La percepción de los chilenos sobre su situación económica se dispara a máximos desde marzo, en medio de frenesí por el retiro del 10%
Los más de US$ 8.000 millones liberados por las AFP apuntalaron las expectativas sobre el consumo. La pregunta del millón es cuánto durará este mayor optimismo.
Impactada fuertemente por pago de los fondos de pensiones y también por los bonos para la clase media, la percepción de los chilenos durante la semana del 13 de agosto cambió considerablemente, y lo hizo para mejor. Esto es lo que muestra la encuesta semanal elaborada por Cadem, donde el 54% de los encuestados calificó de muy buena o buena su situación económica y la de su familia.
Este dato representa un salto de 10 puntos porcentuales respecto a la semana previa del 3 de agosto, se inscribe como el registro más alto desde el 13 marzo pasado (cuando apenas empezaba a sentirse el impacto de la crisis del Covid-19) y además es la primera vez en cinco meses que la evaluación es más positiva que negativa.
El gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem, Roberto Izikson dijo que este hecho “es bastante inédito, porque desde 2014 a la fecha, solo en dos momentos la evaluación ha sido más negativa que positiva: post 18 de octubre y post pandemia. Pero el post 18 de octubre fue acotado y solo duró dos semanas, en cambio en pandemia se ha mantenido por más de 5 meses, hasta el retiro del 10% donde volvió a ser positiva”.
Aunque reconoce que el retiro del 10%, seguido en forma más acotada por el bono clase media, han tenido un impacto tremendamente positivo en la situación familiar, sí reconoce que existe un riesgo en que este dato se transforme un hecho meramente coyuntural y que pasado el mayor impacto del pago de los fondos de pensiones el resultado podría revertirse.
Para dimensionar el efecto del retiro de fondos en las personas, la encuesta muestra que el mayor salto se produjo entre quienes declararon pertenecer a la clase media, pasando de 36% la semana del 6 a 51% la semana del 13. En orden, le siguieron quienes declararon pertenecer a la clase baja, pasando de un 26% a un 35%; y por último la clase alta, que aumentó 3 puntos porcentuales respecto a la semana previa, hasta alcanzar el 68%.
Algo similar a la clase media sucedió con quienes declararon estar cesantes. En este segmento las perspectivas mejoraron desde un 11% hasta un 26%. En menor medida le siguieron quienes dijeron estar trabajando, con un aumento de 12 pp entre una semana y la otra (63%), y luego quienes declararon ser dueños de casa y estudiantes, los que aumentaron 9 pp cada uno ( hasta 48% y 64% respectivamente).
Respiro al consumo
Como consecuencia de esta mejor percepción económica, que coincide con el levantamiento de las medidas de restricción en varias comunas de la Región Metropolitana y la consiguiente apertura gradual del comercio, las perspectivas de consumo también mejoraron, al producirse un salto de 4 puntos porcentuales en el sondeo Cadem, hasta el 34% entre.
Esta situación ya empieza a reflejarse en otros indicadores. La semana pasada, en medio del boom por el pago y los depósitos de las AFP a los afiliados, la ventas en el comercio online en MercadoLibre, por ejemplo, aumentaron 25% respecto a la semana anterior, mientras que en la plataforma Yapo la demanda de inmuebles y automóviles se disparó a niveles que incluso superan lo anotado en 2019.
Algo parecido sucedió con la venta de vehículos nuevos en las dos últimas semanas de julio, las que tras el inicio del desconfinamiento aumentaron a cifras que no se veían desde marzo pasado justo cuando inició la crisis.
En tal contexto hay que señalar que las gestoras ya han depositado más de US$ 8.000 millones a los afiliados.
Desde la Cámara Nacional de Comercio (CNC), la gerenta de estudio, Bernardita Silva, dijo a Pulso que esta mejoría en la percepción de la economía y el consumo debe mirarse con cautela.
Ello porque se enmarca un contexto de shock transitorio que pone en segundo plano el grave contexto económico que atraviesa el país, marcado por caídas históricas de la actividad y un desempleo que afecta a unas 2,7 millones de personas.
Esta situación, dijo Silva, se refleja en la misma encuesta Cadem con la consulta ¿Cómo calificaría usted la situación actual del empleo en el país?, en la que el 90% la califica de mala o muy mala.
Por eso, y en línea con lo que ya anticipaban otros economistas, Silva estima que esta euforia durará el tiempo que los recursos provenientes del 10% o de los bonos que ha entregado el Estado estén en el bolsillo de los beneficiarios
Respecto a cuánto duraría este cambio de percepción, George Lever, gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) sostuvo que al ser una inyección de liquidez “considerable” cuyo impacto en el consumo ya se ha podido apreciar en las últimas 2 semanas, “el mayor efecto debería extenderse al menos 3 o 4 meses, hasta que gran parte de estos recursos se extingan”.
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