Daniel Fernández insiste en que la Teletón que partirá este viernes 3 de abril, no será una Teletón propiamente tal. No habrá Estadio Nacional atestado de gente, ni Teatro Teletón repleto de autoridades, ni sucursales del Banco de Chile con largas filas para concretar donaciones. Será algo puertas adentro. “Para acompañar”, acota el presidente del directorio de la Fundación.
Pese a ello, la campaña sigue adelante. No puede detenerse, ya se postergó en noviembre, pero ahora los recursos son urgentes. “Si bien es un momento crítico para el país, también es un momento crítico para la Teletón”, asegura Fernández. “Por lejos, este es el momento más delicado y más sensible que hemos vivido”, enfatiza.
La Teletón pasa así por horas complejas... urge el financiamiento. Llevan meses trabajando en búsqueda de más dinero, a la espera de una campaña donde se ve difícil alcanzar la meta de más de $32.800 millones.
Dineros hasta mayo
Actualmente, la Teletón atiende del orden de 31.500 personas en 14 centros de rehabilitación. El 95% de los niños con alguna discapacidad motora en Chile, de hasta 24 años de edad, llega a los institutos. Una estructura cuyo costo anual -solo en la operación- fluctúa entre los $38.000 millones y $40.000 millones. “En promedio, un paciente de Teletón cuesta $1 millón al año; si tenemos 31.500 pacientes, solo $31.500 millones se van en ese gasto”, puntualiza el director médico nacional, Bruno Camaggi.
Del monto total, la campaña aporta más de $32.000 millones -“Esos tenemos que recaudarlos”, dice Fernández-; el resto, proviene de Fonasa, que aporta alrededor de $7.000 millones por concepto de atenciones. Hoy, solo esa última cifra está asegurada. “Ya tenemos un compromiso para este año con el ministro de Salud, la subsecretaria y Hacienda, así que entendemos que eso se va a respetar”, destaca el presidente de la Fundación.
El problema está en el resto, en realidad, en $22.000 millones de los $32.000 millones. Es que Fernández revela que cuando debieron suspender la Teletón en noviembre, las empresas auspiciadoras contribuyeron, de todas formas, con su aporte. En líneas generales, las compañías representan cerca del 30% de la campaña, el otro 70% proviene de las personas. Dada esa relación, la donación de las empresas a fines del año pasado alcanzó los $10.000 millones. “Ellos adelantaron su aporte, sin que pudiéramos garantizar nada”, destaca Fernández. Y hoy son esos recursos los que les han dado viabilidad a los institutos en la primera parte del año. “Con esas donaciones alcanzamos a cubrir hasta abril-mayo, y el resto del año tenemos que batirnos con la campaña. Es por eso que necesitamos hacer esta Teletón, sí o sí, con el nivel de recaudación que obtengamos. Necesitamos esos recursos”, enfatiza. El objetivo es que la campaña les permita durar hasta noviembre, cuando esperan hacer la Teletón 2020.
Y si bien, no han querido ponerse en el escenario de que no consigan los recursos -aunque la opción sería el endeudamiento, explica Fernández-, sí han activado estrategias inéditas para afrontar el difícil momento.
A fines del año pasado, Mario Kreutzberger y Fernández comenzaron un tour por el sector empresarial. Fueron a la Sofofa, a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), a la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y a la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). En paralelo, Kreutzberger se reunía con múltiples empresarios a nivel nacional, mientras el director de Teletón y socio de Credicorp Capital, Guillermo Tagle, apoyaba en los contactos más financieros para acceder a familias de alto patrimonio.
“Partimos las conversaciones en agosto y las intensificamos en noviembre y diciembre, cuando vimos que era inviable hacer la Teletón, y que por ende, íbamos a necesitar un mayor apoyo cuando pudiéramos requerirlo, que es ahora”, explica Fernández.
A cada gremio le entregaron un set de iniciativas para que alguno de sus asociados pudiera financiarla directamente, poniendo una especie de membresía sobre ese proceso. Por ejemplo, financiar 22 cirugías en Concepción. “Esas son las cosas nuevas que hemos hecho este año en esta situación más crítica”, precisa el ejecutivo.
Sin embargo, el resultado no ha sido del todo alentador. Sin dar mayores detalles, subraya que esperarían un aporte más concreto. “Nuestra ambición era y es un compromiso más firme, más filantrópico, pero eso está en cada cual, nosotros no podemos forzar a nadie”, sostiene. Pero agrega: “Sabemos que muchas empresas están pasando por una situación compleja, pero Chile no es un lugar donde no haya recursos, y hay empresas y familias que los tienen. Entendemos que este momento va a ser crítico, y no nos da ningún pudor pedir”.
Fernández pone sus esperanzas en el momento mismo de la campaña. En paralelo, los costos se han intentado reducir al máximo: en 2019 ahorraron más de $2.400 millones, mientras que la productividad asistencial subió un 13%; las atenciones médicas terapéuticas se elevaron un 10%, y las cirugías realizadas aumentaron un 14%. Además, hoy no prevén sumar ningún nuevo instituto. La red está cubierta.
El director médico nacional de Teletón, Bruno Camaggi, lleva 20 años en la Fundación. Conoce de cerca lo que es depender de las donaciones. “Si bien uno siempre ha percibido esta sensación de fragilidad, actualmente lo estamos viviendo de manera brutal”, destaca. Hoy revela que sí han diseñado estrategias en línea a no recaudar lo suficiente. “Hemos trabajado distintos escenarios, y dependiendo de lo que logremos recaudar, vamos a tener que ver si es necesario recortar algún servicio o hacer ajustes”, admite. Aunque a renglón seguido añade que hay prestaciones vitales que no se pueden reducir: Teletón fabrica y repara 26.000 órtesis (apoyo externo) y prótesis (reemplaza una parte del cuerpo) y hace más de 1.122 cirugías al año. Todo, con costo cero para el paciente.
“Hoy no estamos en una situación crítica como para cerrar institutos, lo que pasa es que si no hay financiamiento, la cantidad de atenciones, la cantidad de personal se resiente y eso es lo que no queremos, porque entendemos que esto es un puente para llegar a una situación más de régimen”, concluye Fernández.