La segunda semana de abril, la CEO de Mainstream Renewable Power, Mary Anne Quaney, aterrizó en Chile. La ejecutiva, elegida como la Persona de Negocios de agosto por The Irish Times, un premio otorgado en asociación con el Banco de Irlanda, vino con la intención de visitar en terreno las actividades de la filial chilena, conocida internamente como Andes.
Había razones para estar satisfechos en lo operacional. En enero, la compañía, que actualmente desarrolla, construye y opera 10 parques eólicos y solares en Chile, había anunciado la energización de su complejo eólico Llanos del Viento, ubicado en la comuna Antofagasta, lo que le permitirá entrar pronto en operación.
Sin embargo, el viaje no fue sólo para tomar contacto con la operación y ver los avances. También fue para plantear la preocupación de los accionistas por lo que estaba sucediendo en Chile, dado que Andes está reportando fuertes pérdidas que han arrastrado los resultados del grupo. Esta preocupación no sólo fue trasladada a la plana ejecutiva en Chile, sino también al ministro de Energía, Diego Pardow, con quien se reunió el 14 de abril, junto a ejecutivos de Acciona.
En esa reunión, las empresas plantearon la difícil situación por la que atraviesan las compañías de energías renovables y reiteraron la necesidad de modificar el Reglamento de la Coordinación y Operación para permitir que las unidades generadoras que están operando a Mínimo Técnico puedan participar en la determinación del costo marginal de la energía del Mercado de Corto Plazo.
Todo esto en el contexto de las pérdidas del sector y los efectos que ya está teniendo en las empresas, donde Mainstream no se queda afuera.
Las pérdidas de Andes
El último informe anual de sostenibilidad de Aker Horizons, que controla Mainstream Renewable Power, dejó en evidencia el complejo momento que atraviesa en Chile la compañía de capitales noruegos, japoneses e irlandeses.
En el informe se señala que los cambios en las condiciones de mercado en Chile les han impactado fuertemente, incrementando sus costos, lo que los ha llevado a reconocer 370 millones de euros (US$ 408 millones) en pérdidas por deterioro de activos en Chile y, de paso, una pérdida de 630 millones de euros (US$ 696 millones) de Mainstream Renewable Power, una empresa con sede en Dublín. “Las desafiantes condiciones del mercado impactaron a las empresas del sector eléctrico en Chile en 2022, incluido Mainstream, por limitaciones de capacidad en la red que conducen a un aumento de los costos. Nuestra cartera diversificada, tanto con energía eólica en el sur como producción solar en el norte, junto con la finalización de nuevos proyectos, ayudó a mitigar el impacto”.
Este “malestar” se volvió a manifestar en el reporte de resultados del primer trimestre de Aker Horizons, divulgado esta semana. Allí se indica que “el sistema eléctrico chileno ha funcionado bien, pero ahora está bajo presión debido al aumento de penetración de las energías renovables y la falta de flexibilidad del sistema de transmisión”. La exposición de resultados de la empresa presenta así una de sus láminas: “El diseño del mercado chileno ya no es el adecuado, el regulador reconoce la necesidad de cambios, pero la respuesta política hasta la fecha es inadecuada”.
Kristian Røkke, CEO of Aker Horizons, fue más allá, e indicó en el reporte trimestral con inversionistas que “si bien las ineficiencias del mercado eléctrico de Chile aún crean desafíos para Mainstream, la empresa se está beneficiando de desarrollos positivos en otros mercados relevantes”. La firma tiene hoy una amplia cartera de proyectos en el mundo, que tiene a Chile y Sudáfrica como mercados claves, pero solo con unidades actualmente operativas en Chile (ver infografía).
Según cercanos a la operación, en su visita a Chile, Mary Anne Quaney analizó la situación e instruyó buscar fórmulas para reestructurar su situación financiera, lo que están negociando sus abogados, liderados por Felipe Moro, del estudio Carey y Cía. Por el lado de los acreedores financieros trabaja el estudio Morales & Besa.
Desde Mainstream Renewable Power Chile indican que la compañía, al igual que otras generadoras cien por ciento renovables, está siendo afectada por condiciones de mercado que deben ser solucionadas. “Estamos trabajando en dichas soluciones, pero por ahora están en proceso, por lo que no podemos dar más detalle en lo inmediato”, indicaron.
En el mundo financiero afirman que la compañía tiene un tamaño importante -para la matriz de Mainstream, los activos en Chile tienen un valor de 2.300 millones de euros (de un total de 3.000 millones de euros)-, por lo que ni a sus dueños ni a sus acreedores les conviene dejarla caer. Por esta razón, las negociaciones con los acreedores se han concentrado en ampliar los plazos de pago, así como conseguir capital de trabajo para enfrentar la coyuntura, revelan personas al tanto de las conversaciones.
En el reporte trimestral del controlador de Mainstream se indica que en Chile sus asesores financieros mantienen un diálogo activo con los acreedores para alcanzar una estructura de capital a largo plazo.
El problema, según expertos, es que las soluciones reales pasan por nueva infraestructura, con más líneas de transmisión y sistemas de almacenamiento que otorguen flexibilidad a la red eléctrica. Nada de eso es puede resolverse a corto plazo, lo que abre las interrogantes hacia otros actores del sector, respecto a lo que pasará con los contratos que aún no empiezan a operar y que tienen incluso precios más bajos.
Aker Horizons lo reconoce: “Las soluciones están en camino, pero algunas necesitan tiempo: despliegue de baterías de almacenamiento, mejora de la infraestructura de la red, soluciones flexibles para aumentar la capacidad de la red existente y flexibilidad del lado de la demanda”.
Mainstream en Chile es la mayor empresa 100% eólica y solar del país. Es el segundo actor en energías renovables tras Enel, que tiene 6,4 GW de capacidad instalada (eólico, solar, hidro y geotermia). Mainstream tiene 1,1 GW en operación y una cartera de desarrollo de 1,2 GW de energía eólica y 0,2 GW de energía solar. Geográficamente, está bien equilibrada, con plantas tanto en el norte como al sur. Sus proyectos eólicos en operación son: Alena (86 MW), Cerro Tigre (185 MW), Tchamma (175 MW), Puelche Sur (156 MW) y Llanos del Viento (160 MW). Los solares son Río Escondido (145 MW), Valle Escondido (105 MW) y Pampa Tigre (100 MW).
En construcción tiene dos proyectos eólicos: Ckhúri (109 MW) y Caman (148,5 MW).
El problema de las 100% renovables
En el último año ya son dos empresas que han caído en insolvencia. En septiembre del año pasado, María Elena Solar S.A., firma que opera una planta fotovoltaica en Pozo Almonte de 104 MW, declaró su incapacidad de pago. En abril de este año un tribunal declaró su liquidación.
Luego fue Ibereólica Cabo Los Leones II S.A. la que cayó en insolvencia. La firma opera un parque eólico de 245 MW de capacidad en Huasco, Atacama.
Ambas empresas tienen una dimensión mucho menor a la de Mainstrem Renowable Power, que suma 1.112 MW de capacidad instalada y construye otros 258 MW.
Las empresas de energía renovable están inquietas. En febrero, nueve empresas del sector (Acciona, Andes Solar, EDF Renewables Chile, Ibereólica, GPG Naturgy, Mainstream Renewable Power, Opdenergy, WPD y Pelícano Solar) enviaron una carta al ministro de Energía en la que plantearon sus preocupaciones por la gran cantidad de horas en las que el costo marginal de la energía al que se valorizan las inyecciones de energía de las plantas de generación del Sistema Eléctrico Nacional (“SEN”) es cero. “La realidad es que bajo la actual tarificación –la cual no considera a las unidades operando a Mínimo Técnico dentro del orden económico, y por tanto no determinan el costo marginal de la energía – la restricción de Mínimo Técnico reduce los incentivos de largo plazo para la inversión en energías renovables”, señalaba la misiva, en la cual se solicitaba que se realizara una modificación normativa.
El gobierno respondió en abril con el lanzamiento de 10 iniciativas “para la segunda mitad de la transición energética”, lo que fue catalogado por Acera como una respuesta política inadecuada. Al respecto, la matriz de Mainstream señala en su informe trimestral que “Las empresas de energías renovables, incluida Mainstream, siguen estando indebidamente expuestas a aumento de los costos del sistema y la volatilidad de los precios”.
En el mercado ven el tema con cautela. Claudio Espinoza, socio director de Aclai Consultores, explica que lo que ha pasado es que, en términos simples, las empresas tienen contratos que deben cumplir en todas las horas del día, y en las horas en las que la producción propia no les alcanza, deben comprar esa energía a otras empresas en el mercado spot. “Si la diferencia de precios entre las horas que producen y en las horas que compran sistemáticamente es una diferencia en contra, dependerá de las espaldas financieras de cada empresa el tiempo que pueda sostener dicha situación”, opina.
Rodrigo Jiménez, gerente general de Systep, señala que hay una diversidad de empresas renovables afectadas por los temas de congestión en la transmisión, por los costos marginales cero y por los sobrecostos en el sistema. “Pero según el nivel de contratación y otras decisiones comerciales específicas, la situación no es exactamente la misma para todos. Si bien todos están afectados por la congestión y sufren los mismos problemas, en unas empresas esta situación es más grave y en otras no tanto”.
Agrega que hay empresas que tomaron decisiones riesgosas. A su juicio, desde 2015 ha habido bajas de precios importantes en las licitaciones de suministro, porque algunas empresas hicieron ofertas muy bajas para ingresar, lo que complica a operadores actuales, pero también a proyectos aún en construcción. “Cuando el desbalance del mercado spot es grande y los ingresos por contrato no alcanzan a cubrir ese déficit, es una situación compleja para la empresa, porque empieza a tener pérdidas que se pueden ir perpetuando en el tiempo. En cambio, si pudieran deshacerse de los contratos -lo cual no es ni una buena señal ni una solución-, por último, si bien los ingresos pueden ser mínimos por ventas a precios spot, al menos dejan de tener resultados negativos todos los meses”.
Por ahora no se vislumbra una rápida solución para las renovables y al menos de manera estructural no hay una medida de corto plazo. Respecto a la propuesta presentada por las empresas renovables al ministro de Energía, tanto el Coordinador Eléctrico como académicos han dicho que no es una buena alternativa.
Por otro lado, solucionar el tema de transmisión no es a corto plazo; mientras que la renegociación de contratos sólo se puede hacer si hay un cambio estructural, un cambio de reglas en el mercado, lo que no ha sucedido. Además, ya la CNE rechazó el fin de los contratos de las renovables que caen en insolvencia, por tratarse de una mala señal al mercado.