La recta final de Marcel
Los coletazos y la incertidumbre generada por la guerra arancelaria en el mundo puso un nuevo reto al ministro de Hacienda en sus últimos 10 meses de gestión, dominada hasta hoy por la implementación de la reforma de pensiones, las metas fiscales y el debate tributario. Para algunos, Marcel también tiene que confirmar este año su prestigio ganado en materia de manejo económico, especialmente si su futuro laboral está ligado a algún cargo en un organismo internacional a partir de marzo de 2026.
La recta final de muchos gobiernos en los últimos 30 años ha estado marcada por su manejo económico frente a las turbulencias externas. La crisis asiática que azotó con fuerza a Chile en 1999 durante el último año del gobierno de Eduardo Frei y la crisis subprime que golpeó una década después la etapa final de la primera administración de Michelle Bachelet, se tomaron la agenda política y económica de entonces. Esta vez, en el último año de Gabriel Boric en el poder, la denominada “guerra arancelaria” mundial, que hasta ahora está lejos del efecto nocivo de los eventos vividos en décadas anteriores, también promete marcar el último tramo de la gestión económica de un gobierno que transita lentamente a vivir el síndrome del “pato cojo” o de pérdida de influencia, de la mano del inicio de la carrera presidencial.
Luego de la aprobación de la reforma previsional en enero pasado, una de las grandes herencias de este gobierno, y la imposibilidad de avanzar en un proyecto de reforma tributaria, el gobierno y el ministro de Hacienda, Mario Marcel, han reiterado la prioridad que significa afrontar las consecuencias del alza de aranceles decretada por Donald Trump.
“Vamos a hacer una evaluación con el Presidente Boric sobre si vale la pena hacer de todas maneras ese esfuerzo (de avanzar con el proyecto de reforma tributaria) dado que nos queda poco tiempo legislativo y que, al mismo tiempo, tenemos otras urgencias en lo inmediato que tienen que ver con la situación internacional”, dijo a Duna el jefe del equipo económico esta semana.
La señal de Marcel sobre los riesgos del ácido contexto internacional que amenaza a Chile y la economía mundial también busca ordenar las prioridades de la última milla del gobierno en materia económica. En el oficialismo saben que la agenda legislativa en lo que resta de gobierno debe ser acotada, realista y también debe evitar desgastes innecesarios como es el trámite del proyecto tributario, el que tiene un fuerte rechazo en toda la oposición. Si bien Chile Vamos se abre a una rebaja del impuesto a las empresas que incluye el proyecto, rechaza la propuesta de gobierno de compensar fiscalmente el ajuste tributario.
“La agenda legislativa de este último año debe ser muy específica y acotada. Mientras más restringida sea, más posibilidad de avanzar en el área económica”, afirmó a Pulso hace algunas semanas el diputado oficialista Jaime Naranjo.
El analista de la Universidad Central, Marco Moreno, cree que la misión de Marcel en la última milla será cerrar los temas pendientes y enfrentar la “guerra arancelaria”, en momentos en que el gobierno y sus ministros seguirán progresivamente perdiendo poder y desplazando esa energía a quienes tienen las posibilidades de ocupar La Moneda a partir de marzo de 2026.
“A Mario Marcel le queda espacio más bien para cerrar temas, dejar las cuentas fiscales ordenadas y exhibir los logros del gobierno en materia económica y financiera. También debe mostrar que el país no se va a ver tan afectado con la guerra comercial y enfrentar las voces críticas. Su agenda es de administración de lo que hay, implementar cosas que aún están en marcha y de cierre”, afirma Moreno.
Pero el cientista político va más allá y cree que el jefe económico también debe preparar su retirada del gobierno en marzo del próximo año y no descarta que pueda recalar en un alto cargo en algún organismo internacional, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), al igual como ha ocurrido con otros ministros de Hacienda de antaño. Actualmente, el exministro de Hacienda de Michelle Bachelet, Rodrigo Valdés, es el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI desde mayo de 2023.
“El cierre para él significa también resguardar su propio prestigio. Él tiene que insertarse en el mundo laboral a partir del 11 de marzo del próximo año y su apuesta podría ser llegar a algún organismo internacional (como el FMI). Este año tiene que confirmar sus credenciales de alguien responsable, serio, y con adecuado manejo de las arcas fiscales en un momento muy complejo y muy volátil internacionalmente producto de la guerra arancelaria”, concluye Marco Moreno.
El desafío de Marcel es también apuntalar el crecimiento de la economía y evitar que los efectos de la “guerra arancelaria” deterioren la proyección de crecimiento para este año de 2,5%. Durante los tres primeros años del gobierno de Gabriel Boric la economía promedia un crecimiento del 1,8%, la misma tasa de expansión que registró la última administración de Michelle Bachelet, el peor promedio de crecimiento de la actividad desde 1990.
La ruta de los 10 meses
Pero además de manejar la economía en medio de las turbulencias internacionales, la lista de “pendientes” de Marcel está liderada fundamentalmente por cerrar la implementación de la reforma previsional en los próximos meses, contener las presiones en la negociación por el salario mínimo y avanzar en la eliminación de trabas a la inversión, con proyectos como el de “permisología”, que lidera Nicolás Grau, y la reforma al sistema de Evaluación Ambiental, de Maisa Rojas.
La diputada del Frente Amplio e integrante de la Comisión de Hacienda, Gael Yeomans, desestima que la recta final de Marcel sea de mera administración y afirma que existen una serie de proyectos clave que aprobar.
“Este año sí quedan reformas importantes que tocan temas esenciales para la ciudadanía, como la seguridad y la economía. Está pendiente la ley que crea la Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo, la Ley de Permisos Sectoriales y la Ley que crea el Subsistema de Inteligencia Financiero, clave para el combate al narcotráfico. Por lo demás, considerando la locura económica neoconservadora de Trump, Milei o los hermanos Kaiser, por cierto que al ministro Marcel, junto a los ministros (Nicolás) Grau y (Diego) Pardow les va a tocar una importante labor de resguardo de la economía nacional frente a la incertidumbre internacional”, sostiene la diputada.
Yeomans cree que será prioridad en estos 10 meses de gestión económica la coordinación con los otros ministerios, la institucionalidad y el mundo privado para evitar que la guerra arancelaria perjudique a los hogares y empresas chilenas. También cree clave abrir “nuevas líneas de financiamiento en base al crecimiento”, con créditos tributarios a empresas que generan bienes con valor agregado, además de monitorear el nuevo plan de fiscalización del Servicio de Impuestos Internos (SII), entre otros.
El investigador y coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Sebastián Izquierdo, matiza y dice que en un contexto de tiempo acotado y escaso espacio político para nuevas reformas estructurales, el foco de la autoridad económica debe desplazarse hacia la estabilidad macroeconómica dados los efectos de la “guerra arancelaria” y la implementación de lo ya aprobado.
“Esto incluye medidas como la Ley de Cumplimiento Tributario y la reforma de pensiones, que además tienen efectos cruzados entre sí, junto con los esfuerzos fiscales comprometidos para alcanzar la meta de 2025. La gestión responsable de las cuentas fiscales -particularmente hacia el final de un mandato- no es un rol menor, sino una señal de compromiso con la institucionalidad. En ese sentido, el liderazgo técnico del ministro Marcel puede seguir siendo relevante”, concluye Izquierdo, quien cree que alcanzar el objetivo fiscal de este año será importante para el ministro, así como reimpulsar el crecimiento y destrabar proyectos de inversión a través de mejoras regulatorias.
“Cumplir las metas fiscales será clave para el legado del ministro Marcel, en un contexto de bajo crecimiento, restricciones externas y escaso margen fiscal. Su prestigio se ha construido sobre la consistencia y responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas, y sostener ese compromiso confirmaría esa imagen”, insiste el economista del CEP.
En el mundo político de la oposición, la recta final de Marcel también se ve como clave teniendo en cuenta la crisis arancelaria mundial y los compromisos fiscales de este año.
El senador de Renovación Nacional José García Ruminot descarta un rol de mero “administrador” de Mario Marcel en sus últimos 10 meses, y destaca algunas metas que deberá cumplir.
“Es urgente que Marcel defina la disminución de gasto del Presupuesto 2025 y dar cumplimiento a las metas fiscales, preparar al país para hacer frente a las turbulencias económicas internacionales aprovechando las oportunidades y alejando las incertidumbres, y preparar el proyecto de Presupuestos para el año 2026”, enumera el legislador.
En la misma línea, el diputado del mismo partido y miembro de la comisión de Hacienda, Frak Sauerbaum, cree que la milla final del ministro de Hacienda debe centrarse en mejorar los niveles de certeza a los agentes económicos, de manera de afianzar los niveles de inversión, empleo y crecimiento, además de implementar la reforma de pensiones.
“Hay que terminar de hablar de reformas tributarias que generan sólo incerteza y ponerle urgencia al proyecto de ‘permisología’ que el gobierno anuncia en reiteradas ocasiones, pero que en el plano legislativo no avanza”, concluye el diputado Sauerbaum, quien también cree que Marcel debe cumplir con el recorte de gasto público propuesto por el Consejo Fiscal Autónomo (CFA).
El CFA ha solicitado al gobierno un recorte del gasto público adicional de US$ 1.500 millones para este año de manera de alcanzar el objetivo de déficit estructural del 1,1% del PIB autoimpuesto por Hacienda.
La entidad ya había cuestionado el déficit del 3,2% del PIB al que llegaron las cuentas fiscales del año pasado, ya que implicaron un desvío de 1,3 puntos respecto de la meta original.
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