La tensión con sus acreedores extranjeros vuelve a posarse sobre la termoeléctrica Guacolda
Compañía colocó en 2015 bonos por US$500 millones, con un vencimiento en 2025. Esos bonos se transan hoy a una fracción de su valor y se estima que Guacolda no podrá pagar ese monto y deberá declararse en cesación de pagos o renegociar, con una pérdida importante para los inversionistas.
El complejo termoeléctrico Guacolda cambió de propiedad hace un año: AES vendió su 50% en tan solo US$ 34 millones a Capital Advisors, la que así se hizo del 100% de la propiedad. Capital Advisors es la gestora dueña de Guacolda, pero en este negocio actúa respaldada por los acreedores chilenos, compañías de seguro que eran los prestamistas del antiguo dueño del otro 50% de Guacolda, el fondo Global Infraestructure Partners (GIC), que cedió su participación cansada de una empresa que no retornaba lo suficiente para pagar sus deudas.
Pero en la ecuación había otros actores: inversionistas internacionales, dueños de bonos por US$ 500 millones que Guacolda colocó en 2015, con un vencimiento en 2025. Esos bonos se transan hoy a una fracción de su valor y resienten algo que resulta obvio: Guacolda no podrá pagar ese monto y deberá declararse en cesación de pagos o renegociar, con una pérdida importante para los inversionistas.
Guacolda en manos de Capital Advisors cambió su gobierno corporativo y hace un año llegaron nuevos directores y gerentes. En la gerencia general puso a un ex Gener, Marcos Arróspide. Y en la presidencia a otro ex Gener, el exministro de Energía y Economía Jorge Rodríguez Grossi. Para Rodríguez, esta es su tercera vez en Guacolda, un complejo de 764 MW, compuesto por cinco unidades generadoras marca Mitsubishi. A la mesa llegaron también otro exministro, Alejandro Ferreiro; el presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, la directora de empresas Katia Trusich, y otro ex Gener, Juan Alberto Fernández. Por Capital Advisors está Fernán Gazmuri.
La situación de Guacolda sigue en la mira de los bonistas, básicamente por dos hechos. El primero es por dos disminuciones de capital realizadas en 2021 y en junio de 2022, por un total de US$ 19 millones. Es que, aunque sea legal, a los acreedores les molesta que una firma con pérdidas tributarias remunere a sus accionistas por esa vía. “Es una manera de pagar dividendos”, dice un especialista en la materia. En respuesta, un cercano a Guacolda dice que ello tiene una explicación: Capital Advisors fue financiada por los acreedores -entre ellos, Bice Vida, Vida Security y Consorcio Seguros- para comprar a AES y debe servir esa deuda. Es decir, no se están llevando el dinero como retorno. Sobre esto, algunos bonistas globales -como las gestoras Ashmore y Double Line- han hecho consultas en el mercado.
El segundo reproche se relaciona con la caja de Guacolda. Hace un año tenía efectivo por US$ 136 millones. A junio tenía US$ 100 millones menos. La firma ha explicado que la caja ha bajado por el alza abrupta en el precio del carbón, su principal insumo.
Consultados por Pulso, desde Capital Advisors, que declaran intenciones de largo plazo por “un activo energético valioso”, respondieron: “Actualmente, Capital Advisors se encuentra desarrollando un plan estratégico para Guacolda, de mediano y largo plazo; empresa que ha cumplido con todas sus obligaciones financieras”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.