Cuando la vacuna contra el covid-19 de Pfizer Inc. y BioNTech SE salga de las líneas de producción, Shanghai Fosun Pharmaceutical Group Co. estará esperando para distribuirla a través de un complejo y costoso sistema de depósitos de congelación en aeropuertos, vehículos refrigerados y puntos de inoculación en todo China.
Una vez que lleguen a los centros de vacunación, las inyecciones deben descongelarse desde -70 grados centígrados e inyectarse dentro de los cinco días siguientes, o de lo contario se estropean.
Luego, el hercúleo viaje desde el congelador del almacén hasta la manga enrollada debe emprenderse de nuevo, para administrar la segunda inyección de refuerzo un mes después.
El mapa esbozado por la empresa, que ha obtenido la licencia de la vacuna para la Gran China, ofrece un vistazo a los enormes y abrumadores desafíos logísticos que enfrentan quienes buscan entregar la vacuna experimental de Pfizer después de los “extraordinarios” primeros resultados que mostró en las pruebas de la etapa final, lo que genera esperanzas de un posible fin a la pandemia que ya lleva casi un año.
Esa euforia ahora se está diluyendo ante el hecho de que nunca se ha fabricado ninguna vacuna utilizada actualmente a partir de la tecnología de ARN mensajero desplegada en la inyección de Pfizer, que instruye al cuerpo humano a producir proteínas que luego desarrollan anticuerpos protectores.
Eso significa que los países deberán construir desde cero las redes de producción, almacenamiento y transporte de ultracongelación necesarias para que la vacuna sobreviva. La inversión masiva y la coordinación necesarias garantizan que solo las naciones ricas tendrán acceso, e incluso entonces quizás solo sus poblaciones urbanas.
“Su producción es costosa, su componente es inestable, también requiere transporte en cadena de frío y tiene una vida útil corta”, asegura Ding Sheng, director de Global Health Drug Discovery Institute con sede en Pekín, que ha recibido financiación de la Fundación Bill & Melinda Gates.
Quién ha asegurado vacunas
El gasto de implementar la inyección de Pfizer probablemente aumentará los temores existentes de que las naciones más ricas obtengan las mejores vacunas primero, a pesar de un esfuerzo respaldado por la Organización Mundial de la Salud llamado Covax que apunta a recaudar US$18.000 millones para comprar vacunas para los países más pobres.
También presenta una opción que ahora se enfrenta en todo el mundo en desarrollo: pagar la costosa construcción de la infraestructura de la cadena de frío bajo cero para lo que parece una apuesta segura, o esperar una vacuna más lenta y convencional que produzca lotes de proteínas o partículas virales inactivadas en células vivas y se pueda administrar a través de las redes de atención médica existentes.
“Si hay una vacuna a base de proteínas que podría lograr el mismo efecto que una vacuna de ARNm y existe la necesidad de vacunar a miles de millones de personas cada año, optaría por las inyecciones de proteínas a largo plazo”, dice Ding.
Incluso para los países ricos que han reservado dosis, incluidos Japón, EE.UU. y el Reino Unido, la entrega de la vacuna de Pfizer implicará obstáculos considerables siempre que los camiones se averíen, se corte la electricidad, los trabajadores esenciales se enfermen y el hielo se derrita.
Entrega segura
Para vacunar de forma segura en China continental y Hong Kong, Fosun se asociará con la estatal Sinopharm Group Co., un distribuidor farmacéutico con redes bien establecidas en todo el país. Una de las subsidiarias de Sinopharm también ha estado desarrollando vacunas contra el covid-19.
Empacados en camiones de almacenamiento en frío, esos viales llegarán a los sitios de inoculación donde se pueden descongelar y apilar en refrigeradores a una temperatura de 2 a 8 grados centígrados durante un máximo de cinco días antes de estropearse.
“Es probable que el requisito de temperaturas extremadamente frías provoque el deterioro de muchas vacunas”, afirma Michael Kinch, especialista en vacunas de la Universidad de Washington en St. Louis.
También es probable que le cueste a Fosun decenas de millones de yuanes, según el presidente de la compañía, Wu Yifang. Fosun está considerando importar la vacuna a granel y llenar los viales en una planta local. Eso también requerirá una mayor inversión en producción y almacenamiento.
El precio resultante puede ser demasiado elevado para muchos países en desarrollo, incluido India, que ha tenido dificultades para contener el segundo brote de coronavirus más grande del mundo y actualmente no tiene ningún acuerdo para comprar la vacuna Pfizer.
‘Olvídelo’
Muchos de los trabajadores en la salud pública del país y la industria farmacéutica ya han expresado preocupación de que India carece de la capacidad necesaria para administrar una vacuna en su vasto interior rural y a una población de más de 1.300 millones de personas a la velocidad vertiginosa que ahora se espera.
“La mayoría de estas vacunas necesitan menos 70 grados, lo que simplemente no podemos hacer en India, simplemente olvídelo”, afirma T. Sundararaman, coordinador global del People’s Health Movement, con sede en Nueva Delhi, una organización que reúne a activistas locales, académicos y grupos de la sociedad civil que trabajan en salud pública.
“Nuestras cadenas de frío actuales no pueden hacer frente a la necesidad de vacunas contra el sarampión en algunos distritos, y eso es solo para los niños menores de 3 años”, señala. “Es una cantidad realmente trivial de personas en comparación con la cantidad que necesitará una vacuna contra el covid-19”.
Cuando se le preguntó en una sesión informativa el martes si el gobierno de India buscaría comprar la vacuna de Pfizer, Rajesh Bhushan, secretario del Ministerio de Salud, dijo que Nueva Delhi está en conversaciones con todos los fabricantes de vacunas. Añadió que India estaba en condiciones de “aumentar y fortalecer” su capacidad de cadena de frío existente, pero declinó dar a conocer los detalles de la compra de inmediato.
Pfizer ya tiene pedidos de algunos países en desarrollo como Perú, Ecuador y Costa Rica. No está claro cuán ampliamente planean esos países distribuir las inyecciones, pero sus pequeños pedidos de menos de diez millones de dosis sugieren un despliegue limitado.
‘Última milla’
Incluso sin el problema de las temperaturas bajo cero, la implementación de una vacuna en un corto espacio de tiempo será un “gran desafío” que requerirá capacitación masiva de paramédicos para administrar dosis de dos inyecciones, afirma Pankaj Patel, presidente de la farmacéutica india Cadila Healthcare Ltd., que está desarrollando su propia inyección de ADN plasmídico experimental contra el covid-19.
Esto es especialmente cierto en áreas donde las personas no son fáciles de contactar o tienen que viajar largas distancias para llegar a los centros de vacunación. Campañas de vacunación anteriores muestran que muchos simplemente nunca se presentan para la segunda inyección, según expertos en salud pública.
Los crecientes obstáculos significan que algunos países en desarrollo pueden pasar de la vacuna de Pfizer, a pesar de los primeros signos de su eficacia excepcional.
“Si tuviéramos que esperar un año más y tener algo que es factible para nosotros entregar a la mayor cantidad de personas posible en este país, ¿sería una mala compensación?”, pregunta Gagandeep Kang, profesora de microbiología en el Christian Medical College de Vellore, con sede en India, y miembro del Comité Asesor Global sobre Seguridad de las Vacunas de la OMS.
“Con base en el costo de la vacuna de Pfizer, la logística de un almacenamiento ultrafrío, no creo que estemos listos y creo que esto es algo en lo que debemos sopesar los beneficios y los costos con mucho, mucho cuidado”, asegura.