Manuel Marfán cuenta que con el nombramiento de Mario Marcel en Hacienda, es el quinto ministro que proviene de Cieplan.
“Antes estuvieron Alejandro Foxley, Eduardo Aninat, Rodrigo Valdés y yo. Todos nos iniciamos profesionalmente en Cieplan, que es una escuela que marca mucho”, señala al comenzar su análisis sobre la designación del hasta ahora presidente del Banco Central. “Tengo una tremenda confianza de que se respetarán los equilibrios fiscales. Con Mario Marcel a cargo de las finanzas públicas, ese es un compromiso muy creíble”, asegura el también exvicepresidente del instituto emisor y actual director del programa Cieplan-UTalca.
¿Qué le pareció la nominación del gabinete y, en particular, de Mario Marcel como ministro de Hacienda?
-El jueves corrió muy fuerte el rumor de que Mario Marcel sería quien iba a tomar el cargo de ministro de Hacienda. Me gustaba la idea, pero lo veía complejo. Mario, que es muy ducho en todos estos temas, tiene que haber tenido varias conversaciones previas para asegurar que hubiera algún tipo de protección política y no quedar aislado dentro del gobierno.
¿Por qué veía que era difícil que se concretara su llegada a Hacienda? ¿Por dejar el Banco Central?
-No, no era eso. Había personas que decían que era desvestir un santo para vestir otro, pero la verdad es que es más fácil vestir al Banco Central que al Ministerio de Hacienda, entonces me parecía un gran nombre. Me imagino que hubo mucha conversación entre Mario Marcel, Boric y su equipo más cercano. Esto requiere una construcción de cómo va a operar el gobierno en la relación entre lo económico y lo político.
¿Cómo ve a Marcel en el equipo político? ¿Con quién lo ve haciendo dupla?
-Los ministros de Hacienda tienen que tener un juego político dentro del gobierno. En este caso, el comité político está integrado por el círculo de hierro de Gabriel Boric y, por lo tanto, tiene que haber un compromiso de ese círculo, y no sólo del presidente. La lógica política no le debe pasar la aplanadora a la lógica económica. Y viceversa también: la lógica económica no puede sobrepasar a lo político. Este gobierno debería moverse en la intersección de esas dos lógicas, que es lo que hacen los gobiernos que funcionan bien. Por eso, entrega tranquilidad que esté Mario en Hacienda.
¿Y ve que Marcel tiene las dos cualidades, de moverse bien en las áreas política y económica?
-Sí, es una persona que tiene mucha experiencia. Fue primero asesor en Hacienda cuando Alejandro Foxley era ministro, después fue director de Presupuestos con Ricardo Lagos. Es una persona que está acostumbrada a dialogar con el mundo político. No tengo ninguna duda de esas capacidades.
La agenda del gobierno entrante es ambiciosa y tiene varias reformas dentro del programa, a ello se suma el complejo escenario económico que se avecina. ¿En qué debería concentrarse el ministro de Hacienda?
-La prioridad principal para Mario Marcel es que no se le arranquen las cifras fiscales. Hay una proyección que hizo la actual Dirección de Presupuestos cuando se presentó el proyecto de ley de presupuestos 2022, en la cual muestra que el espacio para el crecimiento del gasto fiscal para 2022 es cero. Debido a que hay expectativas de que se vaya concretando el programa, es importante conciliar un aumento de ingresos que probablemente y necesariamente vendrá de una reforma tributaria, y por otro lado, una priorización de cuáles son los programas que se pueden implementar.
¿Cuáles debería priorizar?
-La priorización de lo que se debe hacer es una decisión política, pero no se puede hacer más allá de lo que permiten los recursos fiscales con los que se cuenta.
La segunda prioridad es que la economía chilena tiene un sobrecalentamiento severo, y eso significa que hay un exceso de gasto en 2021, lo que ha provocado presiones inflacionarias fuertes, pero también ha habido un deterioro estructural muy fuerte en las cuentas externas, que es otra manifestación de sobrecalentamiento. No obstante, hay un espejismo que lo tiende a ocultar, porque el precio del cobre ha sido extraordinario, pero la política fiscal en Chile se calcula sobre la base del precio de largo plazo del cobre, y eso muestra que el deterioro de la balanza comercial y de la cuenta corriente ha sido gigantesco.
¿Qué debería hacer Hacienda en este caso?
-Ante un sobrecalentamiento de esta magnitud se debe tratar de reducir el gasto agregado del país y eso significará probablemente un comienzo más lento de la economía. Tiene que ser un juego que combina una política fiscal muy austera y una política monetaria más activa para que el corto plazo no se arranque de las manos. No se puede construir futuro cuando el corto plazo está desordenado. Este gobierno irá de menos a más. Los gobiernos pasan a la historia por cómo terminan, más que por cómo comienzan.