre una desaceleración económica y han afectado a los metales industriales.
“La desaceleración de la demanda y la nueva oferta podrían equilibrar el mercado en 2023, mientras que la perspectiva a mediano plazo sigue siendo positiva”, dijo RBC.
El cobre, que a menudo se usa como indicador de la salud económica mundial, ha caído más del 13% desde que alcanzó un máximo histórico de US$10.845 por tonelada en marzo.
“El estímulo del gobierno chino también debería ayudar, aunque es poco probable que tenga el mismo impacto que en 2020 debido a los desafíos en el mercado inmobiliario y una menor atracción externa para las exportaciones”, dijo la correduría.
El gabinete chino anunció el martes un paquete de 33 medidas que abarcan políticas fiscales, financieras, de inversión e industriales para reactivar su economía devastada por la pandemia.
La normalización del suministro de cobre existente y los precios elevados ofrecen un incentivo para aumentar la producción, dijo RBC.
La demanda y la anticipación de déficits en el futuro respaldarán los precios elevados, ya que los inventarios de cobre disponibles siguen siendo bajos según los estándares históricos, según la corredora.
“Las acciones de cobre siguen bien posicionadas para impulsar un FCF (flujo de caja libre) fuerte, a pesar de los crecientes costos, y las valoraciones ahora están más cerca de los promedios históricos”, dijo la corredora.