Las fake news en torno a la burocracia
¿Por qué tenemos tan mala opinión de ésta? Da la impresión de que existe cierta compulsión en el Estado y en las empresas por centrar los esfuerzos en los instrumentos que componen la burocracia, más que en los principios que se quieren resguardar. Ahí extraviamos el camino.
Uno de los reclamos recurrentes del mundo privado es el "exceso de burocracia" del Estado para el clima de negocios y el emprendimiento. La burocracia tiene mala prensa, es mal vista y hay una opinión mayoritariamente negativa de ella, pero lo cierto es que burocracia no es más que un conjunto de actividades y trámites que hay que seguir para resolver un asunto de carácter administrativo. Puesto así, para llevar adelante cualquier actividad -pública o privada- la burocracia es necesaria.
¿Por qué tenemos tan mala opinión de ésta? Da la impresión de que existe cierta compulsión en el Estado y en las empresas por centrar los esfuerzos en los instrumentos que componen la burocracia, más que en los principios que se quieren resguardar. Ahí extraviamos el camino.
Los rankings internacionales nos sirven para poner algo de objetividad al análisis. El Compliance Complexity Index 2018, que evalúa a más de 80 países en materia de facilidad para formar una empresa, tipo y cantidad de información requerida por las autoridades y la dificultad para cumplir con la normativa jurídica, puso a Chile en el puesto 32, mientras que potencias como China o Brasil, están en los primeros lugares como economías altamente exigentes en materia de compliance. En el ranking doing business 2019, Chile se ubica en el puesto 56 de 190 países. Es decir, en ambos casos, estamos en la medianía de la tabla, tendiendo más hacia la complejidad que a la simpleza.
Pero, en esencia, la burocracia no es mala. En palabras de Max Weber, la burocracia bien aplicada ofrece a los ciudadanos, a las organizaciones y al mercado, transparencia al determinar que las actuaciones de los funcionarios están respaldadas por una norma escrita de mayor rango. Esto es clave para evitar la arbitrariedad, ya que quien ordena y mandata es el derecho y la norma, no la voluntad de una persona o de un conjunto de ellas, como un grupo de presión, por ejemplo.
El asunto es cómo atacar el exceso y abuso de burocracia, que es lo que lleva a esconder ineficiencias, invisibilizar las falencias y complejizar procesos hasta el punto de resentir índices cruciales para un país, como el crecimiento. El desafío radica en alcanzar una coincidencia en torno a conceptos básicos acerca de qué es facilitación de la burocracia, sin que ello abra espacios a relajos en materia de combate a la corrupción o malas prácticas económicas, sociales y ambientales. Por querer curar un resfrío, podemos abrir la puerta a pandemias.
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