El optimismo por las vacunas y la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, han provocado una mayor debilidad del dólar y un fuerte repunte en las materias primas. El cobre escaló la semana pasada 3,9% hasta US$3,385 la libra, la mayor cotización desde el 22 de mayo de 2013. El precio promedio de 2020 se sitúa en US$ 2,73 la libra. Una caída semanal de inventarios (-3,2% según Cochilco) apoyó el rally del metal.
¿Qué significa esto para el fisco chileno? Por cada centavo de dólar extra, el Fisco recauda unos US$24 millones adicionales. Por ejemplo, para este año, la última proyección de la Dirección de Presupuestos para el cobre lo situó en US$2,7 y si el precio se mantuviera en estos niveles hasta fin de año, el promedio llegaría a US$2,8 la libra, por lo que los mayores ingresos serían del orden de US$240 millones.
En cambio, si el próximo año el metal registra un precio promedio de US$3,38, que fue el cierre del viernes, el aporte al Fisco sería de US$1.200 millones extras, considerando que la proyección de Dipres para el próximo año es de US$2,88 la libra.
¿Qué otras consecuencias tiene para el mercado chileno? El dólar. Hay un doble efecto pues la divisa ha retrocedido a nivel mundial, lo que influye en el alza del cobre, el que a su vez significan más dólares en la economía local, lo que hace bajar el valor del dólar. De hecho, desde el piso del cobre en marzo y el máximo del dólar-peso en ese mismo mes, el metal ha subido 61,6%, mientras que el dólar ha bajado 11,6% ($100,86).
En concreto, esto significa que los productos importados de consumo pueden ingresar a un menor valor, como por ejemplo autos, tecnología o combustibles. Por el contrario, los productos exportados se vuelven menos competitivos.