Dos tasaciones, con un año de diferencia, calcularon entre $ 2.418 millones y $ 2.499 millones el valor de la clínica Sierra Bella; menos de un tercio de lo que decidió pagar la Municipalidad de Santiago, en diciembre de 2022.
Hasta ahora esas valorizaciones eran desconocidas. Pero un juicio en el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) de la Cámara de Comercio de Santiago, reveló que antes de que el empresario Felipe Sánchez comprara Sierra Bella en $ 2.200 millones, en abril de 2022, y se la vendiera al municipio que dirige Irací Hassler ocho meses después, con una ganancia del 300%, hubo otro interesado en la clínica que en noviembre de 2021 ofertó $ 2.400 millones. Pero el negocio se cayó.
La tasación del Internacional es la primera que se conoce de un banco en este caso. A raíz de la polémica por el abultado precio al que compró la municipalidad de Santiago se ha objetado la ausencia de tasaciones expertas. Hasta la Asociación de Tasadores cuestionó las tres valorizaciones contratadas por el municipio a los arquitectos Mylena Cárcamo, Patricio Gajardo y María José Sepúlveda, quienes establecieron el precio del inmueble en $ 8.207 millones; $ 8.257 millones y $ 8.304 millones, respectivamente. Las tres tasaciones tienen una inusual escasa diferencia en esta industria y sirvieron al municipio para ofrecer lo que ofreció, un precio muy superior a los $ 3.500 millones en que la propiedad se ofertaba por internet, los $ 1.940 millones de avalúo fiscal y las valorizaciones privadas.
“Además, la clínica está rodeada por dos inmuebles declarados históricos, lo que dificulta o acota el uso del terreno para alternativas de más altura”, fue uno de los comentarios añadidos al informe de tasación de Sierra Bella que el 16 de enero de 2020 realizó el Banco Internacional a petición de la sociedad de médicos que era dueña entonces de la propiedad. Fue la firma Real Data la que valorizó para la entidad financiera el inmueble constituido por varios roles y lotes, en $ 2.499 millones.
El Internacional tenía interés en la venta, ya que era uno de los principales acreedores de Sierra Bella y mantenía hipotecadas las propiedades.
La oferta de Clínica Central
La segunda tasación fue hecha en junio de 2021 por la firma Integravaluaciones para San Isidro Salud Spa., dueña de la Clínica Central. El informe, del arquitecto Eduardo Vásquez Luco, fijó en $ 2.418 millones el costo de los inmuebles.
Pero el negocio fracasó y en diciembre de ese mismo año, Sierra Bella demandó a los dueños de la Clínica Central en el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) de la Cámara de Comercio de Santiago porque no habrían querido continuar con el negocio. Y entonces apareció el abogado Felipe Sánchez, de 39 años, quien en febrero de 2022 creó San Valentino SpA y en abril pagó $ 2.200 millones más 1.000 UF ($ 33 millones), al contado, por quedarse con el negocio que después desataría la polémica.
Por la sociedad San Isidro negoció Alex Romero, uno de sus dueños, quien al ser consultado por Pulso respondió: “El gerente general, Ismael Mandiola, nos envió una tasación emitida por el Banco Internacional el 2020, por lo tanto él debería corroborar dicha información. Nosotros como clínica nos restamos del proceso, ya que estamos haciendo convenios con los dirigentes comunales para dar servicio a la comunidad de Santiago y abrir nuestro nuevo centro dental”.
El 14 de enero de 2022, el presidente de la sociedad Médica y Maternidad Sierra Bella, Franz Ariel Fuentes García, informó en junta extraordinaria de accionistas que la decisión de acudir al arbitraje buscaba resarcir “los perjuicios ocasionados” y que como no se había cerrado el negocio con San Isidro, optarían por “una nueva oferta formulada por el señor Felipe Sánchez Pérez o a la persona natural o jurídica que este último designe”.
Vender para pagar
El directorio de Sierra Bella determinó a mediados de 2021 vender los inmuebles para pagar deudas al Banco Internacional y a la Corporación Unión Evangélica a la cual le debían los $ 1.700 millones de los que se apropió su abogado, Isaías Gómez. La sociedad de médicos había comprado en 2013 diez inmuebles en calle Santa Rosa en 118.000 UF millones ($ 4.200 millones), pero adeudaba la última cuota que Isaías Gómez nunca pagó. En Santa Rosa hoy Sierra Bella tiene su principal negocio: una clínica en pleno Santiago Centro.
Fuentes al tanto de las negociaciones sostienen que el encargado de gestionar la venta por Sierra Bella fue su entonces gerente general, Ismael Mandiola, quien en febrero llegó a un acuerdo con el directorio para dejar la firma. Lo reemplaza el ingeniero comercial Cristián Berríos, quien había ocupado ese mismo cargo anteriormente.
La complicada situación económica de Sierra Bella y las insospechadas consecuencias de su controvertida venta al municipio que dirige Irací Hassler tienen a varios de los accionistas de Sierra Bella preparándose para complejos escenarios. “Está malo el ambiente”, resume uno de ellos.
Otro médico añade que también es posible que no pase nada y todo siga igual, como ha pasado ya en otras ocasiones. Las actas de la juntas de accionistas de Sierra Bella dan cuenta de reiterados choques y desencuentros entre los doctores, que después terminan en nada. En 2018, el director y accionista Orlando Correa, junto al exgerente general corporativo, Claudio Suárez, demandaron al directorio por administración desleal y apropiación indebida. La querella sólo alcanzó a estar siete meses en el 7º Juzgado de Garantía de Santiago. Entró el 9 de enero y fue desistida el 13 de agosto. Nadie quiere explicar a qué se debió el retiro de una acción legal que acusaba al directorio de haber negociado irregularmente la compra de los inmuebles a la Corporación Unión Evangélica, financiada con un aumento de capital en el que no se habría cumplido casi ninguna formalidad.
¿Lesión o fraude?
Un exempleado de Sierra Bella sostiene que el desorden interno era enorme, que en la firma se hacía lo que los doctores querían y que las separaciones entre los negocios de cada uno y los de la clínica eran -al menos- difusas, en muchos casos.
Y varios apuntan al presidente de la sociedad, el ginecólogo de la U. de Chile, Ariel Fuentes, uno de los fundadores, considerado hoy el hombre fuerte de la entidad. Sobre él han recaído los cuestionamientos a las decisiones que terminaron con lo que alguna vez fue un pequeño holding de salud.
Hasta esta semana los doctores de Sierra Bella analizaban si podrían invocar la figura jurídica de “lesión enorme”, para recibir parte de la extraordinaria ganancia de $ 6.600 millones que obtendría Felipe Sánchez gracias a la Municipalidad de Santiago. Uno de los abogados que representan a la Sociedad Médica, el exfiscal Carlos Gajardo, adelantó en La Tercera PM que “la lesión enorme es irrenunciable”. Pero las cosas podrían complicarse. Para invocar la lesión enorme, la venta a la Municipalidad de Santiago debe materializarse. Y aquello no es tan claro.
La Fiscalía Centro Norte investiga si hubo fraude al Fisco u otros delitos en la adquisición de la ex Clínica Sierra Bella. La sucesión de cifras es la siguiente: los inmuebles tenían un avalúo fiscal de $ 1.940 millones, fueron tasados entre $ 2.200 millones y $ 2.400 millones en 2020 y 2021, se ofrecieron en internet a $ 3.347 millones; Felipe Sánchez los adquirió en $ 2.080 millones en 2022 y la alcaldesa Irací Hassler (PC) ofreció hace tres meses $ 8.285 millones para crear una clínica municipal.
Actas requisadas
El propio Isaías Gómez Ganem, el abogado que trabajaba como asesor del directorio de Sierra Bella y que en 2018 se apropió de un vale vista por $ 1.711 millones destinado a pagar las 10 propiedades que les compraron a los evangélicos, denunció en dos oportunidades que los desórdenes llevaron a que haya actas donde a él lo acusan de unos delitos y después añaden otros más, o que se desconozca un acuerdo reparatorio que él firmó con la clínica para devolver en cuotas lo que se robó. Estos documentos eran clave para la defensa de Gómez, ya que, a su juicio, permitían demostrar los cambios de criterio con que operaba la sociedad, dependiendo de quienes estaban o no tomando las decisiones; y habrían sido determinantes para que el tribunal lo mantenga con arresto domiciliario, firma semanal y arraigo nacional.
Gómez, además del delito de estafa, está acusado por falsificación y uso malicioso de instrumento privado y por lavado de activos. Por este delito Sierra Bella se querelló además contra LarrainVial, a la que acusan de negligencia en el blanqueo de los $ 1.711 millones a través de una cuenta en la corredora.
El abogado de Isaías Gómez, el ex fiscal jefe de Maullín-Los Muermos, Naím Lamas, acusó en una querella de marzo de 2022 la existencia de inconsistencias, alteraciones, y falsedades en el manejo de Sierra Bella. “Por ejemplo hacer comparecer a reuniones a directores que no asistieron; consignar declaraciones que no se hicieron; atribuir a mi representado dichos que no emitió; dejar constancia de reuniones que no se celebraron; consignar actos que contrarían actos y hechos indubitados, incluso emanados de los mismos directores; consignar o referirse a actos inexistentes, y un largo etcétera”, escribió.
Hoy, las actas del directorio de la Sociedad Clínica Sierra Bella S.A., correspondientes a 2018 están en la Fiscalía Centro Norte.
Lo que queda
El 2022 fue uno de los años más complicados financieramente para Sierra Bella. La caída de ingresos siguió profundizándose, por lo que se redefinió la estrategia, con el fin de reducir la carga financiera, racionalizar gastos y concentrarse en la Clínica Santa Rosa, que hoy día es el motor del grupo.
El gerente Ismael Mandiola llevó en 2017 un proceso de saneamiento y crecimiento que se vio truncado, primero, por el robo de los $ 1.700 millones, y después, por la pandemia, aunque algunos doctores dicen que el negocio venía mal de antes.
El ámbito laboral es otra muestra de lo complicada que están las cosas. Hay multas de la Dirección del Trabajo por acusaciones de persecuciones, maltratos y el uso de cámaras. El abogado Sebastián Pizarro, que representa a tres funcionarias que se autodespidieron, acusó que el directorio no se hizo cargo de los problemas de acoso laboral que se han acumulado.
Fundada el 27 de agosto de 1985, por 12 cirujanos bajo el nombre de Sociedad Médica y Maternidad San Pancracio Ltda., Sierra Bella nació como tal en 1997, cuando se incorporaron dos accionistas más. Veinte años después la firma ya operaba las Clínicas Sierra Bella, Madre e Hijo (Hoy Santa Rosa), el Centro Médico y Dental Torre Alameda, además de algunas sociedades de apoyo al giro.
Hoy sólo le queda Santa Rosa. Se la compraron hace justo 10 años a los evangélicos que eran representados por Jaime Contesse. En 2018, cuando se decidió cerrar la maternidad en Clínica Sierra Bella para potenciar las cirugías traumatológicas de mediana complejidad, Santa Rosa se tornó en el motor del grupo. Entonces, el directorio decidió acelerar el proceso de acreditación ante la Superintendencia de Salud, con el fin de hacerla más competitiva.
En todos estos años, los 12 médicos fundadores (Víctor Concha, Ignacio Castillo, Hernán Lyon, José Arroyo, Ariel Fuentes, Luciano Rojas, Fernando Zenteno, Jorge Tapia, Jorge Villablanca, Jorge Torres, Francisco Oda y Orlando Correa) o sus sucesiones se han mantenido en la firma y apenas variaron sus participaciones. Los mayores accionistas son Jorge Villablanca (14%), seguido por Tapia, Correa y Lyon (cada uno con un 10%, aproximadamente), cuenta uno de los accionistas. El resto se divide entre otras 10 personas. Los más nuevos son Vicente Painel y Teobaldo González.
Ni el abogado de Sierra Bella, Matías Undurraga, ni Ismael Mandiola respondieron a las consultas de Pulso.