Las acciones del gigante inmobiliario chino Evergrande cayeron fuertemente al regresar el jueves a la Bolsa de Hong Kong tras una suspensión de casi tres semanas, ante informaciones del fracaso de la venta de su unidad de servicios de propiedades.
Evergrande suspendió sus operaciones de bolsa el 4 de octubre en momentos en que enfrentaba una deuda de US$ 300.000 millones, entre temores de los inversionistas por el impacto que una potencial quiebra sobre la economía china.
En su retorno, los títulos perdían más del 10% en Hong Kong.
Juntamente con la reanudación de sus operaciones bursátiles, el conglomerado había anunciado el miércoles el colapso del acuerdo para vender 50,1% de su unidad Evergrande Property Services Group, por un valor de US$ 2.580 millones.
El posible comprador era una unidad de la firma inmobiliaria hongkonesa Hopson Development Holdings que, en una comunicación bursátil, “lamentó anunciar que el vendedor no consiguió completar la venta”.
A diferencia de los activos de Evergrande, las acciones de Hopson crecían más de un 12% en la bolsa de Hong Kong.
Evergrande dijo que continuaría tomando medidas para aliviar sus problemas de liquidez, pero advirtió que “no hay garantías de que el grupo pueda cumplir sus obligaciones financieras”.
En una cruda constatación del estado actual de sus negocios, el gigante inmobiliario reconoció que ha vendido solo 405.000 metros cuadrados de propiedades entre septiembre y octubre, una temporada teóricamente de mucha actividad.
Los contratos por venta de inmuebles sumaban 3.650 millones de yuanes (unos 571 millones de dólares) contra los 142.000 millones de yuanes del mismo periodo del año anterior.
La empresa con sede en Shenzhen, sur de China, ya incumplió el pago de varios bonos en dólares, y el sábado vence el período de gracia de 30 días de un bono offshore.
“Contagio”
El grupo comenzó a cotizar en Hong Kong en 2009, al recaudar US$ 9.000 millones en su oferta pública inicial, lo que la convirtió en la principal empresa inmobiliaria privada de China y su propietario, Xu Jiayin, en el hombre más rico del país.
Xu expandió sus intereses con la compra del equipo de fútbol Guangzhou en 2010, que pasó a llamarse Guangzhou Evergrande, e invirtió grandes cantidades de dinero en jugadores y entrenadores de primera línea.
Sin embargo, el consorcio comenzó a sufrir con los controles impuestos por Pekín en agosto de 2020 sobre los desarrolladores inmobiliarias para contener su endeudamiento y se vio forzado a vender a precios fuertemente reducidos.
Existe inquietud por cómo puede repercutir el colapso de la empresa en al economía china, cuyo crecimiento se ralentizó más de lo esperado en el tercer trimestre, según datos conocidos la semana anterior.
Señal del mal momento del sector, el valor de las casas vendidas en septiembre disminuyó un 16,9 interanual en septiembre, que también registró una caída de precios de las casas nuevas en China por primera vez en seis años.
Varios rivales inmobiliarios locales incurrieron en falta de pago de sus deudas en las últimas semanas, y han tenido bajas en sus calificaciones.
“El contagio emerge en varias partes del sector de la construcción de China, desencadenado por los problemas de Evergrande y agravado por las cuestiones del crédito de otros promotores”, indicaron analistas de Fitch Ratings en un informe el jueves.
“La volatilidad del mercado ha debilitado las perspectivas de una refinanciación a corto plazo y exacerbó la presión de liquidez de los promotores con perfiles de crédito débiles”, añadió.