Con el 2023 dando sus primeros pasos, el gobernador metropolitano, Claudio Orrego, ha sido por estas semanas protagonista, junto con autoridades de gobierno y municipales, de anuncios que esperan cambiar la cara de Santiago, como, por ejemplo, la transformación del eje Alameda-Providencia, y una importante inversión en ciclovías, dentro del contexto de “Santiago pedaleable, caminable, pero seguro”, según sus palabras. Ambas iniciativas, parte clave de lo que se denomina una “ciudad inteligente” o “smart city”, metodología que usa la tecnología para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, donde la conectividad y el tratamiento de los datos para tomar decisiones es clave.
Aunque para Orrego, los dolores de la capital de Chile tienen larga data y requieren una fuerte inversión para equiparar la cancha, las falencias son más visibles en los sectores con menos recursos, que a su vez han sido más golpeados. La autoridad apela a una “justicia territorial”, donde se iluminen calles, haya más veredas, más árboles, más información y tecnología para integrar la ciudad, para ello plantea tres grandes temáticas prioritarias: seguridad, movilidad y medioambiente. Y la incorporación de tecnología en la ciudadanía y territorio no es algo ajeno para él. Solo basta con recordar que cuando era alcalde de Peñalolén, lanzó la primera iniciativa para pagar el permiso de circulación en línea, además de implementar conectividad wifi en lugares públicos, entre otros proyectos. Y siempre, acompañado de marcas y empresas que apoyaran estas ideas.
Seguridad: sistema interconectado
El primer semestre de 2023 comenzará el primer piloto del Centro Integrado de Gestión Regional (Cegir). “Lo que pretende es integrar todos los sistemas de información, incluidos la televigilancia de la Región Metropolitana, agregando tecnología, inteligencia artificial y software de última generación para monitorear estas cámaras y de esta forma, en tiempos de emergencia, por temas de seguridad, temas de tránsito, poder ocupar esta enorme red que hoy está desconectada. Es como tener una ciudad con muchos teléfonos pero que no hablan entre sí”, explica.
Para el exalcalde no hay innovación en lo que se hará, pues ya se hace en otros lugares del mundo, pero “en lo que sí seremos innovadores es en lograr hacerlo ‘con el auto andando’. Los sistemas están funcionando, van a seguir funcionando en sus respectivas instituciones, Carabineros, Unidad Operativa de Control de Tránsito y autopistas. Las vamos a integrar, aplicar tecnología para poder gestionar de manera más inteligente la ciudad”.
Además, la AChS y la Mutual de Seguridad entregarán información sobre los lugares donde ocurren los accidentes de tránsito de los trabajadores y cruces peligrosos de la capital. Este proyecto cuenta con la colaboración de la Universidad Católica y la Universidad de Santiago. De manera multidisciplinaria, se pretende echar a andar una máquina que ya lleva tiempo recopilando datos de la ciudad, obteniendo mayor densidad de información, cuantificar y gestionar las mejoras. “El rol disuasivo de tener la televigilancia activa e interconectada ha demostrado en las ciudades que funciona, como en Buenos Aires, que ayudó a la prevención del delito”, cuenta el gobernador.
Por otra parte, el 5G es uno de los facilitadores clave de una ciudad inteligente, cuya interconexión en Chile debería ser una realidad al primer semestre del 2023. Con el programa Alianza Justicia Digital (iniciativa de la gobernación en alianza con empresas y municipios), “hemos priorizado llegar con internet a aquellas comunas que tienen dificultades, son las comunas más vulnerables donde hay mayor déficit”.
También cuenta que tener internet de manera inalámbrica ha sido una buena alternativa para los habitantes de Santiago donde el robo de cables es muy común en los sectores más vulnerables, lo que dificulta la interconectividad de las cosas (sensores) y usuarios. De esta manera las empresas que han instalado internet donde antes no llegaba ayuda a equiparar los accesos.
Movilidad: ciclovías y electromovilidad
A los anuncios sobre el mejoramiento de la principal calle de la ciudad se le suma en términos de smart city, la integración de un sistema de vigilancia e interconexión. “Estos proyectos no son ideas locas que andan dando vueltas. Ya están en proceso de ejecución”. La autoridad enfatiza que una ciudad inteligente es aquella donde se logra invertir su pirámide de movilidad, es decir, una ciudad caminable “donde no es el automóvil particular el que ocupa la cúspide, sino que el peatón”, aclara.
Orrego reflexiona sobre los US$400 millones que tiene el Plan Maestro de ciclovías. “Puede parecer mucha plata, pero es la misma cantidad que le costó al Estado chileno los cinco kilómetros de la autopista Vespucio Oriente. Sin embargo, los beneficios de interconectar la ciudad con 800 kilómetros de vías seguras, donde no se lamentarán atropellos y donde no haya miedo de subirse a la bicicleta porque se contará con cámaras de vigilancia, son invaluables. Vamos a transformar Santiago en la ciudad latinoamericana con mayor cantidad de ciclovías”.
“Una ciudad inteligente protege a sus peatones y ciclistas e impulsa la electromovilidad” afirma y agrega: “Santiago es líder mundial de electromovilidad en transporte público. Este año alcanzará mil buses eléctricos y como gobierno regional estamos trabajando con Copec en la instalación de 104 electrocargadores en 52 comunas y estamos propiciando que los nuevos vehículos que se compren en esas municipalidades sean eléctricos”.
Medioambiente: enfriar la ciudad
Para la autoridad metropolitana, los efectos del cambio climático deben ser abordados también en la ciudad, ya que al tener una concentración mayor de calor por km2, repercute de manera sectorizada, donde las comunas más pobres están más afectadas al tener más habitantes y menos áreas verdes. Los distintos sensores de la ciudad y las estaciones de la Dirección Meteorológica de Chile entregan la data donde se han basado para tomar medidas para hacer frente al calentamiento urbano.
Se implementarán techos verdes, plantación de vegetación en edificios públicos y privados, que ya comenzó con un piloto en el hospital Exequiel González. Esta acción es el resultado de un proyecto FIC financiado por el Gobierno Regional Metropolitano, para combatir las islas de calor, lugares urbanos que concentran altas temperaturas debido a la falta de vegetación y presencia excesiva de concreto. “Santiago va a duplicar las olas de calor en los próximos 10 años. Eso significa que vamos a tener temperaturas cercanas a los 40 grados. También tenemos un plan de urbanización de bosque de bolsillo para la ciudad que, con la información de un estudio realizado por la Universidad de Santiago, sabemos dónde están las olas de calor que, lamentablemente, la desigualdad también se expresa en el calor de la ciudad”.
El plan consiste en plantar 200 mil árboles en dos años, es un plan “agresivo” señala la autoridad, donde las especies “atraparán” el calor y agua, bajarán la temperatura, además de limpiar el aire.