Lanzan "libro blanco" sobre Economía Circular en las ciudades
El documento, desarrollado en conjunto entre el Foro Económico Mundial y PwC, es una guía con desafíos y ejemplos de cómo generar prácticas más sustentables en cualquier urbe del mundo, tomando en cuenta su importancia dentro del cambio cultural.
"Las ciudades pueden jugar un rol clave en la creación de un entorno propicio a través de regulaciones e incentivos". Esa es una de las conclusiones del "libro blanco" sobre Economía Circular en las ciudades, publicado recientemente por el Foro Económico Mundial y PwC.
El texto, titulado "Circular Economy in Cities: Evolving the model for a sustainable urban future", es una verdadera guía acerca de los desafíos y oportunidades de las urbes en este aspecto, consideradas como una de las piezas fundamentales para un cambio cultural. Algo, que claramente comenzaremos a ver por ejemplo en Chile, con la nueva Ley de Fomento al reciclaje (Ley REP).
Si bien hoy la mitad de la población mundial vive en ciudades, se prevé que para el 2050 esta cifra llegue al 70%. "El flujo de materiales de construcción, agua, electrónica, los desechos, e incluso los alimentos, se pueden reconfigurar para evitar el desperdicio de recursos, y las áreas urbanas ofrecen el ambiente ideal para estos desafíos", comenta Cheryl Martin, gerente de Industrias del Foro Económico Mundial.
Para hacerse una idea, según este informe, el consumo de material de construcción por las ciudades del mundo crecerá desde 40.000 millones de toneladas en 2010 a cerca de 90.000 millones al 2050. En esta línea, el documento destaca soluciones que están ayudando a las ciudades a progresar en esta transición, estableciendo una serie de "drivers" que están sirviendo como aliciente para generar un cambio cultural.
Además, el Libro Blanco dedica gran parte a mostrar casos de éxito, como el proyecto chino de "ciudad esponjosa", desarrollado entre los ministerios de Vivienda, Desarrollo Rural-Urbano, Hacienda y Recursos Hídricos, para hacer frente a las inundaciones de agua lluvia, que contempla un presupuesto de US$12.000, donde un 20% lo cubre el Estado. La iniciativa pretende reutilizar al menos el 70% del agua lluvia y residual al 2020.
Otro caso, es el de Copenhague, Dinamarca, donde se están usando materiales reciclados para nuevos edificios, con una reducción de la huella de CO2 de hasta 70% en comparación con los tradicionales métodos de construcción.
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