Las causas que llevaron a Corona a pedir su reorganización y el plan de salida que propondrá
Tras un duro 2019 debido al estallido social, Corona comenzaba 2020 en mejor pie. Pero entonces vino la pandemia. Desde marzo, la mitad de las tiendas han podido abrir, el 60% de su dotación está suspendida, no hay plata para abastacerse para la temporada 2021 y la tasa de morosidad de su tarjeta se disparó. Y aunque buscaron renegociar su deuda, no tuvieron éxito.
Aunque su eslogan por décadas fue “Corona, lo soluciona”, la crisis generada, primero por el estallido social y luego por el Covid-19, fue imposible de solucionar para la histórica cadena de multitiendas.
Este lunes, la compañía ligada a los hermanos Schupper presentó un requerimiento judicial para acogerse a la ley de insolvencia, antiguamente conocida como ley de quiebras. En el documento se detallan las razones que llevaron a sus ejecutivos a pedir su reorganización, las que partieron el 18 de octubre pasado, con el estallido social. Y aunque tras contabilizar los daños y el impacto financiero que tuvo ese episodio comenzaron 2020 en mucho mejor pie, la crisis sanitaria del Covid-19 se convirtió en un verdadero golpe de gracia.
“Sin duda alguna, la actual y compleja situación económica de Corona comenzó a verse influida en forma negativa y determinante por hechos ajenos a su gestión, específicamente a partir del mes de octubre de 2019, a consecuencia del denominado ‘estallido social’”, relata el escrito judicial ingresado por la compañía ante la justicia, proceso que está a cargo de los abogados del Estudio Nelson Contador & Cia.
La empresa acusa haber sufrido durante esos días una cantidad importante de ataques, robo y vandalismo en sus tiendas, los que obligaron a cerrar preventivamente las operaciones durante varios días. A eso se sumó una baja en el consumo, lo que a la vez debilitó los ingresos de Corona. Sobre el impacto financiero de lo ocurrido a fines de 2019, la empresa lo cuantifica en $4.800 millones.
En los primeros dos meses, prosigue el escrito, la situación fue mucho mejor que lo esperado, lo que permitió operar con mucha mayor tranquilidad. Pero ahí vino la pandemia.
“Lamentablemente esta tendencia no logró consolidarse por causa de la inesperada declaración de pandemia Covid-19 durante la segunda quincena de marzo, la que obligó al cierre de la totalidad de la cadena a nivel nacional en las primeras semanas de esta emergencia, con un fuerte impacto en los resultados a nivel consolidado y en el flujo de caja de la compañía, lo que persiste hasta la fecha”, prosigue el documento judicial.
Entonces, la plana ejecutiva se desplegó en dos frentes: por una parte, buscando renegociar sus compromisos, tanto con proveedores como la deuda bancaria o arriendos. Por otro, intentar operar, aunque fuera parcialmente. Atendiendo a las retricciones sanitarias, en algunos casos solo se pudo abrir un módulo de recaudación para el pago de la tarjeta. Se estima que menos del 50% de las tiendas han podido operar.
Además, se buscó reducir costos mediante, por ejemplo, la suspensión del 60% de la dotación y reducciones salariales voluntarias.
Compromisos incumplidos
Todo ello hizo imposible, cuenta el requerimiento judicial de la compañía, cumplir en forma oportuna con sus compromisos comerciales y bancarios. Esto, porque a la baja en los ingresos producto del desplome de las ventas, se le sumó la creciente morosidad en el pago de la tarjeta por parte de los clientes, algo cuya solución no se vislumbra en el corto plazo”, se añade.
“Todo ello ha provocado un deterioro en el flujo de caja, que no ha permitido a Corona dar un adecuado y oportuno cumplimiento a sus compromisos financieros con la banca, viéndose forzada a renegociar y posponer pagos de carácter comercial con arrendadores, proveedores y prestadores de servicios, repercutiendo ello, además, en la posibilidad de la compañía para hacer frente al pago de remuneraciones de sus trabajadores”, relata la firma.
La proyección que tienen en la empresa es que el efecto en menores ingresos e impagos en su tarjeta será en torno a $50 mil millones.
En relación con las deudas, se detallan pasivos financieros por $44.938 millones; pasivos con proveedores por $16.918 millones y cuentas por pagar con entidades relacionadas por otros $8.314 millones.
Plan de salida
Pero la idea es seguir operando y, para ello, presentaron un plan de negocio que busca enfocarse en vestuario, calzado y telefonía, reconvirtiendo las tiendas que todavía ofrecen una gama mayor de productos a este formato. Además, lograr un apalancamiento para el negocio de e-commerce, alcanzar un crecimiento con rentabilidad en el negocio retail y, finalmente, realizar una transformación en el negocio financiero, considerando distintas modalidades de financiamiento.
A ver si, para Corona, esta vez la justicia lo soluciona.
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