Los mayores presiones de costos de producción y distribución resintieron los estados financieros de los primeros nueve meses del año reportados por las tres cementeras que divulgan sus cifras a la Comisión del Mercado Financiero. Esto, como consecuencia de los incrementos en los precios de los combustibles, materias primas y transporte, a los que se sumó la alta volatilidad en el tipo de cambio y el aumento de los costos financieros derivados de las alzas de tasas del Banco Central.
Además, las tres empresas cementeras locales -Bio Bio, Polpaico y Melón- fueron golpeadas por la desaceleración de las obras en el sector construcción, lo que se reflejó en caídas en los despachos de cemento y hormigón. La provisión de su producto principal, el cemento, cayó 13,5% entre las tres compañías, descendiendo de 3,7 millones a 3,2 millones de toneladas. En total, 500 mil toneladas menos.
En el caso de Polpaico, la mayor del sector, el descenso fue de 9,5%, hasta 1,5 millones de toneladas, lo que la firma atribuyó a “un menor dinamismo en el sector”. En Melon, en cambio, la baja fue de 15% y en la de Bio Bio fue más abrupto: 18,5% de menos despachos. “La baja de la actividad económica mundial sumado ello a la inestabilidad política y económica local, ha afectado negativamente en la inversión, sumado a ello las detenciones parciales de proyectos de explotación minera durante el trimestre julio-septiembre, han provocado una baja en los despachos de cemento y hormigón”, argumentó Bio Bio. “Si bien la tasa de crecimiento del PIB y del sector de la Construcción siguen siendo positivas, estas son inferiores en comparación con 2021″, resalta Melon, que describe un mercado muy desafiante por los bajos precios de importación desde Asia y una alta capacidad ociosa en la industria local.
Las variaciones modificaron las posiciones del segundo y el tercer actor del mercado. Melón vendió un poco más que Bio Bio en 2022: 855 mil toneladas de cemento versus 849 mil de la segunda.
El mayor actor
En el caso de Cemento Polpaico −controlada por el grupo Hurtado Vicuña−, al cierre del tercer trimestre los ingresos consolidados alcanzaron a $ 273.485 millones, 15,63% más que en el mismo periodo del año anterior, principalmente por un aumento en los precios de todos sus negocios. “La actualización de nuestros niveles de precio ha compensado parcialmente el importante incremento en el nivel de costos y menores volúmenes de venta, que han implicado una reducción de los márgenes operacionales”, explicó la firma.
El resultado operacional alcanzó a $ 2.581 millones, cayendo 83,3% en comparación con los $ 15.501 millones registrados en el mismo periodo de 2021. Esta disminución se explica por menores volúmenes de ventas, un aumento significativo en los costos de las principales materias primas del cemento y de su costo de transporte, alzas de combustibles, aumento de la inflación y tipo de cambio, mayores gastos de administración y ventas asociados a mayor costo de la mano de obra, seguros, servicios de informática, renovación de licencias y consultorías.
El Ebitda bajó 44,6% al alcanzar $ 16.579 millones en comparación con $ 29.960 millones del a septiembre de 2021. Producto de lo anterior la matriz y sus filiales obtuvieron una utilidad neta de $ 3.576 millones en comparación con los $ 10.472 millones registrados en el mismo periodo del año anterior. Un 65% menos.
Bio Bio
Cementos Bío Bío −cuyo principal accionista es Inversiones Cementeras, de los hermanos Hernán y Pablo Briones− reportó una utilidad de $ 4.248 millones, una disminución de 69,3% comparada con septiembre de 2021, por la menor ganancia de actividades de la operación, incremento de costos de distribución y mayores gastos financieros, partidas compensadas en parte por un aumento en otros ingresos y de un menor gasto por impuesto a las ganancias. La ganancia bruta fue de $ 70.068 millones y bajó 9,89%, por menores despachos en todas las líneas de negocios y reducción de márgenes en el negocio del cemento.
El Ebitda retrocedió 18,6% a $ 27.961 millones por los menores despachos en todos los rubros y menores márgenes en el caso del cemento, a lo que se sumó el incremento de los costos de distribución. Esto se compensó en parte por los ingresos generados en la venta de una propiedad y el recupero de seguros.
Como consecuencia del alza de la tasa base de interés de los préstamos bancarios, los intereses devengados al 30 de septiembre aumentaron 370%: ascendieron a $ 6.234 millones versus $ 1.325 millones de igual periodo del año anterior. Las tasas nominales del crédito sindicado que mantiene la empresa subieron de 2,48% a 11,99%.
El negocio del cemento pasó de una ganancia operacional de $ 5.816 millones en septiembre de 2021 una pérdida $ 4.359 millones este año, producto en su mayor parte de una disminución en sus despachos de cemento y hormigón, cuyos flujos están asociados principalmente al rubro inmobiliario, infraestructura, proyectos mineros, industriales y de energía.
La ganancia operacional del negocio de la cal aumentó 27,3% a pesar de menores despachos. Y se ha visto afectado por las mismas alzas de costos mencionados. Pero además enfrentó un mayor gasto de flete debido a que parte la demanda de la zona de Antofagasta al norte tuvo que cubrirse con despachos desde otras regiones.
Pérdidas
Cemento Melón −controlado por el grupo peruano Brescia− perdió $ 5.437 millones a septiembre, mientras que en igual lapso 2021 había ganado $10.652 millones. Los ingresos ordinarios a septiembre totalizaron $ 183 mil millones, 4% superiores al mismo período de 2021, porque pese a menores volúmenes de venta, sus precios de venta subieron.
Los costos operacionales se incrementaron 13%, impulsados por alzas de materias primas, combustibles, transporte de materias primas y productos terminados, gastos de mantenimiento, tipo de cambio e inflación.
Los gastos de administración crecieron 23% y alcanzaron a casi $ 18.016 millones, producto de indemnizaciones y finiquitos, asesorías e inflación. Los ingresos operacionales subieron 2% versus septiembre de 2021, por mayores precios de ventas parcialmente compensados por menores facturaciones de ingresos por servicios de ingeniería.
El Ebitda acumulado anotó una considerable caída de 72% y alcanzó a $8.880 millones. Las razones: incremento de costos y menor volumen de ventas, que no alcanzaron a ser compensados por el incremento de los precios.
En este escenario, Melón consigna una menor liquidez de sus clientes, especialmente de constructoras, lo que ha repercutido en una mayor provisión de incobrabilidad respecto al año anterior. Pero como la mayor parte de su cartera cuenta con seguro de crédito, parte importante de la provisión está en proceso de recupero.
“El comportamiento de nuestra cartera de clientes ha estado dentro de la normalidad de los plazos de cobro, lo que sumado a una oportuna restructuración de la deuda de largo plazo en 2021, nos han permitido mantener indicadores sanos de liquidez y endeudamiento”, afirma la empresa.