Chile es uno de los países que más ropa consume por persona. En los últimos 20 años, la compra de vestuario ha aumentado en un 233%, pasando de 13 prendas en promedio en 2015, a 50 en el 2020. Y de los 436,1 kg de residuos sólidos urbanos producidos por cada habitante durante 2018, alrededor del 7% correspondería a textiles, alcanzando las 572.118,9 toneladas anuales de residuos textiles.

Y es justamente los daños al medioambiente que produce esta industria el tema que pretende abarcar el recién creado Comité Estratégico para la elaboración de la Estrategia de Economía Circular para Textiles, que tuvo su primera sesión el pasado jueves 20 de julio.

Si bien este guante ya lo han recogido los grandes retailers como Falabella, Paris o Ripley; además de varias marcas de ropa a nivel mundial; la nueva instancia, que reúne a parte de estos actores y a otros elementos que están relacionados al rubro, y que busca elaborar una Estrategia de Economía Circular para Textiles, complementaria a otros instrumentos de planificación estratégica como la Hoja de Ruta para un Chile Circular al 2040, la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos, la Hoja de Ruta de Residuos de Construcción y Demolición, y a otras iniciativas que desarrolla el Ministerio de Medio Ambiente (MMA).

Incluso, desde esta cartera indican que están trabajando para incorporar los textiles como producto prioritario a la Ley de Reciclaje o Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), una idea que ya se ha mencionado en otras ocasiones. “Pero esa es la última etapa de este problema, por eso también debemos avanzar en estrategias de prevención y educación, que nos lleven a modificar nuestros patrones y hábitos de uso. Recordemos que en la Agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU, el objetivo número 12 busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, que pueden contribuir a la mitigación de la pobreza y a la transición a economías con bajas emisiones de carbono”, explica Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente.

El Comité, conformado por actores del sector público, privado, sociedad civil y financiero, referentes de la industria textil y de economía circular, tendrá el rol de orientar, conducir el proceso y darle continuidad una vez que concluya la propuesta de Estrategia. Por ejemplo, entre los integrantes se encuentran desde gremios y agrupaciones empresariales como Sofofa, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), Acción Empresas o la Cámara Diseña Sustentable, que agrupa algunos retails; hasta varias universidades, pasando por municipalidades, ONG, emprendimientos y entidades gubernamentales.

Para lograr aunar esto, el MMA ya comenzó a desarrollar un proceso participativo para cocrear la propuesta de estrategia y acelerar la transición a la economía circular en este sector. Este proceso se llevará a cabo durante este año, mediante sesiones de trabajo con un comité estratégico, talleres sectoriales y regionales con actores claves y una encuesta masiva.

Para hacerse una idea, la producción de textiles, desde el cultivo hasta los procesos de teñido y acabado, requiere más de 1.900 tipos de productos químicos, casi el 8% de los cuales se han etiquetado como peligrosos para la salud humana y el medioambiente. Es una industria que, además, consume mucha agua. La producción de una sola camiseta de algodón consume 2.700 litros de agua, suficiente para satisfacer las necesidades hídricas de una persona durante 2,5 años.

“Para elaborar la Estrategia, conformamos un comité de actores del sector público, privado y la sociedad civil con experiencia en la industria textil y en economía circular. Junto a ellos trabajaremos para generar una propuesta que será sometida a consulta pública a inicios de 2024, para luego elaborar una versión final que incorpore la retroalimentación que se reciba”, indica Rojas.