Es un secreto a voces que IAG será una empresa fuertemente dañada por el Covid-19. No solo por la eventual caída del consumo, sino por la primera de la crisis: la sanitaria. El Gran Confinamiento ha provocado una caída en picado de los vuelos en todos los países y esto tiene efectos sobre la capacidad de honrar las deudas de las empresas del sector. Standard & Poor's lo ha puesto negro sobre blanco y ha reducido la calificación de la empresa un escalón, a BB desde BBB-, y ha puesto su perspectiva en negativo, cuando antes estaba en vigilancia positiva.

“Creemos que el Covid-19 podría dar como resultado una caída del tráfico aéreo de pasajeros de hasta el 50% en 2020 y que la recuperación se prolongará hasta el año 2023”, comienza el informe de S&P. Esto impacta en todo el sector, no solo en la matriz de IAG y British Airways. De ahí que la agencia haya degradado también por debajo del grado de inversión a Lufthansa.

El informe señala que IAG está adoptando medidas para mitigar el fuerte deterioro del negocio, como una reducción de gastos en todas las áreas de negocio, con especial incidencia en el coste del combustible. Pero avisa de que esta contanción será insuficiente para un horizonte de fuerte caíad de los ingresos. Ni siquiera en 2021 se recuperará el volumen de 2019. Sus cálculos anticipan una reducción del 30% en el conjunto del sector.

Standard & Poor's prevé que el ebitda ajustado de IAG se sitúe en negativo este ejercicio. La compañía ya perdió 1.860 millones en el primer trimestre del año, frente al beneficio de 135 millones de igual periodo del año pasado, según los resultados que ha comunicado a la CNMV. A las pérdidas operativas, sobre todo producidas en la segunda quincena de marzo tras el confinamiento, se suma un cargo excepcional de 1.325 millones relacionado con las coberturas de combustible y tipos de cambio.

Millonarias pérdidas

Sin tener en cuenta partidas excepcionales, las pérdidas ascendieron a 535 millones de euros. Según explica en una nota Willie Walsh, consejero delegado del grupo, la mayor parte de las pérdidas del trimestre ocurrieron durante las dos últimas semanas de marzo. La capacidad operada en el trimestre disminuyó un 10,5% con respecto a 2019.

El grupo tiene pendiente la compra de Air Europa, pactada el año pasado por 1.000 millones. El presidente de Iberia, Luis Gallego, y el CEO de Globalia, Javier Hidalgo, así lo firmaron tras una negociación exprés La cantidadque suponía entonces 10 veces el ebit de Air Europa, escenario que mejoraba la posible oferta en distintos plazos con la que Air France había tanteado a Globalia. El contrato incluye una cláusula de penalización de 40 millones en caso de que Iberia se eche atrás.