La discusión tributaria sigue marcando la agenda a medida que se acercan los plazos para presentar la propuesta de gobierno.

El fin de semana fue el turno de los empresarios. En particular, el líder de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, avanzó en una propuesta para poder recortar la tasa de impuestos corporativa y así revertir en un plazo determinado la decisión del gobierno de mantener este tributo en 27%.

El empresario explicó que si la razón por la que no se disminuye la tasa de impuesto corporativo es porque la situación fiscal que se encontraron al asumir en La Moneda era peor a la prevista, entonces la solución sería anclar la eventual reducción de impuestos a una mejora en el escenario fiscal. "Si esa es la razón de por qué no reducen la tasa del impuesto, seamos congruentes. Cuando el déficit fiscal baje de 2,1% a 1,9%, que bajen la tasa del 27% al 26%. Y si después baja al 1,7%, que la tasa del impuesto se reduzca al 25%, que es lo que está en el programa", dijo Swett en entrevista con PULSO.

La fórmula recibió el apoyo de algunos de sus pares, entre ellos el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, y el gobierno, según dijo Swett en la misma entrevista, estaría estudiando la alternativa. El mismo ministro de Hacienda, Felipe Laraín, dijo ayer que la decisión de no incorporar la reducción del impuesto corporativo en la reforma que presentarán en los próximos meses, "no significa que sea un tema que esté cerrado para siempre. Si las condiciones cambian y si se generan los espacios fiscales para esto, por supuesto que uno puede abordarlo. Pero no ahora", subrayó.

Es necesario que Chile vuelva a tener una tasa de impuesto corporativo competitiva con el resto del mundo. Incluso el ex ministro de Hacienda durante la administración Bachelet, Rodrigo Valdés, dijo ayer en radio Duna que "la discusión del tema impuesto a las empresas era muy meritoria, el 27% es relativamente alto en comparación internacional".

Sin embargo, hay que tener el debido cuidado de no amarrar de manera permanente la política tributaria a la situación fiscal. Podría ser un arma de doble filo. No se debe perder de vista que en materia fiscal la verdadera medicina es el control y la eficiencia en el uso del gasto público.