Mientras que en 1990 el 9% de la población chilena tenía más de 60 años, actualmente este grupo etario representa el 16% de la población total, y se espera que alcance el 25% en 2035. Esto trae diferentes desafíos en la sociedad, como quizá el más evidente: la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones.
El gobierno ha estado desarrollando varias iniciativas para enfrentar este envejecimiento en la fuerza laboral, como el anuncio de un proyecto de ley que espera mejorar el bienestar financiero de futuros pensionados o, -el más reciente- el proyecto de reforma laboral que busca, entre otras cosas, incrementar la empleabilidad en edades tardías. Pero mientras tanto, ¿cómo se deberían comenzar a adaptar las empresas a esta nueva realidad?
Según cifras de la OCDE, la edad efectiva de jubilación de las mujeres en nuestro país es en promedio 67,2 años y 71 años para los hombres. Considerando que la expectativa de vida en Chile actualmente es en promedio 86,6 años para las mujeres y 84,6 años para los hombres, la duración promedio de la jubilación en mujeres es de 19,4 años, y en hombres 13,6 años.
No al "viejismo"
Según Ignacio Madero-Cabib, académico UC, Núcleo MLIV, Centro COES, a pesar de que en Chile el empleo independiente por cuenta propia es bastante prevalente entre las personas mayores, "las empresas juegan un rol clave en la integración y permanencia de este segmento de la población en el mercado laboral", dice el académico.
Para Madero-Cabib, una de las responsabilidades del sector privado, considerando la emergencia y el pronto auge de la sobre-tecnologización y la robotización del trabajo, "urge que las empresas reflexionen acerca de procedimientos de capacitación constante en el uso de nuevas tecnologías, así como sobre metodologías de trabajo que permitan que las personas mayores permanezcan activas en áreas en las que la robotización aún no se introduce", indica. Por otro lado, las empresas deben considerar la integración de políticas rígidas anti- discriminación hacia las personas mayores "o en otros términos, prohibir explícitamente la discriminación 'viejista´ ", dice el especialista.
Flexibilización
Es importante aclarar que el sistema jurídico laboral permite que las personas en edad de retiro (60 años en las mujeres y 65 años en los hombres) continúen trabajando, puesto que la jubilación no es una causa para terminar el contrato. Algunos senadores han propuesto una nueva regulación para trabajadores adultos mayores (60 o más años) que incentiva su contratación por la vía de hacer más flexible la jornada laboral y hacer compatible estos ingresos con pensiones solidarias.
A juicio de Luis Lizama Portal, académico del Magíster en Dirección de Personas y Organizaciones de la Escuela de Negocios UAI, esto "es una buena idea que permitiría a los jubilados continuar trabajando".
Lizama estima que uno de los grandes desafíos de las empresas respecto a los trabajadores mayores es otorgar oportunidades de retiro a los trabajadores más antiguos. "En este caso, el pacto de ahorro voluntario para aumentar y mejorar sus pensiones de vejez puede también ser una buena idea", indica el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Incluso Luis Lizama opina que uno de los grandes retos de la legislación laboral chilena es flexibilizar sus reglas sobre distribución de la jornada laboral. "Por lo mismo, el proyecto de ley que el Gobierno ha propuesto en esta materia y que permite distribuir la jornada laboral en el mes, o bien, que hace posible distribuir la jornada laboral en 4 y no en 5 o 6 días, va por el camino correcto", señala.
Vitalidad
Desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social estiman que la tarea de las empresas con respecto a una fuerza laboral que seguirá envejeciendo es adaptarse. "Así, podrán aprovechar el conocimiento de este nuevo grupo de trabajadores mayores que crece en importancia cada día. Para ello deben flexibilizar los puestos de trabajo orientados a este grupo de manera que puedan compatibilizar con sus necesidades específicas", dicen desde esta cartera.
Incluso, con respecto a la alta tasa de participación laboral que existe en Chile en el rango de 60 a 75 años, desde esta entidad concluyen: "En gran parte esto se debe a lo que señalan en las encuestas: buscan trabajos con horarios más cortos y cercanos a sus casas, lo que no siempre encuentran en las empresas", indican desde el Ministerio del Trabajo, y agregan: "La mayor sobrevida de las personas, obliga a extender la vida laboral si se quiere mejorar las pensiones, ya que de otro modo se extiende demasiado el periodo a financiar en la vejez. Hoy, además, por las mejoras de salud, las personas a las edades legales de pensión se encuentran muy vitales y capaces de aportar experiencia valiosa a las empresas".